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Sobre la necesidad de propiciar mecanismos que permitan formar una nueva identidad del ciudadano en sociedades multiculturales.
Sin una ética social responsable que considere la justicia previa a la libertad, los sistemas democráticos pueden ser utilizados tiránicamente: una de las tareas de nuestro tiempo es considerar la educación como el cuarto poder posibilitador de una convivencia en paz.
La cuestión de la identidad es uno de los temas capitales del mundo moderno porque a partir de ella pueden reivindicarse ciertos derechos, pero a la vez puede suponer un problema más que una solución al jugar con el peligro de la exclusión de la alteridad.¿Es posible que el pensamiento occidental reformule su concepto de identidad?
Todo discurso racional nace de una posición emocional que discute contra su contrario: pensar más allá de toda oposición es no tener discurso. No obstante, la eliminación del contrario es la aniquilación del discurso.
Homenaje al poeta granadino, Federico García Lorca, en su batalla contra la incultura y la injusticia de aquella España en la que vivió. Es a través de sus versos en los que el pueblo puede verse y renovarse: como un espejo, el teatro y la poesía son la luz posibilitadora de todo pensar y de toda reformulación. De ahí que la cultura sea la luz que permita una nueva política: si se conocen los problemas cotidianos, entonces es posible pensar una nueva política posibilitadora de la convivencia y la justicia.
El artículo muestra como la tradición occidental ha trasladado el mundo utópico del cristianismo al mundo ucrónico de la modernidad, supeditando a los individuos a una creencia totalizadora fundamentada en un más allá temporal que controla y domina el presente supeditándolo a la necesidad ucrónica de la economía. Hoy seguimos inmersos en tal paradigma al supeditar la cultura del Bienestar por la economía y el crecimiento global, paradigma en el que España se encuentra encerrado y ejerciendo su política ucrónica.
Sobre la necesidad de propiciar mecanismos que permitan formar una nueva identidad del ciudadano en sociedades multiculturales.
Sin una ética social responsable que considere la justicia previa a la libertad, los sistemas democráticos pueden ser utilizados tiránicamente: una de las tareas de nuestro tiempo es considerar la educación como el cuarto poder posibilitador de una convivencia en paz.
La cuestión de la identidad es uno de los temas capitales del mundo moderno porque a partir de ella pueden reivindicarse ciertos derechos, pero a la vez puede suponer un problema más que una solución al jugar con el peligro de la exclusión de la alteridad.¿Es posible que el pensamiento occidental reformule su concepto de identidad?
Todo discurso racional nace de una posición emocional que discute contra su contrario: pensar más allá de toda oposición es no tener discurso. No obstante, la eliminación del contrario es la aniquilación del discurso.
Homenaje al poeta granadino, Federico García Lorca, en su batalla contra la incultura y la injusticia de aquella España en la que vivió. Es a través de sus versos en los que el pueblo puede verse y renovarse: como un espejo, el teatro y la poesía son la luz posibilitadora de todo pensar y de toda reformulación. De ahí que la cultura sea la luz que permita una nueva política: si se conocen los problemas cotidianos, entonces es posible pensar una nueva política posibilitadora de la convivencia y la justicia.
El artículo muestra como la tradición occidental ha trasladado el mundo utópico del cristianismo al mundo ucrónico de la modernidad, supeditando a los individuos a una creencia totalizadora fundamentada en un más allá temporal que controla y domina el presente supeditándolo a la necesidad ucrónica de la economía. Hoy seguimos inmersos en tal paradigma al supeditar la cultura del Bienestar por la economía y el crecimiento global, paradigma en el que España se encuentra encerrado y ejerciendo su política ucrónica.