No me voy de Galicia, pero sí de esta ciudad que ya no reconozco. De este Santiago que se ha vendido al mejor postor, que ha sacrificado su alma en el altar del turismo masivo y la especulación inmobiliaria.
Pues espérate a volver al Mediterráneo i ja voràs, amic, jajajaj
Madre mía, estamos jodidos.
Pues espérate a volver al Mediterráneo i ja voràs, amic, jajajaj