El intento de equiparación del Imperio Romano al dominio estadounidense tras la Segunda Guerra Mundial es tan viejo y manido como, en mi opinión, errado. Se trata de dos clases de imperialismo distinto con un contexto particular y pienso que, sin perjuicio de similitudes (como se pueden dar entre cualquier dos clases de regímenes políticos) obedece más a un intento de caracterización ideológica que a un análisis serio.
Sin entrar en este debate, la historia, como dice el adagio, puede que no se repita, pero sí rima. Y de un tiempo a esta parte no paro de ver similitudes entre la degradación institucional estadounidense y la República romana tardía. Y no puedo dejar de ver cómo algunas actuaciones concretas de Trump riman con acciones de Cayo Julio César.
Dejemos esto claro: Trump no le llega a la suela de los zapatos a César en absolutamente nada. Tal vez mi opinión esté un poco sesgada por ser este último mi personaje histórico favorito, al que le he dedicado horas y horas de estudio; pero creo que sólo un fanático podría ponerlos en la misma liga, fuera de sus similitudes: instinto autocrático, el recelo a las instituciones y tener ambos un perfil outsider al statu quo, a pesar de ser, ambos, de rancia "aristocracia" nacional.
Al hilo del “NO KINGS” reciente en Estados Unidos y de las manifestaciones contra las pulsiones del presidente, Trump posteó un vídeo realizado con inteligencia artificial que lo representa como un rey, con la parafernalia y panoplia asociada a un monarca clásico inglés.
Y esto no deja de recordarme el incidente de las Lupercales del año 44 a.C.
Otro de los versos que riman entre EE.UU y Roma es el odio que le tenían al concepto mismo de rey. Ambos se rebelaron contra su monarquía, la primera mediante una escisión. En Roma, acusar a alguien de querer ser rey era la principal y más grave acusación que se le podía hacer a un rival político, y fue causa del fin deshonroso de carreras extraordinariamente exitosas como la de Escipión Africano. Ser Rey era anatema. Como en EE.UU.
Existe la imagen simplista (y por tanto errónea) de que un día había República y al otro llegó César y montó un Imperio que heredaría Augusto. La República llevaba décadas siendo degradada progresivamente. Se ignoraban procedimientos legales, se hacían cosas manifiestamente contra ley, se inventaban normas, se eludían otras, la fuerza primaba sobre la razón. César empujó contra la República, no halló resistencia (con unas instituciones muy debilitadas), empujó un poco más, y empujó y empujó hasta que se percató de que nada quedaba de ella salvo el nombre. Fue, repito, algo gradual que derivaba desde antes siquiera de su nacimiento.
Otro verso que rima.
Pongámonos en contexto: derrotados todos sus enemigos principales, César es el primer hombre de Roma y el auténtico amo del cotarro. Acumula poderes y privilegios nunca vistos en un dirigente romano desde el rey Tarquinio el Soberbio.
Y en este contexto se produce la pantomima del ofrecimiento de la corona de rey a César en las Lupercales de ese año. Se trataba de una fiesta por demás curiosa, en la que hombres desnudos vestidos con piel de lobo jaraneaban, se emborrachaban y daban leves latigazos a jóvenes muchachas, que creían que eso favorecía su fecundidad.
En medio del jolgorio sucede lo siguiente: Marco Antonio ofrece o pone una corona a César tres veces. La plebe reacciona de forma, por lo general, desfavorable. Cuando César la rechaza por última vez, el populacho lo vitorea.
Y hay tres formas de ver este hecho, sobre el cual ni las fuentes antiguas ni los estudiosos contemporáneos se ponen de acuerdo. Como no somos ingenuos, vamos a partir de la base que el ofrecimiento no fue algo espontáneo sino coreografiado; la incógnita es por qué:
- Unos dicen que esto únicamente pretendía escenificar el rechazo de César, y que, a pesar de gozar de todos los poderes de un rey, no tenía deseos de serlo ni de acabar con la República.
