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Cambio Climatico Irreversible - Comenzar las medidas postcolapso

El mundo no está actuando con suficiente rapidez ni contundencia para frenar el cambio climático, provocado por el calentamiento global de origen humano. Algunos aún tienen la esperanza de resolver el problema con una transición energética, pero vamos varias décadas tarde con todo este proceso, y así seguirá siendo: si hasta ahora la inercia de los mercados privados y los beneficios económicos empresariales han sido el principal freno para la transición a nuevos sistemas energéticos sostenibles, ahora hay que sumar la imposición de una transición energética bajo la lógica del capitalismo, con el hándicap de que el mundo físico impide llevarla a cabo en tiempo y forma.

Pero aun en el hipotético caso de que la transición energética se pudiera llevar a cabo físicamente, ya no serviría de nada. Por definición la transición energética implica desembolsar una cantidad multimillonaria de dinero que no todas las economías se pueden permitir, máxime cuando los rendimientos económicos que se obtienen son muy escasos, debido principalmente a la poca madurez de las energías alternativas y su escasa implantación potencial. Problemas globales requieren soluciones globales, y la desigualdad global provoca que muchos países desoigan las alertas, o estén tan centrados en hacer funcionar sus economías, que el problema climático pase a un segundo plano. Y para más inri, encima postergamos las acciones correctoras año tras año, cumbre tras cumbre. Por un lado tenemos a la Unión Europea, que a pesar de abanderar la transición energética y la lucha contra el cambio climático, se dedica a aprobar medidas tan desastrosas como catalogar el gas natural como energía verde o ponerse a comprar gas de esquisto que viene en buques metaneros desde EEUU. Luego tenemos países con gobiernos negacionistas del cambio climático, tenemos países emergentes que quieren consumir energías fósiles para crecer, ya que occidente también lo ha hecho para el desarrollo de sus economías, etc. Un embrollo de narices, vamos.

Por tanto, hay que hacerse a la idea de que el cambio climático es imparable e ineludible, y el colapso del clima será el día de mañana. Ya no hace falta esforzarse demasiado en intentar evitar lo inevitable. Frenar la quema de combustibles fósiles ya no va a servir para frenar el cambio climático, en estos momentos solo se trata de no alcanzar nunca el aumento de los 4 grados. No obstante, tenemos abierta una ventana temporal para adaptarnos lo mejor posible al cambio. Antes que destinar tiempo, energía y recursos a intentar frenar el cambio inevitable, deberíamos empezar a trabajar ya en el diseño del mundo que necesitaremos tener tras el colapso, ya que ésta y no otra, será la única garantía de nuestra supervivencia.

Aun no tenemos clara cuál será realmente la magnitud del desastre, ni cómo cambiará realmente el clima. Tenemos pruebas de que habrá consecuencias graves para la vida y la humanidad, pero su alcance final no lo podemos medir y de momento es solo intuitivo: tenemos sobre la mesa la desertificación de muchas zonas cultivables, el agotamiento del agua dulce de los acuíferos, la rotura del ciclo del agua, la pérdida de insectos polinizadores, el colapso de la ganadería debido a las sequías, el aumento del nivel del mar debido al deshielo, el incremento de las zonas muertas, la acidificación de los mares, la sobrepesca de los animales salvajes, el colapso de las piscifactorías, la agudización de los fenómenos meteorológicos adversos que serán cada vez más extremos y recurrentes (tifones, huracanes y tornados, que harán inviable la navegación aérea y marítima), el incremento de las inundaciones que arrasarán zonas pobladas, la aparición de nuevos virus que puedan causar graves pandemias, y un posible escenario de era glacial en el hemisferio norte. Todo muy alentador.

