Por supuesto que nuestras moralidades son diferentes, es obvio.
Según esta doble moral de ustedes, particular y partidista, el beneficiarse del desfalco de las tarjetas black no debería ser juzgado como delito en este caso ni tampoco entonces en el de Rato y los demás beneficiarios. Ni del tráfico de influencias presunto en la adjudicación de créditos por parte de su Padre a la cooperativa de las viviendas, justo antes de que se le conceda el piso. El especular no es delito por lo tanto ni es moralmente reprobable según todos estos razonamientos.
Uno puede especular una vivienda oficial sin que ello sea delito, pero cuando pontifica al mismo tiempo en el senado como cargo público y por todo el país contra la especulación de la vivienda de protección oficial, lo que está ocurriendo es que se hace lo contrario que se predica y entonces la autoridad moral desapareció.
El sectarismo y la demagogia podemita no conocen límites. Dime de que presumes...
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Aquí obviamente la diferencia relevante no es la de moralidad, pues la inmoralidad cometida es obvia y flagrante por mucho que se pretenda relativizar. Un especulador lo es. La diferencia importante es la del rasero que aplican, muy amplio para los suyos pero muy estrechito para los demás. Es decir la Ley del Embudo. Pura casta camuflada.