#38 El Islam en sí no es intolerante. Lo son algunas de sus corrientes. Lo mismo que en el cristianismo, que no es lo mismo lo que gestionamos aquí que el que gestionan en sitios como EEUU, donde los católicos incendian clínicas de interrupción del embarazo.
Ahora, yo como ateo estoy dispuesto a apoyar el dogma de que TODAS las religiones son intolerantes o son susceptibles de serlo. En ese caso, prohibámoslas todas. Porque si solo prohíbes una por atribuírsele a un colectivo extranjero... entonces eres un xenófobo
Bueno, pues nada. Aquí llorando.
Cuando me preguntan qué tal llevé el confinamiento siempre digo lo mismo: que no me enteré de que estaba confinada. Vinka se puso enferma la primera semana y se fue el último día. Ya hace 5 años y el domingo hablé de ella con tantas lágrimas como el día en que se fue.
Y es verdad: no es un dolor entendido por la sociedad en general.
También porque al igual que nos pasa con las personas, hay perros que duelen más y otros que duelen un poco menos. He tenido perros que estuvieron conmigo toda su vida, ella solo lo estuvo sus últimos 5 años. Demasiado poco.
#30#9 Yo tengo hijos, tengo y he tenido perros, he perdido perros, he perdido padres y abuelos. Si me fuerzas a hablar te diré que hay perros que ocupaban un "nicho" parecido al de un hijo en mis sentimientos, son perdidas que te arrancan algo de ti para siempre, y nadie entenderá por lo que estás pasando.
Dicho esto, también es cierto que hay que normalizar que tu perro fallecerá antes que tú, es lo normal y previsible. Tu hijo no debería fallecer antes que tú, o es lo menos previsible.
Es la mejor comparación que puedo hacer, aunque no aporte nada.
"Nunca más he querido otro perro. No porque no los quiera. Sino porque sería como pintar encima de un fresco. Como cambiar la dedicatoria de un libro escrito con sangre"
Entiendo el sufrimiento de la perdida, por desgracia se me han muerto muchos, después de la muerte de mis 2 ultimas perras, estuve un tiempo sin querer tener mas porque en ese momento no quieres sufrir mas, pero al final no son amores incompatibles con otros animales ni estas reemplazando nada. Poco después rescate a otra perrilla de una protectora y vuelves a sentir cariño por ese otro animal sin necesidad de olvidar a los otros ni reemplazarlos.
No creo que nadie lo entienda, simplemente mucha gente no lo comparte.
Se puede tener más empatía por una persona que pierde a una persona cercana, pero algo menos por una persona que pierde a una "mascota" (en muchos casos es casi familia, o un ser muy querido).
Pero generalmente si lo entienden.
A no ser que sea una tarántula
A mitad de lectura, ya tengo los ojos como dos lagos de lágrimas. No puedo evitar acordarme de que en 2022 y en 2023 tuve que despedir a mis dos nenas, Pepa y Kika. Y me entra congoja, tristeza infinita, dolor de corazón y desembalso lágrimas atrasadas. Fueron las nenas que nunca tuve, mis fieles acompañantes, mis pequeñas confidentes... Y sigo llorando al escribir estas líneas.
Aún hoy, cuando veo algún perrete, un pensamiento de cariño, tristeza y añoranza se me escapa y se me pone un nudo en la garganta al hablar.
He tenido 10 perritos en toda mi vida y a todos los he amado tanto o más que a las personas (incluso de mi familia). El último que tuve estuvo conmigo durante 17 años casi las 24 horas del día junto a mí, salía en todos mis videos, fotos, incluso en grabaciones de audio se escucha. Ya hace 3 añitos que me dejó y que se llevó un parte enorme de mi. No hay ser más fiel, mas noble y agradecido que un perro. Y es verdad eso de que entre más conozco a las personas más quiero a mi perro.
Yo no tengo hijos y no puedo decir que se quiera tanto a un perro como un hijo pero puedo decir que el 4 de enero tuvimos que sacrificar un Yorkshire y cada vez que me acuerdo de él me harto de llorar, como ahora mismo. Tenía 17 años pero lo quería con locura.
Es que me la pela fuertemente que no me entiendan, que me llamen enfermo o que ridiculicen algo que nadie va a cambiar, como el hecho de que el vínculo que tengo con mis animales es mucho más fuerte que el que pueda tener con otras personas, incluso con algunos que se llaman familiares y no actúan como tal (ni yo tampoco). Si, probablemente termine muriendo sólo, pero tener quince hijos tampoco te garantiza que no te ocurra, el cuento a otro.
No necesito que el vínculo sea recíproco, me basta con saber que al menos estos dos gatos han vivido y vivirán la mejor de las vidas posibles comparadas con las otras posibilidades que tenían. No me van a venir a salvar en un incendio, ni me van a traer el periódico a la cama. No los acogí para eso. Me da igual si son animales que dependen de la existencia humana; es algo que no creo que cambie mientras yo viva, ni algo que yo pueda evitar o no contribuir. A estos dos los adopté ya mayores, y lo volveré a hacer cuando no estén para darle una oportunidad a animales que ya están aquí.