Pero a pesar de todo, aún hay esperanza si nos preparamos para afrontar nuestro destino. Todavía disponemos del tiempo suficiente para resolver cómo va a sobrevivir la humanidad bajo estas circunstancias lamentables y construir desde ya, las soluciones viables y necesarias para garantizar nuestra supervivencia. Tenemos que trabajar en esta vía. Ahora mismo no sabemos cuánto tiempo durarán las futuras condiciones climáticas adversas que ya estamos empezando a padecer, ni si aparecerán nuevos desencadenantes inesperados: extinción masiva de especies (ya está en proceso), desequilibrios críticos en todos los ecosistemas, pérdida de luz solar debido a un aumento de nubes a escala global, etc. A pesar de todas estas incógnitas que el cambio climático nos presenta, tenemos que pensar que el colapso climático que viene, durará décadas o siglos. Y para afrontar este escenario aun disponemos del recurso más escaso de todos: el tiempo. Apenas dos o tres décadas antes del colapso definitivo de la civilización tal y como la conocemos hoy. Luego, cualquier acción será reactiva, y los contratiempos serán críticos, dificultando aún más cualquier intento de tomar medidas. Nuevamente, volverá a ser demasiado tarde para empezar a tomar medidas, y la Tierra pasará a ser un planeta hostil e inhabitable.

Entonces, ¿qué hacer? Podemos dejar que la naturaleza luche contra el cáncer humano y lo mantenga varios siglos al borde de la extinción, para volver a tener un planeta habitable tras varios milenios. Menos humanos, menos cáncer, más salud planetaria. Quizá sea la mejor solución de todas, aunque no sea políticamente correcto decirlo. Pero también podemos considerar que nos importa la vida humana y que debemos adaptarnos lo mejor posible al desastre que viene. No voy a referirme aquí a la utopía de la construcción del Socialismo, ni de poner en marcha el Decrecimiento, ni del control de la natalidad, ni de lograr el abandono de las energías fósiles ni la reducción drástica de emisiones contaminantes. Nos hacemos un flaco favor si pensamos que cualquiera de estas metas es alcanzable en el corto o medio plazo. En ese sentido, dentro del marco capitalista actual, si queremos prosperar debemos cambiar la forma en la que dependemos de la naturaleza y del clima para asegurar nuestras necesidades básicas. Y eso pasa por la obtención de recursos clave:

El Agua Dulce

La primera necesidad que tenemos que cubrir es la disponibilidad de agua dulce. Sin ella, toda la cadena alimenticia mundial desaparece. Debemos por tanto consolidar la disponibilidad de este recurso a toda costa. Una necesidad que se torna muy compleja de asegurar si tenemos en cuenta el derroche y la contaminación del agua que estamos llevando a cabo, y el hecho de que los ciclos naturales del agua se están rompiendo en muchas zonas del planeta. Estamos secando y contaminando los acuíferos, generando lluvias ácidas que destruyen la naturaleza, y muchas montañas nevadas están perdiendo su nieve por el calentamiento (y por ende el agua que acaba en ríos, lagos y pantanos). Por tanto, hay que tomar medidas sobre 2 vías principales:

  1. La reutilización del agua. En 2009 la Agencia Espacial Europea puso en marcha un proyecto llamado MELiSSA, en el que intentaron crear agua de forma artificial. El proyecto acabó siendo un absoluto fracaso, pero sirvió para aprender algo muy importante: A pesar de que no existe ninguna tecnología que pueda crear agua dulce desde “la nada”, todos los caminos para asegurar la disponibilidad de agua dulce conducen a la reutilización: El agua regenerada y reutilizada debe superar fronteras y reticencias, y erigirse como una solución estructural para garantizar el abastecimiento humano. En este sentido, también existen Hidropaneles que permiten capturar la humedad de la atmosfera y convertirla en agua potable. Se trata de un proceso de reutilización y purificación de agua que funciona con energía solar, y que posteriormente añade minerales al agua para que sea potable.
  2. La extracción de agua dulce del deshielo. Actualmente los casquetes polares se están derritiendo a un ritmo vertiginoso y toda el agua dulce que vierten está incrementando el nivel del mar en todo el planeta y poniendo en riesgo el equilibrio salino de las corrientes marinas que controlan parte del clima. A pesar de que esta agua dulce acaba en el mar para formar parte del ciclo del agua, es una pérdida que podría ser irrecuperable, máxime cuando se han requerido miles de años de ciclos de fijación natural del agua atmosférica en forma de hielo terrestre. Para evitar el aumento del nivel del mar y un colapso de las corrientes marinas, tenemos que aprovechar esa agua dulce del deshielo de forma directa. Además, ante un posible escenario de era glacial en el hemisferio norte, necesitaremos una tecnología capaz de descongelar el hielo terrestre para obtener agua dulce. Usar energía solar y calor proveniente de la geotermia quizá podría ser una buena solución.

