Lo siento, no me voy a leer el artículo porque hiere en demasía mi sensibilidad, pero aún así, solo con el título me vale para decir: HIJOS DE LA GRANDÍSIMA P*TA (con todos mis respetos a las señoras meretrices)
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"Y a otra cosa, mariposa", "España y yo somos así".
¿Hay algo más rancio, irracional, y salvaje que la caza y lo que de ello se deriva? Al menos en los toros al torero se le puede pillar de una cornada. Por eso sus defensores apelan al valor: Hay cierto riesgo narcisista para el que lo practica, y cierto salvajismo heroico en quien lo ve. Aunque estén equivocados. Pero en el hecho de disparar a un bicho indefenso desde la lejanía, ¿qué cojones de excusas hay? Es el colmo del sadismo.
Y ya de cargarse galgos no digamos. Qué ascazo. Panda de hijos de puta.