Hace poco mantuve una conversación con mi tío sobre este tema. Él, que vivió los tiempos en los que era muy común dejar buenas propinas a multitud de gremios, mantenía que se estaba perdiendo la costumbre y que la gente era una desagradecida y tal. Yo intentaba hacerle ver que en aquella época era casi una forma de solidaridad con gente cuyo salario apenas le llegaba para vivir, pero que hoy en día debería haber desaparecido. Se supone que todo trabajador debería tener un sueldo digno que le permita vivir de él y no depender de limosnas para llegar a fin de mes. Y, por supuesto, la buena atención y el trato correcto son cosas que forman, o deberían, parte de dicho trabajo.
Pero no hubo forma de cambiar la opinión de mi tío...
Y que conste que yo de vez en cuando dejo propinas.
Portada
mis comunidades
otras secciones
Me alegro que por una vez premien las buenas conductas en lugar de castigar las habituales o no tan buenas.