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Han pasado algo más de 30 años desde que se diagnosticaron las primeras muertes relacionadas con el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (Sida). Desde entonces se ha avanzado mucho gracias a los antirretrovirales, medicamentos específicos para el tratamiento de infecciones por retrovirus como el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), causante del Sida. Sin embargo, la comunidad científica aún no ha dado con una vacuna contra el Sida, en la que trabaja desde hace años, y aún hay retos pendientes en torno a esta enfermedad.
Tengo 57 años y pertenezco a la primera ola de adopciones de niños de Corea del Sur de los años sesenta en Estados Unidos. Crecí junto a mi hermano gemelo en una cariñosa familia norteamericana, pero siempre me sentí un alienígena entre blancos. Ahora me dedico a ayudar a padres adoptivos y a sus hijos racializados a vivir en el amor y la diversidad. He sido invitado por la Asociación Antirracista de Madres con Hijxs Negros de Barcelona para compartir mi historia con ellos.
"Si usted es de derechas y vive rodeado de gente más bien izquierdosa, es probable que no le sorprenda lo que tres investigadores (Jonathan Haidt, Jesse Graham y Brian Nosek) descubrieron hace unos años. Lo narra el primero de ellos en su libro The righteous mind. Realizaron el siguiente experimento: plantearon unos cuantos dilemas morales a un nutrido grupo de personas...". Columna de opinión de Miguel Ángel Quintana Paz sobre la monarquía.
En este artículo, Lorena G. Maldonado escribe sobre la impunidad con la que actúan algunos hombres como Luppi o Tarantino, sabiendo de la estima que gozan. "No se trata de dejar de disfrutar de sus obras -el arte es arte y hay que consumirlo sin firmas, sin sentirnos culpables: es absurdo calibrar si nuestro libro favorito lo ha escrito una buena persona-, pero sí de evitar que la belleza de sus trabajos dulcifique nuestra concepción del autor, tanto que nuestra conciencia clemente se salte la propia legalidad".
"Pues si una generación tan cultivada derrapó tanto, si tuvo lemas tan pueriles, y tan inaceptables para un sujeto político como “Seamos realistas, pidamos lo imposible”, ¿por qué debería extrañarnos, por qué sorprendernos de que en una comunidad autónoma española, una de las regiones más prósperas y libres del mundo, unas masas de pánfilos se alcen clamorosamente para reclamar, para exigir, embutidos en camisetas amarillas, la democracia de la que ya disfrutan y la libertad de la que ya van sobrados?"
Han pasado algo más de 30 años desde que se diagnosticaron las primeras muertes relacionadas con el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (Sida). Desde entonces se ha avanzado mucho gracias a los antirretrovirales, medicamentos específicos para el tratamiento de infecciones por retrovirus como el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), causante del Sida. Sin embargo, la comunidad científica aún no ha dado con una vacuna contra el Sida, en la que trabaja desde hace años, y aún hay retos pendientes en torno a esta enfermedad.
Tengo 57 años y pertenezco a la primera ola de adopciones de niños de Corea del Sur de los años sesenta en Estados Unidos. Crecí junto a mi hermano gemelo en una cariñosa familia norteamericana, pero siempre me sentí un alienígena entre blancos. Ahora me dedico a ayudar a padres adoptivos y a sus hijos racializados a vivir en el amor y la diversidad. He sido invitado por la Asociación Antirracista de Madres con Hijxs Negros de Barcelona para compartir mi historia con ellos.
"Si usted es de derechas y vive rodeado de gente más bien izquierdosa, es probable que no le sorprenda lo que tres investigadores (Jonathan Haidt, Jesse Graham y Brian Nosek) descubrieron hace unos años. Lo narra el primero de ellos en su libro The righteous mind. Realizaron el siguiente experimento: plantearon unos cuantos dilemas morales a un nutrido grupo de personas...". Columna de opinión de Miguel Ángel Quintana Paz sobre la monarquía.
En este artículo, Lorena G. Maldonado escribe sobre la impunidad con la que actúan algunos hombres como Luppi o Tarantino, sabiendo de la estima que gozan. "No se trata de dejar de disfrutar de sus obras -el arte es arte y hay que consumirlo sin firmas, sin sentirnos culpables: es absurdo calibrar si nuestro libro favorito lo ha escrito una buena persona-, pero sí de evitar que la belleza de sus trabajos dulcifique nuestra concepción del autor, tanto que nuestra conciencia clemente se salte la propia legalidad".
"Pues si una generación tan cultivada derrapó tanto, si tuvo lemas tan pueriles, y tan inaceptables para un sujeto político como “Seamos realistas, pidamos lo imposible”, ¿por qué debería extrañarnos, por qué sorprendernos de que en una comunidad autónoma española, una de las regiones más prósperas y libres del mundo, unas masas de pánfilos se alcen clamorosamente para reclamar, para exigir, embutidos en camisetas amarillas, la democracia de la que ya disfrutan y la libertad de la que ya van sobrados?"