- Otros entienden que esto pretendía escenificar que el pueblo romano deseaba ver a César como rey, aunque él lo rechazase, porque entiende que los símbolos no son nada comparado con el poder real que tiene.
- Y por último, la tercera teoría es que César pretendía probar cómo estaba el ambiente antes de tomar una decisión. Sostiene que, si la gente hubiese aclamado en el primer intento de coronación, en vez de rechazarla la habría aceptado. Pero esto sirvió como forma de ver cómo estaban los ánimos, y al percatarse de que el pueblo romano seguía sin aceptar un rey, aprovechó para escenificar un rechazo. Win-win.
Lo bueno (y complicado) de César es que todo se explica de forma doble. Sus acciones, por lo general, pueden ser vistas como algo maquiavélicamente meditado, o como algo emocional y sincero. Lo que creo personalmente y lo que hace que sea mi personaje histórico favorito es que se dan ambas. Uno puede pensar que César perdonaba a sus enemigos porque pretendía actuar de puertas afuera como clemente y tener una clase senatorial favorable; otro puede opinar que César perdonaba únicamente por su candidez y clemencia innatas con sus colegas; y otros, entre los que me incluyo, creo que a César lo guiaban ambos instintos con igual intensidad.
Por eso me adhiero a la tercera teoría de la pantomima especificada en las Lupercales: una forma de meter el dedito en la piscina a ver si se zambullía o no. Si me declaro Rey a calzón quitado o simplemente me mantengo con todos los poderes de uno, pero salvando las apariencias.
Y por eso pienso que el infame tweet de Trump como rey es la puesta en escena del rechazo a la corona de las Lupercales, una forma de ver si su pueblo acepta la idea de verle como autócrata. Unas Lupercales tuiteras.
Pero lo que me causa más inquietud es que el pueblo americano no ha rechazado tan de lleno la idea de un rey como el pueblo romano. Y habida cuenta de que César tuvo que enfrentarse militarmente a muchos oponentes hasta ser el princeps romano, esto me da mucho en qué pensar.
Porque, como se dice, la historia rima.
En los últimos meses se ven noticias como que España es un hub cientifico lider en ensayos clinicos y que ya supera a Alemania(1)(2)(3). Este éxito es un motivo de orgullo, pero no estaría completo sin abordar la parte oscura y negativa que arrastra la ya conocida "Marca España" de la investigación: las malas condiciones laborales que, irónicamente, son el principal motor económico para que las farmacéuticas inviertan tan rentablemente en nuestro país.
La clave de la inversión y la alta concentración geográfica de los ensayos se sitúa principalmente en Madrid y Barcelona. Esta centralización provoca una doble desigualdad:
Actualmente, esta concentración es crítica, ya que solo Madrid y Cataluña acaparan el 56% de los hospitales que participan en ensayos clínicos oncológicos en marcha. Esta descompensación se traduce en enormes diferencias en las tasas de reclutamiento de pacientes entre Comunidades Autónomas. Sin embargo, promover la descentralización no solo busca la equidad del paciente, sino también la mejor calidad científica de los datos, ya que permite incluir una población más diversa de todo el territorio nacional, tal como se apunta desde el sector.
Como comenta Amelia Martín Uranga, directora de Investigación Clínica y Traslacional de Farmaindustria, “Es fundamental trabajar en ensayos clínicos descentralizados por el bien de los pacientes españoles independientemente de donde vivan” (4).
El factor decisivo para la rentabilidad de España es el coste del talento. Para trabajar en esta área es imprescindible disponer de una carrera relacionada con las ciencias (Biología, Medicina, Enfermería, Farmacia, etc.) y un Máster de Coordinación de Ensayos Clínicos (5), una formación de alta especialización.
