#5 Con el tiempo la serie me resultó amena, y la seguí, a pesar de ese pequeño salto, y fueron mejorando algunos detalles, pero ese no es el tema, sino la impresión que me dió en un principio, y mi sorpresa al ver que para mis mayores, sí reflejaba bien la época.
Algo que reflexioné ayer mientras escribía el comentario al que contestas, es que quizá yo no era adulto en aquella época, y me parecían "demasiado modernas e impostadas" ciertas actitudes, pero luego al ir haciéndome adulto he entendido otras cosas, y quizá era yo el que desconocía la realidad. No lo sé, lo dejaré en tablas esta vez.
Es curioso que menciones El nombre de la rosa, porque iba a mencionarlo yo también en ese comentario, pero no quería escribir otro tostón.
No, tampoco es creíble para nada, aunque se esfuerza infinitamente más, y con mucho más criterio, para que así sea, Guillermo aparece como muy adelantado a su tiempo ( yo hablo del libro, de todos modos ), aunque dicho sea de paso, también hubo gente muy adelantada a su tiempo, y su actitud podría no diferir tanto de la nuestra. Uno de mis mayores placeres es reconocer la semejanza en gente que vivió y escribió hace eones, incluso en culturas muy distintas.
Pero en definitiva, la novela cumple exquisitamente con el ambiente, salvo por el sabueso de Guillermo ( pun intended ), y aún así aceptamos el marco y seguimos, que es en lo que se resume el contrato.
No conozco a ningún espía, así que me lo tengo que inventar con lo que he leído, PERO le puedo dar la personalidad de tía Enriqueta Genial...
Sobre este punto de la suspensión de la incredulidad, me gustaría apuntar que aunque la gente siga las reglas ( aunque no siempre ) sucede a menudo que el "ambiente" no es creíble, puedes no meter magia en Cuéntame, y sin embargo que la forma de hablar, de reaccionar, incluso de andar, no te parezca creíble.
Comento ese caso en concreto porque al principio me asombraban las buenas críticas sobre lo bien que estaba basada la serie, porque a mí me chirriaba. Luego con el paso de los años me acostumbré y lo acabe viendo, porque de alguna manera acepté en ese contrato que era una ficción, digamos que acepté un poco "la magia" en una serie costumbrista.
Me pasa muchísimo con casi todo lo que intenta reflejar el pasado. Con el reciente, porque lo viví y lo recuerdo, y lo recuerdo muy distinto.
Con el pasado algo más remoto, porque es muy muy difícil de "plagiar", y además cuanto más creíble y realista fuera con este "contrato", más infumable haría la obra.
Pero en cualquier caso, reflejar el ambiente es de las partes más complicadas de este "contrato".
PD: Muy buen artículo, escueto pero claro y ameno.
#41 Leyendo un poco más sobre cómo está el tema en la actualidad, mi mejor consejo es que obtengas ADN de Alan Turing y Marion Rejewski, los clones, esperes a que se gradúen, y luego les comentes el tema.
Matemáticamente hablando, creo que es el camino más corto
Sobre el fondo de lo que escribes, te animo a que busques algún computador cuántico, porque si no, lo llevas crudo.
Turing y sus amigos consiguieron descifrar algunos mensajes de enigma gracias a los errores de los alemanes, que no seguían las instrucciones de uso, que eran imprescindibles para evitar ser descifrados.
Una máquina enigma bien utilizada, es indescifrable incluso a día de hoy, salvo quizá por superordenadores utilizados por criptoanalistas, y no sé si algún ataque de fuerza bruta con ordenadores cuánticos.
Puedes buscar por la red, quedan algunos todavía sin descifrar, originales de la Segunda Guerra Mundial, y ahí siguen... Con premios y todo.
Si te sirve de consuelo, me recuerda a algunos poemas que guardé con contraseña en unos discos floppy de 5 y cuarto, que a saber qué contienen, porque no funcionó ninguna de las contraseñas que recordaba, cuando aún tenía una disquetera para leerlos...
Pero también te digo que yo lo tengo menos jodido que tú.
#0 Un artículo genial, al que no cambiaría ni una coma, y que resume con sentencias geniales algo que siempre hemos sospechado de nosotros mismos. Un artículo genial, pero con el que no estoy de acuerdo.
Salvo por la vulgarización o banalización de lo que debería ser algo un poco más trascendental - que lo es - el hecho de que cualquiera pueda no ya escribir, sino publicar, y que le demos más importancia a escribir que a la lectura, no deja de ser la epifanía de una necesidad que siempre ha estado latente. Se demuestra que no sólo necesita escribir el "especial", el erudito, el profundo. La necesidad, dado el caso, la tenemos todos, y todos necesitamos "casito", aunque no todo el mundo tenga las mismas cosas que decir ( o peor, aunque todos tengamos lo mismo que decir )...
