Tal y como están las cosas, empieza a ser más importante medir la intensidad de la propaganda que su contenido. El contenido ya sabemos de qué va: el enemigo es muy malo, mata civiles, bombardea ciudades, asesina niños, agrede al medio ambiente, etc, etc. La cuestión, insisto, es la intensidad. ¿No teneís la impresión de que la intensidad de la propaganda con que nos bombardean en este lado induce a pensar que nos preparan para una guerra a gran escala y no para un tratado de paz que pueda firmarse mañana? …