A pesar de esta alta cualificación, los sueldos en Fundaciones asociadas a hospitales públicos, especialmente en Madrid, no se corresponden con el coste de vida. El salario neto de un coordinador de ensayos clínicos o similar se sitúa aproximadamente en 1.500€ netos al mes, y ahora indefinidos, pero hasta el cambio de modelo de contratos del Ministerio de Trabajo de Yolanda Díaz, con contratos por Obra y Servicio renovados anualmente, a donde desean volver muchas de las direcciones de estas fundaciones y la Comunidad de Madrid.
Este bajo sueldo se agrava por la rigidez en la conciliación. Aunque estos puestos implican en muchos roles una labor de gestión y documentación 100% teletrabajable o en otros roles al menos un 90% remoto, el teletrabajo está sistemáticamente negado por las Direcciones de estas Fundaciones, Hospitales y por la propias comunidades autonomas, en especial la Comunidad de Madrid.
La justificación que impera es la de la equidad negativa: si algunos empleados no pueden teletrabajar, entonces nadie debe hacerlo, incluso si funcionalmente el puesto es remoto.
Esta situación, combinada con un salario que no permite afrontar el alto coste de la vivienda en Madrid o Barcelona, obliga a estos profesionales a tomar decisiones de vida insostenibles: o bien compartir piso con otras personas, o bien trasladar su residencia a la periferia o a municipios muy alejados del área metropolitana. El resultado directo de esta elección es que el trabajador debe asumir un coste altísimo en forma de largos desplazamientos diarios (que pueden superar las dos horas al día). De este modo, la falta de teletrabajo se convierte en un impuesto invisible sobre el tiempo y la calidad de vida que el profesional cualificado debe pagar para subvencionar la rigidez y el bajo coste laboral del sistema.
Este veto al teletrabajo ancla a profesionales de alto valor a vivir en la zona de Madrid o Barcelona, forzándolos a competir en el mercado inmobiliario más caro de España con un salario que es inferior al salario mínimo bruto de otros países europeos (Francia: 1.800€ brutos/mes (6), aproximadamente 1400€ netos/mes, Alemania: 2.161€ brutos/mes (7), aproximadamente 1500€ netos/mes) para un puesto de alta cualificación.
El sistema se sostiene sobre dos pilares insostenibles:
Mientras este modelo persista, España será atractiva para la inversión extranjera, pero insostenible para el profesional. El sistema actual está abocado al colapso funcional por la imposibilidad de contratar y retener talento que se pueda permitir vivir en la zona con esos salarios y sin flexibilidad laboral.
Bibliografía:
(1) elpais.com/extra/eventos/2025-03-02/espana-lider-en-ensayos-clinicos.h
(2) elglobalfarma.com/industria/europa-situa-a-espana-como-pais-lider-en-e
(3) www.farmaindustria.es/web/reportaje/estas-son-las-10-razones-por-las-q
(4) www.farmaindustria.es/web/otra-noticia/es-fundamental-trabajar-en-ensa
(5) www.esame.org/cecicbarcelona
Leo en Ok diario una noticia sobre los cazadores
El artículo, que dice basarse en un informe elaborado con la colaboración de la Fundación Artemisan y Deloitte, dice, entre otras cosas que:
Tal vez se me escapa algo, pero si los ingresos netos del cazador medio son 2.011 €/mes, 28.154 €/año si cobra 14 pagas, y el gasto medio es de 12.069 €/año....
¿El cazador medio se gasta el 43 % de sus ingresos netos en la caza?
¿El artículo miente como un bellaco?
¿Nos tenemos que creer la mención del informe original que dice que el colectivo de cazadores invierte 289 millones al año en gestión y conservación del medio ambiente?
¿Responde todo esto a un greenwashing de la caza?
No he visto ningúna noticia al respecto aún pero este servicio de dns ha sido descontinuado. Al entrar en su web
The dns0.eu service has been discontinued. We would have liked to keep it running, but it was not sustainable for us in terms of time and resources.We recommend switching to DNS4EU or NextDNS.