La Alimentación

La segunda necesidad que tenemos que cubrir es la disponibilidad de comida, ya sea de origen animal o de origen vegetal. Si tenemos en mente el problema combinado que supone la desertificación, la pérdida de acuíferos e insectos polinizadores, y las tormentas extremas, llegaremos a la conclusión de que todo el terreno cultivable actual será papel mojado dentro de dos o tres décadas. Y si viene una época glacial, con más motivo todavía. Por tanto, necesitamos cultivar alimentos en un entorno seguro que no se vea afectado por las condiciones climáticas. Y existen alternativas. Nuevamente, hay que tomar medidas sobre 2 vías principales:

  1. Cultivos subterráneos. Hemos descubierto la forma de cultivar alimentos vegetales sin necesidad de luz solar ni tierra. Se trata de los cultivos hidropónicos, recintos cerrados que usan lámparas y un sofisticado sistema de riego para cultivar plantas. Otra modalidad son los invernaderos subterráneos, llamados Walipinis, capaces de resistir condiciones ambientales extremas, aunque estos sí que requieren luz solar y tierra.
  2. Cultivo de insectos. La industria ganadera y pesquera es insostenible tal y como está planteada, y los efectos negativos del cambio climático destruirán buena parte de la agricultura, la pesca y la ganadería del mundo. La solución: comer insectos. No queda otra.

La Temperatura

La tercera necesidad que tenemos que cubrir es térmica. Necesitamos aclimatar correctamente los hogares y los lugares donde se desarrolla la actividad humana (escuelas, hospitales, instituciones, oficinas, hoteles, restuarantes, etc). Será un requisito disponer de bombas de calor que funcionen tanto para dar frío como para dar calor, y obviamente, para obtener agua caliente.

Huelga decir que, para garantizar todas estas necesidades básicas se requiere un factor transversal y crítico: tener energía para que todo funcione. Sin fuentes de energía renovable, nuclear o de combustión, estamos absolutamente muertos, no podríamos ni reaprovechar el agua, ni cultivar, ni cocinar, ni calentarnos/enfriarnos, ni tendríamos transportes de ningún tipo, ni tendríamos luz por la noche, ni podríamos usar las telecomunicaciones, ni nada.

Así que, de momento, tenemos que conservar y generar toda la energía que podamos para mantenernos con vida. ¡Hasta que el planeta reviente, y más allá!

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El antinatalismo y sus precursores

Muchos filósofos han puesto en duda que vivir sea algo deseable, pero solo unos cuantos se han atrevido a llegar a las últimas consecuencias de esta postura y afirmar de forma razonada y rotunda que sería mejor no tener hijos y por tanto no traer individuos a un mundo en el que es probable que vivan situaciones en las desearían no haber nacido. El motivo de que tan pocos pensadores hayan llegado al fondo de esta cuestión y de que sus ideas no sean más conocidas creo que es obvio: son ideas que pocos tienen ganas de escuchar o incluso de pensar (especialmente en una cultura en la que el “pensamiento positivo” es prácticamente obligatorio).

Esta postura es el antinatalismo, es decir, la idea de que tener hijos es siempre un acto egoísta cuyo objetivo es cubrir un vacío en la vida de los padres sin tener en cuenta que es imposible asegurar que el futuro hijo vaya a tener una vida feliz. En otras palabras, la procreación sería un acto carente de ética en el que unos individuos utilizan a otro como medio para conseguir un fin, obviamente sin que haya ninguna posibilidad de pedirle su consentimiento antes.

