Tras una inversión de 8 millones de euros y varios años de investigación, un consorcio formado por la empresa Alucha y la fábrica de cartoncillo reciclado de Storaenso Barcelona, han dado con un sistema que a parte de extraer la celulosa del envase de un cartón de bebida, puede convertir los polilaminados - el residuo de aluminio y plástico - en aluminio apto para nuevas aplicaciones y en gas para el propio funcionamiento del proceso y para la generación de vapor que se precisa en toda fábrica de papel.
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