El Mediterráneo tiene temperaturas inusualmente altas en 2025, con agua superficial superando 28 °C en algunas zonas, propias de mares tropicales. Cielo despejado, alta temperatura y escasa agitación marina pueden también explicarlo, sobre todo desde primavera, y actua como enorme “almacén” de calor. Nunca hubo un junio con aguas tan cálidas. Y pueden subir mucho más: en agosto podría superar 30 ºC en varios sectores si se mantiene la tendencia. Reduce la fresca brisa nocturna costera, agrava eventos extremos y compromete fauna y flora marina.