Más allá de las intuiciones sobre la crueldad del mundo que casi todo el mundo ha experimentado alguna vez (y que probablemente sean uno de los motivos del origen de las religiones), quizá el argumento filosófico más claro a favor del antinatalismo es el del utilitarismo negativo, que podría resumirse en que no hay una obligación moral de traer al mundo a alguien que no existe para que experimente una posible felicidad, pero sí existe la obligación moral de evitar la posibilidad de sufrimiento que implica el engendrar a una persona. De hecho, contradecir la primera parte de esta afirmación supondría sostener que es inmoral no tener cuantos más hijos mejor, ya que estaríamos privando de una posible felicidad a todos los que no lleguen a concebirse.

Objeciones

Inmediatamente suelen surgir objeciones a estas ideas. La primera es el suicidio: si alguien no es feliz o no soporta la vida siempre tiene la opción de suicidarse. Este argumento es criticable por varios motivos, entre otros:

  • En primer lugar no todo el mundo tiene la opción de suicidarse, por ejemplo personas incapacitadas físicamente, lo que deriva en la cuestión de la eutanasia, en la que no voy a entrar.
  • El instinto de supervivencia es muy poderoso, lo que garantiza que, aunque uno tenga la seguridad racional de que su vida no merece la pena, puede no ser capaz de tomar dicha decisión.
  • Normalmente suicidarse no es fácil ni seguro. La posibilidad de fallar en el intento y sufrir secuelas, quedar en peor situación que la anterior o incluso, aunque el intento tenga éxito, morir de forma dolorosa es bastante para disuadir a muchos a menos que estén en circunstancias tan intolerables como para que todos los riesgos mencionados parezcan aceptables.
  • Quizá más importante que las anteriores, que en realidad son debidas al tabú sobre el suicidio que impera en la sociedad (porque en caso contrario, se podría disponer de métodos seguros de eutanasia para quien decidiera suicidarse), es la cuestión del efecto que tiene dicho acto sobre los seres queridos del suicida. Normalmente, el suicidio de un familiar, amigo, pareja, etc., si no es por un motivo muy evidente, como una enfermedad terminal, crea cierto trauma y complejo de culpabilidad en sus allegados, sin olvidar el propio sufrimiento normal de perder a la persona querida. Esto por sí mismo sería un motivo ético más que suficiente para no suicidarse. Si además existen otras personas que dependen en mayor o menor medida de la persona (por ejemplo, hijos, pero en realidad habría que tener en cuenta todo el entorno social), el suicidio a veces ni siquiera entra en la ecuación, por muy desesperado que esté el individuo.

La segunda objeción que suele presentarse al antinatalismo es que llevaría a la extinción de la humanidad en el caso (poco probable) de que todo el mundo se convenciera de que es lo correcto. Por supuesto es así, pero esto no supone ningún problema lógico para los que lo defienden, ya que la existencia de la humanidad no tiene por qué ser un bien en sí mismo, igual que no lo es el nacimiento de un ser humano (Por cierto que esto tiene consecuencias para la llamada “paradoja de Fermi”, aunque sea meternos en terrenos colindantes con la ciencia ficción. Muchos científicos se extrañan de que aún no hayamos sido capaces de detectar señales de inteligencia en el Universo y se han ofrecido diversas explicaciones, algunas bastante peregrinas, a las que se podría añadir la siguiente: tal vez el razonamiento antinatalista ya no se pueda ignorar cuando se llega a un nivel de progreso determinado y que esto provoque la extinción de todas las especies que lleguen a cierto umbral de inteligencia, sea natural o artificial).