Nadie que no haya tenido mascotas o que ni siquiera sienta la más mínima empatía por otras especies va a venir a decirme cómo debo sentirme yo a cada momento respecto a las mías, igual que yo no le digo a ningún padre cómo criar a sus hijos o a ninguna otra persona cómo hacer su trabajo. Qué manía con meterse en los sentimientos ajenos, oye.
Es precioso el relato, de verdad que mejor no puede estar escrito. Hay gente que no entiende los duelos que se pueden pasar por seres no humanos, incluso por cosas!. Menuda estoy liando yo para despedir al que ha sido el coche de mi vida, de los últimos 20 años, y que encima no lo despido porque no funcione, sino por un sistema de etiquetas que no es fiel al ecologismo, sino al consumismo. Mañana vienen a por él.
Bueno, es un buen ejemplo para el mundo entero, de lo que pasa cuando se vota ultraliberalismo. Ya sea a Trump, Milei o Abascal-Feijó. Si no sabemos defender lo que tenemos, aquí y ahora, quizás, no nos lo merezcamos.
Espero que funcione exactamente como tienen previsto y dejen sin asistencia a, por lo menos, el 13% de la población.
Entre tantos millones de afectados saldrán muchos Luigis para equilibrar un poco la balanza.
La codicia, el egoísmo, la avaricia de los llamados liberales y, los que son peores, los fachapobres que les lamen las botas es algo que se estudiará en un futuro cómo el ejemplo de lo que es ser un perfecto saco de mierda. Unas malas personas.
Ahora, yo como ateo estoy dispuesto a apoyar el dogma de que TODAS las religiones son intolerantes o son susceptibles de serlo. En ese caso, prohibámoslas todas. Porque si solo prohíbes una por atribuírsele a un colectivo extranjero... entonces eres un xenófobo
Cuando me preguntan qué tal llevé el confinamiento siempre digo lo mismo: que no me enteré de que estaba confinada. Vinka se puso enferma la primera semana y se fue el último día. Ya hace 5 años y el domingo hablé de ella con tantas lágrimas como el día en que se fue.
Y es verdad: no es un dolor entendido por la sociedad en general.
También porque al igual que nos pasa con las personas, hay perros que duelen más y otros que duelen un poco menos. He tenido perros que estuvieron conmigo toda su vida, ella solo lo estuvo sus últimos 5 años. Demasiado poco.
Olga, qué suerte haber leído sobre ti.
Dicho esto, también es cierto que hay que normalizar que tu perro fallecerá antes que tú, es lo normal y previsible. Tu hijo no debería fallecer antes que tú, o es lo menos previsible.
Es la mejor comparación que puedo hacer, aunque no aporte nada.
Entiendo el sufrimiento de la perdida, por desgracia se me han muerto muchos, después de la muerte de mis 2 ultimas perras, estuve un tiempo sin querer tener mas porque en ese momento no quieres sufrir mas, pero al final no son amores incompatibles con otros animales ni estas reemplazando nada. Poco después rescate a otra perrilla de una protectora y vuelves a sentir cariño por ese otro animal sin necesidad de olvidar a los otros ni reemplazarlos.
Se puede tener más empatía por una persona que pierde a una persona cercana, pero algo menos por una persona que pierde a una "mascota" (en muchos casos es casi familia, o un ser muy querido).
Pero generalmente si lo entienden.
A no ser que sea una tarántula
Aún hoy, cuando veo algún perrete, un pensamiento de cariño, tristeza y añoranza se me escapa y se me pone un nudo en la garganta al hablar.
No necesito que el vínculo sea recíproco, me basta con saber que al menos estos dos gatos han vivido y vivirán la mejor de las vidas posibles comparadas con las otras posibilidades que tenían. No me van a venir a salvar en un incendio, ni me van a traer el periódico a la cama. No los acogí para eso. Me da igual si son animales que dependen de la existencia humana; es algo que no creo que cambie mientras yo viva, ni algo que yo pueda evitar o no contribuir. A estos dos los adopté ya mayores, y lo volveré a hacer cuando no estén para darle una oportunidad a animales que ya están aquí.
Nadie que no haya tenido mascotas o que ni siquiera sienta la más mínima empatía por otras especies va a venir a decirme cómo debo sentirme yo a cada momento respecto a las mías, igual que yo no le digo a ningún padre cómo criar a sus hijos o a ninguna otra persona cómo hacer su trabajo. Qué manía con meterse en los sentimientos ajenos, oye.
Y de paso para seguir con esa senda del egoísmo y el odio. Si no tienes dinero, puto pobre, te jodes .... la ley de la selva
Entre tantos millones de afectados saldrán muchos Luigis para equilibrar un poco la balanza.
La codicia, el egoísmo, la avaricia de los llamados liberales y, los que son peores, los fachapobres que les lamen las botas es algo que se estudiará en un futuro cómo el ejemplo de lo que es ser un perfecto saco de mierda. Unas malas personas.