La multiplicación no debería austarnos. La IA tampoco. Cuando yo empecé a escribir competía ya con miles de años de historia, con autores que harían llorar a una piedra, con una profusión de genialidad que dificilmente volverá a repetirse solamente entre los propios contemporáneos.
La banalidad y su profusión tampoco son nuevos, ni los autores autoeditados ( pueden ustedes revisar a Proust, por ejemplo ), ni siquiera los autores mediocres autoeditados que nadie leerá ( salvo algunos pamplinas como el que suscribe, que se leía hasta las instrucciones en ruso de las galletas, catecismos o manuales de urbanismo si no había nada más a mano, aunque me dieran alergia ).
Duele, pero no por todo lo mencionado, sino porque pensamos que ya no se lee como antes, y aunque en parte es verdad - ya nunca seremos los mismos, ni tampoco otros serán nunca los que fuimos - en el fondo es mentira.
Se lee distinto, se lee otras cosas, se lee por otros motivos, pero se lee. Y lo mismo se lee más que antes.
No nos engañemos: Tampoco en nuestros tiempos eran más de cuatro trasnochados los que habían leído de verdad a Proust, el Ulises de Joyce o las Saturnales de Verlaine. Con un poco de… » ver todo el comentario
Para el trabajo es entendible que haya que tirar de las riendas, pero para todo lo demás... No sé, la libertad y el descubrimiento son de lo mejor de esta profesión, por llamarlo de alguna manera.
Puf... sigo pensando, sintiendo que me queda mucho, pero mucho que aprender
A todos. Cada vez que escribes tres palabras nuevas en un rapto, entras en un terreno desconocido, en el que vuelves a ser un principiante.
Aunque te acompañen las cuatro legiones de tus miles de experiencias previas, esto nunca es un "voy a aplicar lo que sé, y con eso completo el trabajo", para nada. Ni aunque aspires a un Planeta ya concedido.
A veces, no busco, fíjate, a veces... "encuentro". Y es estupendo.
A eso me refería. Los mayores placeres de la escritura no los he encontrado intentando hacer algo concreto y consiguiéndolo, sino peleándome con intuiciones, con ideas vagas, y en algún momento inoportuno, encontrar que surge algo que lo consigue, y te sorprende. O incluso sin intentar nada, descubrir cosas que no le enseñarías ni a Charles Manson, pero que forman parte de tus pequeños logros que te alegran la vida, y te hacen avanzar, aunque no sepas hacia dónde.
está bien conocer las reglas mínimas básicas. Sí. Pero cuando las conoces muy bien y te las saltas... es un placer
Nunca he creído en talleres de escritura, creo que es algo que tiene que descubrirse de forma orgánica, porque no es una profesión estudiable ( o al menos eso creo ), pero sí se puede aprender de pinceladas, de pensamientos concretos, de opiniones, como las que estáis comentando.
Yo al menos lo estoy disfrutando, tanto por lo que se comenta, como por el lienzo que se extiende para hablar de muchas cosas como estas, que si bien no son un "curso" al uso, sí es compartir experiencias de forma distendida.
De psiquiatra
Completamente. Todos los que nos damos al insano vicio del exhibicionismo interior pero por eso nos entendemos en esto, aunque no nos entendamos en otras cosas.
#5¿Sabes qué pasa? Que cada psique es diferente, la tuya, la mía
Completamente de acuerdo, y eso es una suerte para los lectores, tiene que haber variedad.
Yo uso la técnica para contener a los demonios, a mis demonios
Yo los suelto, y los dejo libres, porque escriben mucho mejor que yo...
en un mar absurdo de ideas idiotas, personajes irreales y chorradas (de esas tengo unas cuentas) que no van a ningún lado
Si yo te contara...
¿Solvencia? Pff... que haya dedicado toda mi vida a aporrear teclas no me posiciona en ningún lado (...) sigo siendo un cenutrio, ni más ni menos, a la hora de aporrear teclas.
Solvencia de lo que yo considero solvencia, que es haberse peleado a tortazos con las ideas, apuñalándose con aliteraciones y analogías, y alguna vez tirándose al vacío de una metáfora, pero siempre con una búsqueda sincera, y con un gusto auténtico por lo que se hace.
Eso, en mi opinión, te da la solvencia, la sinceridad y la necesidad de expresar, sumado al tiempo.
Tampoco sabemos qué pasará cuando nos ponemos a escribir,
Me refería a que ni siquiera sé si será un poema, o un fragmento de alguna novela, y ni siquiera si es de alguna novela de las que ya estoy escribiendo, o no, o algo que tengo que dejar como un retazo suelto.