Por ahora parece que sigue resolviendo pero si lo estais usando es momento de cambiar
Es de conocimiento publico el hallazgo del escudo romano que se exhibió este verano en el British Museum previo préstamo de la Galería de arte de la Universidad de Yale, EEUU. Todos los medios y particulares, antes o después de su reciente exposición han vendido este hallazgo como "el único escudo romano superviviente", lo cual es falso.
Comencemos hablando sobre la historia de su descubrimiento.
Dura Europos fue una ciudad originalmente helenística, conquistada posteriormente por romanos y finalmente por sasánidas. El descubrimiento de la ciudad fue en 1919 a manos de soldados del Imperio Británico, comenzando sus excavaciones en 1922, organizadas por la Universidad de Yale en conjunto a la Academia Francesa de Inscripciones y Letras. El escudo se descubrió durante la 6ª temporada de trabajo entre octubre de 1932 y marzo de 1933.
El escudo —denominado como el n.º 15— y al contrario de la visión del publico general de un hallazgo prístino y milagroso, fue hallado roto en 13 fragmentos. El estado actual es resultado de una fortísima restauración que primó el estado de la pintura antes que la conservación de las medias originales, las cuales serian 66cm de anchura y 23cm de profundidad frente a los 40*30cm actuales.
En arqueología no existe un estado binario: los objetos no se hallan completos o no se hallan. Muchos de los hallazgos de escudos romanos aparecen como pequeños fragmentos del núcleo, tablas o láminas sueltas, o bien como accesorios —apliques decorativos, umbos, asas o cantoneras—. En algunos casos se conservan piezas de mayor tamaño, y solo en contadas ocasiones se han encontrado ejemplares de tamaño casi completo. A veces, lo único que permanece es la huella que el escudo dejó en el suelo.
El grado de conservación no depende del tamaño del hallazgo: pueden hallarse escudos casi enteros en muy mal estado o, por el contrario, pequeños fragmentos excepcionalmente bien preservados. A veces, lo único que permanece es la huella que el escudo dejó en el suelo junto con ínfimos restos físicos.
En cierto grado, es verdad que el escudo n.º 15 es una rara avis, sin embargo no lo convierte en el "único escudo romano superviviente", tan solo en el mejor. Veamos su estado original:

Este fue el estado del hallazgo, recién excavado. Un gran fragmento perteneciente a la mitad inferior izquierda (desde el lado del portador) y con el resto fragmentado en 12 pequeños pedazos. A la derecha ensamblado provisionalmente sobre una mesa.
Pero, ¿qué hay del resto de escudos?
El segundo hallazgo digno de mención es el hallazgo de Fayum, en el cual me basé para un encargo que supuso el puto álgido actual de mi carrera. Este escudo fue encontrado con el núcleo casi intacto, sin fragmentar y sólido. Conserva de forma parcial el recubrimiento original de fieltro, pero tan solo ínfimas trazas de pintura. En cierto modo, su estado de conservación es mejor que el de Dura Europos.

A la izquierda el hallazgo original recién desenterrado, rotado 180º. A la derecha mi reconstrucción.
Otros hallazgos dignos de mención provienen también de Dura Europos. Como podéis adivinar, si el escudo anterior era el n.º 15 es que no era el único. La realidad es que había 21 escudos romanos en total. Ilústremelos:

Escudo n.º 1 "Homérico". A la izquierda el estado actual con parte de su pintura desvanecida. A la derecha la ilustración de la reconstrucción de la pintura.

Escudo nº 2 "amazonomaquia. A la izquierda el estado actual con parte de su pintura desvanecida. A la derecha la ilustración de la reconstrucción de la pintura.

Escudo n.º 3, el escudo del "Dios guerrero". A la izquierda el estado actual con parte de su pintura desvanecida. A la derecha la ilustración de la reconstrucción de la pintura.