Otra objeción que suele hacerse a una visión negativa de la vida en su conjunto es que gran parte de los sufrimientos son evitables, y que se deben a la ignorancia o la maldad del ser humano, que será poco a poco paliada y corregida por el avance de la ciencia y de la cultura. Aparte de que no hay motivos para estar de acuerdo con tal optimismo si no es por el voluntarismo que queramos ponerle, y que la felicidad futura no justifica la desgracia presente, la posición de los antinatalistas es la de un pesimismo esencial, es decir, que la vida tiene un fallo de diseño, no es algo que dependa de circunstancias concretas (pesimismo contingente). Poniéndonos en el mejor de los casos, aunque sólo existiera la más mínima probabilidad de daño o sufrimiento para el ser humano (y estamos hablando de una situación a la que, siendo realistas, nunca llegaremos), se seguirían aplicando los argumentos utilitaristas antes mencionados: no hay ningún motivo para traer a nadie al mundo y sí para no traerlo.

Otra objeción más: según ciertos estudios hay mucha más gente feliz que gente infeliz. Ignorando la cuestión de que incluso gente mayormente feliz ha podido sufrir episodios de sufrimiento insoportable a lo largo de su vida, a esto se podría responder lo mismo que a la objeción anterior. No tenemos ningún derecho a traer a la existencia a personas infelices simplemente porque, de media, haya más personas felices. Evitar el futuro daño, aunque sea de una minoría, debe tener preferencia sobre el intento de satisfacer a personas que no existen, por muchas que sean.

En todo caso, es evidente que los estudios sobre la felicidad de las personas están sesgados en un aspecto: no se puede pedir la opinión de los que ya han muerto, y casualmente la muerte y todo lo que le precede suele ser precisamente la parte más desagradable de la vida (esto recuerda cierta historia, probablemente apócrifa, que relataba el historiador griego Heródoto). Aún peor, según otros estudios los seres humanos tendemos a olvidar con más facilidad lo desagradable que lo agradable, por tanto en retrospectiva nuestra vida siempre parecerá mejor de lo que es.

Precursores del antinatalismo

La idea de que vivir es una desgracia más que otra cosa es muy antigua. Nietzsche, el vitalista por excelencia, da un impactante ejemplo de la presencia de este tema en la tradición griega en su primer libro, El nacimiento de la tragedia:

Una vieja leyenda cuenta que durante mucho tiempo el rey Midas había intentado cazar en el bosque al sabioSileno, acompañante de Dioniso, sin poder atraparlo. Cuando por fin cayó en sus manos, el rey pregunta qué es lo mejor y más preferible para el hombre. Rígido e inmóvil calla el demón; hasta que forzado por el rey, acaba prorrumpiendo en estas palabras, en medio de una risa estridente: «Estirpe miserable de un día, hijos del azar y de la fatiga, ¿por qué me fuerzas a decirte lo que para ti sería muy ventajoso no oír? Lo mejor de todo es totalmente inalcanzable para ti: no haber nacido, no ser, ser nada. Y lo mejor en segundo lugar es para ti —morir pronto.»

Sin pretender entrar en demasiadas profundidades, tanto por motivos de espacio como porque requeriría unos conocimientos enciclopédicos de los que no dispongo, la postura de las culturas tradicionales a este respecto está indisolublemente ligada a la religión, y para la mayoría el mundo es “un valle de lágrimas”, como lo es para la religión judeocristiana, aunque esta finalmente promete un final feliz, al menos para los justos, ya que la mala situación del ser humano no es algo inherente al Universo sino que se considera producto de su caída en el pecado. Además, como pasa también con la mayoría del resto de las religiones, aunque su visión del mundo sea muy negativa no llegan al antinatalismo, entre otras cosas porque eso supondría enmendarle la plana a Dios, que si nos creó no sería para que nos dejáramos extinguir voluntariamente, y a efectos prácticos porque una religión que pidiese a sus fieles que no tuvieran hijos tendría serias dificultades para expandirse.

