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Abandonados a su (mala) suerte por España hace treinta y cinco años, los saharauis vuelven a sufrir hoy el desdén de la que un día fue su metrópoli y nunca ha dejado de comportarse como una fría madrastra de cuento. Tanto da si con Franco o con Zapatero, hay cosas que jamás cambian.
Ante un cónclave que reúne estos días a los feligreses de la Iglesia Universal del Cambio Climático, el presidente boliviano Evo Morales acaba de pronosticar que de aquí a cincuenta años todos los ciudadanos del orbe capitalista serán calvos y/o homosexuales. Es una manera como cualquier otra de decir que al capitalismo se le va a caer el pelo. Por marica.
Advierte en su último sermón dominical monseñor Rouco de Vilalba, a la sazón cardenal de Madrid, que la actual crisis económica tiene su origen en causas espirituales y de conciencia. No llega el mitrado gallego a vincular la caída del Producto Interior Bruto y la crecida del déficit público a nuestros pecados, pero algo de eso podría desprenderse de su homilía. Habrá que hacer penitencia para salir de la recesión.
El miedo al virus de la gripe A, como antes a la gripe aviar, al "Efecto 2000" y ahora al cambio climático es una magnífica fuente de beneficios para la industria. La tesis de este artículo es que existe una floreciente industria del miedo. Y a sus accionistas no les va nada mal.
Ni el drama de la saharaui Aminatu Haidar, ni la cumbre del cambio climático, ni la nueva ley del aborto, ni el temporal que estos días afligió a Galicia. La noticia más leída en los periódicos –si Internet no engaña- es el cambio de cara que un cirujano plástico acaba de practicarle a Belén Esteban. ¿Que quién es Belén Esteban? Por favor. Si usted se hace esa pregunta es que no vive en este mundo o al menos en España.
"País oficialmente pobre pero a la vez lleno de gente rica en patrimonio, Galicia puede darse el lujo de mantener deshabitada una de cada tres viviendas..." "Como alguien dijo muy sensatamente, Galicia y España basaron durante los últimos años su economía en una ficción contable: la de vendernos unos a otros casas que los bancos financiaban alegremente sin importar gran cosa que las pudiéramos pagar o no". Un artículo curioso sobre la caída del gran casino de la vivienda.
Aunque injustamente acusado de libertino por los conservadores, el actual Gobierno de Zapatero es un ejecutivo virtuoso e incluso algo místico. Ningún otro persiguió con tanta saña el vicio del tabaco y los excesos de bebida y de velocidad al volante, del mismo modo que pocos han recurrido a estrictas gobernantas como Elena Salgado para fustigar mediante toda suerte de leyes a los viciosos. La única y curiosa excepción es el juego.
Ahora quieren que nos jubilemos a los 70, para ver si nos morimos antes... Copio y pego: "Tras prejubilar alegremente a buena parte de su plantilla, las cajas de ahorros –y el resto de bancos, se supone- recomiendan ahora al Estado que aumente la edad de retiro desde los 65 a los 70. Hacen una cosa y dicen la otra, pero no por ello incurren encontradicción. Tan sólo se acogen al viejo refranero español que reza famosamente: "Consejos vendo y para mí no tengo".
Es duro ser millonario en España, dice el autor de este artículo. Creo que lleva razón: "Mucho nos quejamos por aquí de los cuatro millones de parados y de las desdichas que afligen a los trabajadores en general, pero nadie se compadece de los pobres millonarios a quienes la crisis está dejando sin millones. España, sin ir más lejos, perdió el pasado año un 20 por ciento de su nómina de potentados"...
Moderno y guay, el Estado ofrece rebajas de hasta el 50 por ciento en las multas si el culpable accede a pagar con prontitud. A tan atractiva promoción se añade además la posibilidad de pagar con tarjeta de crédito como en el súper, detalle que acaso obligue a equipar con la necesaria tecnología electrónica de cobro a los circunspectos agentes de la Guardia Civil. E incluso a añadir a sus coches-patrulla una pegatina en la que se lea el habitual aviso: "Aceptamos Visa y Mastercard".