Escudo n.º 9, el escudo con mapa. Solo se conserva el recubrimiento de piel pintada.
Fuera de Dura existen una miríada de pequeños hallazgos. Aquí algunos de ellos:

Muestra de varios fragmentos en diferentes estados de conservación. De izquierda a derecha: Qars Ibrim (madera desnuda), Masada (madera con su recubrimiento de lino y pergamino) y Oxyrhynchus (madera, pergamino, pintura)
Esto es solo una pequeña muestra de los hallazgos conocidos, tanto de escudos curvos de contrachapado como planos de tablas. Considero que el escudo n.º 15 de Dura Europos es parcialmente merecedor de la admiración que genera, pero se ha magnificado enormemente el alcance real del hallazgo al situarlo como el único vestigio físico de estos escudos. Muchos de estos fragmentos menospreciados dan una enorme cantidad de información sobre como estaban construidos, tanto de manera aislada como al reunirlos y estudiarlos en conjunto. Puede que la importancia de estos fragmentos para mi sea mucho más importante que para otros.
El otro día, mientras los niños jugaban en el parque, comentaba con nostalgia mis primeras andaduras digitales de mi juventud con otro padre. Con un brillo en los ojos, ambos recordamos esa ilusión por todo aquello nuevo por probar, aprender y compartir.
Cada vez más enfrascados en nuestra conversación, el parque iba disolviéndose y volvimos a tener 15 años. Como aquella primera vez que vimos una SNES o la Megadrive en casa de un amigo, cuando su madre, enloquecida, cortaba la luz para que cada niño se fuese a su casa. O cuando tiramos un cable de red entre casas para jugar en red al StarCraft. La constante búsqueda del mejor y más barato cyber para jugar al Age of Empires, al Quake 3 Arena o al Day of Defeat. Noches enteras donde los ojos se cerraban entre el humo del tabaco y el brillo de los monitores CRT.
Recordé entonces recorrer España para ir a las LAN parties. Toda la gente que conocí con mi torre a cuestas. Todo lo que aprendí y lo mal que dormí en fríos pabellones sobre un colchón hinchable. Jóvenes, idealistas, el movimiento hacker, David Bravo y el copyleft, la alegría de conectar tu disco duro lleno de gigabytes de información a la red P2P para que cualquiera pudiera hacer uso de ello.

De repente despertamos de nuestra ensoñación: los niños nos estaban diciendo algo. Volvía a tener casi cuarenta años. De golpe fui consciente de que, pese a estar más interconectados que nunca, estamos mucho más aislados que antes. La red ha cambiado: ya no hay necesidad de llevarte tu ordenador para jugar con tus amigos; ahora solo hay desconocidos con los que jugar, cada uno en su silo, como preparacionistas esperando el fin del mundo.
¿Es el mundo el que ha cambiado o simplemente nos hemos hecho mayores? ¿Puede volver el espíritu de la LAN party?
He estado en la parte austral de Chile, en la región de los Lagos cuya capital es Puerto Montt, de vacaciones. Uno de los primeros días fui caminando hasta una de las entradas del Parque Nacional Vicente Pérez Rosales, el más antiguo de Chile y, viendo que había oficina del CONCAF, los guardabosques de los parques nacionales, para entendernos, entré en ella para preguntarles sobre senderos y rutas a pie en la zona. Me recibió un tipo como de mi edad muy amable y con el que enseguida nos caímos bien. Salimos de la oficina, pues me quería indicar, caminos sobre el mismo trazado y al hacerlo me fije en que en la ventana había colgado un cartel, lo leí por encima, y en él aparecían unas fotos, no muy buenas, de un chaval, junto a la leyenda "Joven holandés de 18 años desaparecido en los alrededores de la cima del volcán Osorno". Dejé de leer a medias y le pregunté al guardabosques "¿Qué ha pasado?" y él me contestó "Bueno, no se si sabes que aquí hubo una dictadura y..." giré mi vista hacia el cartel y la fecha de la desaparición era el 12 de diciembre de 1985.