No obstante, también hay que decir que han existido sectas gnósticas (algunas de ellas dentro del cristianismo, aunque serían consideradas herejías por la Iglesia, y otras fuera, como el maniqueísmo), que tenían una posición al menos ambivalente respecto a la procreación. El gnosticismo, o algunas de sus variantes, sostiene que el creador del mundo no es el verdadero Dios, sino un demiurgo imperfecto o incluso perverso que mantiene aprisionadas a las almas en la cárcel de la materia. Desde este punto de vista, es fácil de comprender que la postura de algunas sectas gnósticas respecto a la procreación no era nada positiva, ya que suponía traer almas inocentes a un mundo de oscuridad.

Pero quizá la religión para la cual la cuestión del sufrimiento en el mundo tenga una posición más central en su doctrina sea el budismo. El contraste para la mentalidad occidental es curioso, ya que las religiones con las que estamos más familiarizados ofrecen una esperanza de que la persona pueda sobrevivir a la muerte. La esperanza que ofrece el budismo es justo lo contrario, la de escapar a un ciclo interminable de vidas, con el sufrimiento que ello implica. Curiosamente, esto no lleva a una prohibición de tener hijos, ya que consideran que la vida humana es la más propicia para alcanzar la liberación, y la extinción de la raza humana no supondría el fin de las reencarnaciones en otros seres. De todas formas, el ideal de vida budista es el del monje, que por supuesto implica celibato. Muchas sectas hinduistas comparten estos presupuestos, pero, a diferencia del budismo (que no cree en el alma ni en la relevancia de una divinidad), consideran que el alma es una parte de la divinidad y que terminará reintegrándose en ella, por lo que el problema del sufrimiento no es la base de su credo.

En cualquier caso, por los motivos indicados (expansionismo, justificación de la Creación, promesa de un mundo mejor, …) y aunque a veces se acerquen en sus postulados, las religiones no suelen negativizar de forma absoluta la existencia ni predicar el antinatalismo, por lo que esta tarea ha recaído en los filósofos, o al menos en una pequeña minoría, ya que, como sugería Nietzsche cínicamente, los filósofos suelen encontrar argumentos para sostener aquellas ideas en las que creían previamente, y pocos seres humanos quieren plantearse, en palabras del antinatalista y escritor de terror Thomas Ligotti, que el Universo es “malignamente inútil”. Tales ideas son un producto con pocos clientes potenciales, y pocos intelectuales están dispuestos a “vender” un producto así.

Continuará (si se tercia)...

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El submarino que vale su (sobre) peso en oro

Hoy El País publica un articulo de Miguel González que, bajo el título "La Armada del submarino único" nos cuenta como "la falta de inversión" deja a nuestra marina con un solo sumergible. Se refiere al programa S-80, el intento (hasta ahora no demasiado exitoso) de construir un sumergible en España, conocido por el gran público por los pequeños problemillas de sobrepeso que saltaron a los medios hace unos años.

Sin embargo, en las líneas finales, aparece un dato que llama la atención: el S-80 no solo va con varios años de retraso, sino que además lleva consumidos 3.685 millones de euros, con un incremento del 70% sobre el presupuesto original. Lo voy a repetir otra vez: 3.685 millones de euros, 70% de incremento. Y me quedo preocupado: ¿cómo se conjuga eso con "la falta de inversión" que, según el mismo artículo, ha condenado a nuestro país a tener solo un submarino? Es más... ¿cómo es posible que un país como Portugal tenga exactamente el doble, es decir dos? ¿Los portugueses invierten el doble en su Armada? Hago una regla de tres rápida: si por un submarino se pagan 3.685 millones y son insuficientes (porque entrará en servicio sin un elemento fundamental, el AIP que le permite una navegación silenciosa)... ¿cuánto se han gastado los vecinos en los suyos, ordenados en 2005, en servicio desde 2010 y además con AIP incorporada desde el minuto uno? . La respuesta: 880 millones de euros, 440 millones por submarino. Se han gastado un 12% de lo que nosotros llevamos tirado invertido en un sumergible que no entrará en servicio hasta, al menos, 2023 -trece años después de los portugueses, 22 años después de haber sido encargado- y, cuando lo haga, tendrá capacidades menores que los lusos.