Roosevelt se equivocaba en mi caso, los he cometido todos y algunos nuevos.
Yo le enmiendo la plana demasiado a menudo
Puedo ofrecer por aquí técnicas, manual, libro de reglas de lo que YO he aprendido, pero el camino es vuestro, amigos escritores, ese camino personal no puedo hacerlo por ninguno de vosotros.
Claro, esa es la idea, pero cuando te vas metiendo en harina, acabas hecho unos zorros, y siempre viene bien que alguien que ha pasado antes por lo mismo te avise y te prevenga, aunque luego acabes hecho unos zorros igual, serás un esperpento con criterio
#2 Ya comenté en la primera parte de este "curso de estética paracaidista" que en mi caso las historias se escriben solas, y me intriga saber cómo continúan, y me asombra que tengan coherencia ( www.meneame.net/story/desguace-escritura-i/c013#c-13 ).
Sobre todo me asombra el tema de la coherencia, ya que escribo fragmentos sueltos que no son página uno, página dos, página tres... Sino retazos de una novela que está ( creo ) en mi cabeza, y corresponden a capítulos muy distintos. Y según voy escribiendo más, veo que son coherentes entre sí, aunque haya escrito al principio las páginas uno, quince, doscientos y la treinta y cuatro.
El tema es que voy intuyendo cosas, según van "apareciendo" nuevos fragmentos, y soy yo el que tiene que ir aprendiendo de la novela qué sucede, cuáles son los personajes y sus motivaciones, su pasado, etc, para no perderme, en lugar de ser al contrario.
Yo siempre me planteé la narrativa como se comenta en estos artículos, pero por algún motivo, mi cabeza funciona como le da la gana y tengo que atenterme a lo que hay.
Cuando me siento a escribir algo, no sé realmente qué acabará siendo. Los fragmentos de las novelas normalmente los distingo, pero a veces descubro trozos que pensaba que eran pensamientos al vuelo, y resulta que son parte de alguna, y encajan con partes que no conocía en aquél momento y me pasaban desapercibidos, y luego tras haber escrito más partes, resulta que encajaban en alguna parte perfectamente, y desvelaban más trama. Una locura completa.
De todos modos, lo comento sólo como rareza, por si a alguien más le pasa, que no se sienta tan rara avis, eso no deslegitima para nada todo lo que comentan #1 y #3, de los que sé que tienen capacidad sobrada para hablar del tema y con mucha solvencia.
Muchas de las cosas que comentan también las he vivido ( o cometido ) en carne propia, y conviene aprender de los errores ajenos, ya que como decía Roosevelt, no vivirás lo suficiente como para cometerlos todos.
Y por ejemplo hay detalles sobre los personajes que conviene apuntar, fechas de nacimiento, parentescos, fechas de sucesos, e incluso tus propias dudas sobre la trama, ya que en el futuro te pueden venir de perlas.
#28 Qué desfachatez... Y ahora nos quieres hacer creer que eres especial, y que no miras menéame con una mano en el nabo mientras conduces, como el resto de los mortales...
#0 Pues empezaré negando la mayor: en mi caso no es así, las historias se escriben solas, y con el tiempo voy descubriendo que la trama es más complicada de lo que pensaba, sorprendente, y que algunos detalles perdidos que ni yo mismo entendía, comienzan a tomar forma y encajar en la maraña de hilos del telar, como si alguna especie de subconsciente me estuviera contando algo que ya sabe, pero yo no.
Estoy intrigadísimo sobre cómo continuan mis novelas
PD: Igual también ese es parte del motivo por el que no he terminado todavía ninguna, aunque yo lo achaco más al poco tiempo libre para dejarme llevar, pero estoy en ello.
Aunque lo haya firmado un juez, yo sigo pensando que es ilegal, porque el juez le está delegando su capacidad de juzgar a una empresa. Si la ley dice que no puedes intervenir las comunicaciones salvo que esté amparado por un juez, no se puede de ninguna manera entender que ese amparo cubra todas las comunicaciones, al arbitrio de esa empresa privada, y mucho menos sin tener en cuenta los perjuicios a terceros.
Yo no sé por dónde irá este culebrón judicialmente, pero me da que no lo están enfocando de la forma correcta, porque la mera sentencia es aberrante.
#19 No sólo eso, sino que al final son edificios históricos.
Repito lo que comenté al respecto de demoler esta obra:
"La historia no se corrige destruyendo la historia, ni el patrimonio, por muy odioso que fuera el régimen que lo construyó. Eso nos acerca más a los Taliban que a la civilización"
Como me doy miedo a mí mismo, trato de contenerme, pero en menéame casi doy el pego.