Abandonados a su (mala) suerte por España hace treinta y cinco años, los saharauis vuelven a sufrir hoy el desdén de la que un día fue su metrópoli y nunca ha dejado de comportarse como una fría madrastra de cuento. Tanto da si con Franco o con Zapatero, hay cosas que jamás cambian.
Ante un cónclave que reúne estos días a los feligreses de la Iglesia Universal del Cambio Climático, el presidente boliviano Evo Morales acaba de pronosticar que de aquí a cincuenta años todos los ciudadanos del orbe capitalista serán calvos y/o homosexuales. Es una manera como cualquier otra de decir que al capitalismo se le va a caer el pelo. Por marica.
Advierte en su último sermón dominical monseñor Rouco de Vilalba, a la sazón cardenal de Madrid, que la actual crisis económica tiene su origen en causas espirituales y de conciencia. No llega el mitrado gallego a vincular la caída del Producto Interior Bruto y la crecida del déficit público a nuestros pecados, pero algo de eso podría desprenderse de su homilía. Habrá que hacer penitencia para salir de la recesión.
El miedo al virus de la gripe A, como antes a la gripe aviar, al "Efecto 2000" y ahora al cambio climático es una magnífica fuente de beneficios para la industria. La tesis de este artículo es que existe una floreciente industria del miedo. Y a sus accionistas no les va nada mal.
Ni el drama de la saharaui Aminatu Haidar, ni la cumbre del cambio climático, ni la nueva ley del aborto, ni el temporal que estos días afligió a Galicia. La noticia más leída en los periódicos –si Internet no engaña- es el cambio de cara que un cirujano plástico acaba de practicarle a Belén Esteban. ¿Que quién es Belén Esteban? Por favor. Si usted se hace esa pregunta es que no vive en este mundo o al menos en España.
"País oficialmente pobre pero a la vez lleno de gente rica en patrimonio, Galicia puede darse el lujo de mantener deshabitada una de cada tres viviendas..." "Como alguien dijo muy sensatamente, Galicia y España basaron durante los últimos años su economía en una ficción contable: la de vendernos unos a otros casas que los bancos financiaban alegremente sin importar gran cosa que las pudiéramos pagar o no". Un artículo curioso sobre la caída del gran casino de la vivienda.
Aunque injustamente acusado de libertino por los conservadores, el actual Gobierno de Zapatero es un ejecutivo virtuoso e incluso algo místico. Ningún otro persiguió con tanta saña el vicio del tabaco y los excesos de bebida y de velocidad al volante, del mismo modo que pocos han recurrido a estrictas gobernantas como Elena Salgado para fustigar mediante toda suerte de leyes a los viciosos. La única y curiosa excepción es el juego.
Ahora quieren que nos jubilemos a los 70, para ver si nos morimos antes... Copio y pego: "Tras prejubilar alegremente a buena parte de su plantilla, las cajas de ahorros –y el resto de bancos, se supone- recomiendan ahora al Estado que aumente la edad de retiro desde los 65 a los 70. Hacen una cosa y dicen la otra, pero no por ello incurren encontradicción. Tan sólo se acogen al viejo refranero español que reza famosamente: "Consejos vendo y para mí no tengo".
Es duro ser millonario en España, dice el autor de este artículo. Creo que lleva razón: "Mucho nos quejamos por aquí de los cuatro millones de parados y de las desdichas que afligen a los trabajadores en general, pero nadie se compadece de los pobres millonarios a quienes la crisis está dejando sin millones. España, sin ir más lejos, perdió el pasado año un 20 por ciento de su nómina de potentados"...
Moderno y guay, el Estado ofrece rebajas de hasta el 50 por ciento en las multas si el culpable accede a pagar con prontitud. A tan atractiva promoción se añade además la posibilidad de pagar con tarjeta de crédito como en el súper, detalle que acaso obligue a equipar con la necesaria tecnología electrónica de cobro a los circunspectos agentes de la Guardia Civil. E incluso a añadir a sus coches-patrulla una pegatina en la que se lea el habitual aviso: "Aceptamos Visa y Mastercard".