En un país en el que gastarse 20.000 euros en vinilear unos buzones de correos supone una tormenta mediática con acusaciones de despilfarro, llama la atención que fundirse -lo voy a decir otra vez- 3.685 millones de euros en un submarino que aun no toca el agua no concite ningún interés. Que además se tenga todavía el cuajo de quejarse amargamente de que no se gasta lo suficiente es ya extraordinario. Tal vez habría que hablar de una pésima gestión del proyecto y de los fondos; de cómo -en lugar de seguir colaborando con países que tenían la experiencia en fabricar buques tan complejos, en este caso Francia- se decidió ir por libre sin ningún tipo de estudio o aval de capacidades técnicas; de la manera en la que han usado la bandera de la creación de empleo para convertir el S-80 en un sumidero de millones. De como nos han exigido recortes y ajustes y austeridades varias mientras ni dios planteaba la posibilidad de cancelar el teatro y comprar, como Portugal, sumergibles a Alemania; o a Francia; o a Japón. O no comprarlos, porque lo mismo resulta que nuestro país no puede permitirse -o no necesita- cierto tipo de sistemas de armas (aunque ese ya es otro debate).

En resumen: "falta de inversión" mis cojones morenos. La Armada ha incorporado las fragatas F-100, el buque anfibio portaaeronaves "Juan Carlos I" (otro día hablamos de que la unidad principal de la Armada esté dedicada a un señor que iba por Génova con una maleta de ruedas llena de billetes de 100 dólares) y, en los próximos años, las fragatas F-110. Lo que ha habido es falta de control, ausencia total de transparencia, irresponsabilidad y descontrol, pero la mayor culpa la tenemos nosotros, que damos por hecho que no hay que cuestionar los argumentos del lobby de Defensa y sus voceros, y soltamos los leuros alegremente porque, a fin de cuentas, es por España.

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¿Sabes por qué a veces un producto te parece barato... aunque no lo sea tanto?

¿Sabes por qué a veces un producto te parece barato... aunque no lo sea tanto?

Eso se debe a una técnica de ventas muy común llamada “anclaje”.

Básicamente, consiste en ponerte un producto ridículamente caro justo al lado del que realmente quieren venderte. La idea es que, por comparación, el segundo parezca una ganga, aunque su precio sea totalmente normal.

Básicamente, tu cerebro necesita una referencia para saber si algo es caro o barato. Entonces, si te ponen delante un precio alto primero (el "ancla"), todo lo que venga después parecerá más barato.

Por ponerte un ejemplo, vas a una tienda a ver televisores y te encuentras esto:

  • TV MegaUltra 8K de 85": 3.000 €

Y a continuación:

  • TV Smart 4K de 55": 599 €

El de 599 € de repente te parece baratísimo. Pero si no hubieras visto el de 3.000 € antes, probablemente te parecería caro.

Muchas veces, ese producto carísimo ni siquiera lo quieren vender. Está ahí solo para que compres el “barato”.

Y ahora me dirás, "pero Fernando_x, esa técnica de venta es viejísima, claro que la conocía, yo no caigo en esos trucos" "voy a votarte irrelevante"

¡Espera! ¡No te apresures!

Estoy seguro de que no conocías esta otra variante.

En este otro caso el vendedor es un periodista que te quiere hacer creer un bulo. La noticia es tan falsa, que no te la vas a creer sin pruebas. Así que coloca junta a esta, otra noticia que es un bulo tan burdo e increíble, que en comparación la noticia original ahora empieza a parecer más creíble.

¿sabías que esto existía? Mira este ejemplo:

Tienes la noticia de que Pedro Sánchez se beneficiaba económicamente del negocio de burdeles de su suegro. Es claramente un bulo, ¿no es verdad? ¿No? ¿Seguro? Y si ahora pongo a su lado la "noticia" de que "Begoña Gómez es un transexual, un maromo con una tranca más grande que su marido" ¿queeeee?