Maarten Melle Visser desapareció, o lo desaparecieron. Sus padres, que ya están a punto de llegar a los 90 años, siguen acudiendo cada año al volcán Osorno para ver si se encuentra alguna pista sobre su desaparición. Solo dejaron de venir en 2020 y 2021 por la pandemia. La gente de la CONAF mantiene el cartel en el cristal de la ventana, para hacerles saber a los padres que no están solos en la búsqueda, que la desaparición de su hijo, y de tantos otros, continúa sin resolverse. Se me giró el estómago, imaginar la angustia de los pobres padres que continuarán buscando a su hijo hasta el final. La madre decía, hace un año o dos, que ya le queda muy poco de vida y que le gustaría morirse sabiendo donde están los restos de su hijo. No va a ser así.
Dejando de lado que me parece una locura que un niño de 18 años viajará sólo al Chile de Pinochet, habiendo tantos otros lugares en el mundo en 1985 mucho más tranquilos lo que se ha podido averiguar hasta ahora es lo siguiente.
El chaval se alojó en una casa particular en Puerto Montt, allí mantuvo una discusión, no parece que nada grave, con los anfitriones sobre Pinochet y la dictadura chilena. El chaval se posicionó claramente en contra. Fue una discusión dentro de un domicilio particular. A día siguiente el chico ascendió hasta el volcán Osorno y durmió en el refugio. Era aficionado a la fotografía. Por la mañana salió temprano a tomar fotos sobre los impresionantes paisajes y ya nunca más se supo de él.
Hay pistas que lo vinculan con la Colonia Dignidad, parece que permaneció en ese lugar que se venía utilizando como centro clandestino de detenciones. Nada más a partir de ahí.
Si leéis sobre la Colonia Dignidad se os erizarán los vellos, una secta fundada por un pederasta nazi alemán, que hasta los mismo nazis lo obligaron a huir de la Alemania de la preguerra y que se utilizó, además de para sodomizar a decenas de niños, para torturar a todo tipo de personas por decisión de la dictadura de Pinochet, ambos tipejos se llevaban especialmente bien. Hasta ¡2005! la secta no fue desmantelada, era un poco rollo amish y ahora en el lugar hay posadas de turismo rural y hacen mantequillas y mermeladas y tal. Un lugar que debería haber ardido hasta los cimientos sigue funcionando llevado ahora por los sectarios que lo mismo te hacen una mermelada de ciruela que te sacan los dientes con un sacacorchos. Creo que los que lo llevan son los sectarios víctimas, pero vete tú a saber porque parece, de lo que he leído, que sólo el super nazi era malo y que los demás eran todos víctimas (se vinieron desde Alemania en 1939 200 personas con él, era un predicador calvinista el tipo).
Hay incluso un documental sobre el tema.
Esto es de hace tres años
veo el vídeo y me saltan las lágrimas. Lo peor es que hay mierdas que saben lo que pasó, los que lo desaparecieron, podrían redactar un anónimo, dando un poco de tranquilidad a la familia. Pero no sucederá. Un niño de 18 años, sin filiación política ninguna, que simplemente discutió levemente sobre la dictadura en un entorno privado. Secuestrado, torturado y desaparecido únicamente por eso. Como miles y miles de chilenos.
Este año se cumplen los 40 años de su desaparición.
He hecho pequeños cambios.
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¿Has paseado alguna vez por un cementerio al atardecer?, ¿te has parado a leer los epitafios ocultos por flores secas?, ¿has reflexionado sobre tu propia mortalidad ante la tumba de un infante?
Sobre Hellboy, el comic creado por Mike Migniola, mucho se ha escrito y dicho. Su original combinación de temas lo hace una obra única. No todos pueden amalgamar de forma tan acertada conceptos tan dispares como mitología, folclore, personajes históricos, nazismo y horrores cósmicos más allá del tiempo.
