La muerte de Whitney Houston, el pasado sábado, sigue milimétricamente el patrón que marcó el fallecimiento de Michael Jackson y se siguió con Amy Winehouse. Y siempre, invariablemente, la muerte genera ingresos extras para las discográficas que publicaron los trabajos de los fallecidos. Sólo entre el sábado y el domingo Whitney Houston despachó 64.000 copias de su recopilatorio Whitney: The Greatest Hits, que se ha disparado al puesto número seis de la lista de discos más vendidos de Billboard.
Comentarios
Todo es un poco extraño...
Pues parece que para que el negocio de las discográficas siga funcionando como hasta ahora sus artistas van a tener que morir jóvenes. Yo me andaría con ojo si fuera músico y fuera a firmar un contrato...
Steve Jobs desde que murió ha vendido más discos en su tienda que todos estos
Todos los músicos que mueren jóvenes se forran, bueno, ellos no, sus agentes y herederos. No es el primero últimamente...