#2 #9 #21 El ataque ocurrió en un camino frecuentado por senderistas, cerca de una ciudad, y que lleva a una catarata que es muy visitada. Digamos que estaban dentro de la "calle" para senderistas, no se metieron en el bosque.
Tampoco es que se acercaran al oso a hacerle fotos. Iban andando por la senda y el oso apareció. Ellos (era una pareja) primero intentaron asustarlo (cagada con este oso que era un cafre, que también se lanzó contra los servicios de rescate cuando llegaron) y luego se fueron corriendo pero el oso les persiguió. A la chica le dio tiempo a llamar al 112 y estar un rato al teléfono antes de que el oso la alcanzase y se la llevara a rastras agarrada de un muslo (para luego dejarla caer con un barranco de 130 metros de profundidad y bajar el oso detrás, los servicios de rescate encontraron al oso dándole vueltas al cuerpo de la senderista).
Pedirle a la gente que no ande por esas sendas sería como pedirle a los españoles que nunca más entren en Cazorla, los Picos de Europa, los bosques gallegos... No sois realistas.
#6 La realidad es que tenemos una política en la que se premia al que se juega la vida en un cayuco y consigue llegar a Europa. Yo veo dos soluciones, o se deja de premiar ese tipo de travesías con la acogida de los que lo consiguen, o si de verdad somos una sociedad tan solidaria para con África, llevar los grandes buques a las costas africanas para recoger a todo el que desee aventurarse a un futuro mejor.
Las medias tintas y la falsa solidaridad progresista es la que lleva a estas personas a cruzar el Atlántico en cayucos de mierda.