Hellboy es un detective de lo paranormal, medio hombre, medio demonio que es invocado por una sección ocultista nazi, la sociedad Thule, como un plan para ganar la guerra. La versión cinematográfica, dirigida por Guillermo del Toro, se nos presenta como un superhéroe bruto y malhablado, obviando así su esencia más característica.
Pero es en sus historias cortas, melancólicas y nostálgicas donde realmente brilla. Es en húmedas criptas, sombríos promontorios y ruinas consagradas donde encuentra su verdadera identidad.

En 1796 Matthew Gregory Lewis publica "El monje". En la novela los personajes transitan por las tortuosas calles de Madrid, enclaustrados en celdas monacales, vagando por subsuelos y sombríos caminos. Transgresora, contiene pactos demoniacos, violaciones, incesto y lujuriosos personajes. Es una novela que se enmarca en la narrativa gótica.
La novela gótica es a su vez parte del romanticismo, un movimiento cultural que se originó como una reacción al espíritu racional de la ilustración. La estética favorecía lo decadente, ruinoso y depresivo; vinculado con lo oculto y lo sobrenatural. Los escenarios característicos eran conventos, castillos, monasterios, criptas, ruinas y atmósferas claustrofóbicas.
En España podemos ver su influencia en muchos autores, especialmente en Gustavo Adolfo Bécquer y sus leyendas como "El monte de las ánimas". Como ejemplo, una de sus rimas:
Espíritu sin nombre,
indefinible esencia,
yo vivo con la vida
sin formas de la idea.
Yo nado en el vacío,
del sol tiemblo en la hoguera,
palpito entre las sombras
y floto con las nieblas.
Esta estética está presente en toda la obra de Hellboy, pero particularmente en las primeras historias dibujadas por Mignola. Hellboy se nos presenta como un personaje reflexivo, una suerte de héroe trágico, torturado e incomprendido. Transita por castillos en ruinas, cementerios olvidados y naturaleza desbordante que le ha ganado terreno a la civilización.

En la historia "Navidades subterráneas", Hellboy tiene que liberar el fantasma de una niña que ha sido encadenada por un ser maléfico que la seduce. Para rescatarla debe entrar por un mausoleo a un tétrico palacio subterráneo.
... me llevó a un agujero en la tierra donde por un momento me perdí. Luego una voz tranquilizadora se dirigió a mi, viniendo de la oscuridad. Y no me dijo más.
En "El ataúd encadenado" nos enseñan el origen de Hellboy. Como en "El monje" de Lewis podemos ver a un demonio seduciendo a una mujer y yaciendo con ella. Mismos temas, misma estética. Un acto que la condenará para siempre. A ella y a sus descendientes.
... tu mataste a mis hijos. Olvídales. No son nada. Cenizas. Polvo. ¿Qué importan?
Estas historias cortas comparten un motivo recurrente: la seducción y la condena, ecos de la narrativa gótica clásica, donde lo sobrenatural se mezcla con la culpa y el destino inexorable.
La influencia pictórica también es evidente en Hellboy, especialmente en el uso del claroscuro y la monumentalidad de las figuras. Obras como El gran dragón rojo de William Blake anticipan la atmósfera que Mignola recrea en sus viñetas: enormes sombras, siluetas imponentes y un dramatismo visual que refuerza la sensación de lo sobrenatural y lo trágico. Al igual que Blake, Mignola utiliza el contraste entre luz y oscuridad para guiar la mirada del espectador, otorgando a cada criatura y cada ruina un peso simbólico que va más allá de la narrativa.

Sin duda, Hellboy es un heredero de lo gótico; retoma y reconfigura sus obsesiones —culpa, herencia, ruina, lo sobrenatural— para transformarlas en viñetas de sombra y silencio.

menéame