Esta "noticia" es taaaaan burda que en comparación la primera empieza a ser más creíble.

Y la gente cae en este engaño. Lo tienes a diario en redes sociales. Viralizar a diario barbaridades absurdas que luego en comparación cuando sueltan la más moderada, que es la que realmente te quieren vender, en comparación parece creíble. Incluso para los que se creen tan listos que nunca caerían en la trampa del vendedor de televisiones.

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¿Y si ganara Rusia?

Empiezo diciendo, este artículo no es mío. Aquí el artículo original, de Pyotr Akopov: web.archive.org/web/20220226224717/https://ria.ru/20220226/rossiya-177

Este artículo, que traduzco, estaba preparado por RIA Novosti para, aparentemente, cubrir una rápida capitulación de Kiev con un conflicto descentralizado subsiguiente en el resto de regiones. Fue publicado por error el 26 de febrero de 2022, hace dos días. Pocos minutos después desapareció, pero fue capturado por Internet Archive (podéis donar aquí para que continúen su labor: archive.org/donate/).

RIA Novosti no es una agencia de mindundis, es LA agencia de noticias estatal, y parte de Rossiya Segodnya (Russia Today) como plataforma informativa general del estado.

Yo tenía un artículo preparado sobre los métodos propagandísticos típicos rusos para controlar la narrativa ante hechos adversos, sobre todo dando ejemplos de las 5 etapas ante ellos: negar lo ocurrido, indignación, victimismo, whataboutism (y tú más) y, finalmente, pero condicional, reconocimiento). Pero la guerra ha explotado, la mayoría de la gente se ha dado cuenta de que Rusia, quizá, no ha sido del todo honesta desde el principio de la crisis, y el factor sorpresa e impactante del artículo ya se ha ido.

Pero a petición/interés de @NoseriusLose @Far_Voyager @suppiluliuma @juancarlosonetti @mperdut, doy una visión algo diferente del Mundo Ruso: ¿Qué hubiera pasado si Rusia hubiera ganado en un par de días?

Aquí tenemos una visión a la etapa de reconocimiento de los hechos si todo hubiese salido como el Kremlin hubiera esperado, es decir, después de que Rusia negara, se indignara, acusara a la OTAN de agresiones, y sacara trapos sucios de EEUU sin relación con el presente, Kiev hubiese sucumbido al ataque a los dos días.

Yo me limito a traducir dentro lo que buenamente puedo. No garantizo una precisión del 100%, pero para lo que se me hace grande he preguntado a mi mujer, que es rusófona nativa. Dejo algunas notas de traducción en paréntesis. Empezamos.

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La ofensiva de Rusia y del nuevo mundo

Un nuevo mundo nace ante nuestros ojos. La operación militar en Ucrania ha abierto una nueva era — de golpe y en tres dimensiones. Y por supuesto, en una cuarta, a nivel interno ruso. Aquí comienza un nuevo periodo tanto en ideología como en el mismo modelo de nuestro sistema socioeconómico — pero de esto se hablará un poco más tarde.

Rusia está restaurando su unidad — la tragedia del año 1991, esta terrible catástrofe en nuestra historia, su antinatural dislocación, ha sido superada. Sí, por un gran coste, sí, a través de los trágicos eventos de una verdadera guerra civil. Porque ahora, aunque todavía haya hermanos se disparándose los unos a los otros, separados por pertenecer a los ejércitos ruso y ucraniano, Ucrania ya no será más anti-Rusia. Rusia está restaurando su completitud histórica, reuniendo el Mundo Ruso (n.t. "Russkiy Mir", "mir" significa tanto mundo como paz, y en conjunto viene a significar algo así como pax romana, pero en su versión rusa), todos los Pueblos Rusos juntos - la totalidad de los grandes rusos, de los rusos blancos, y de los pequeños rusos (n.t. velikorossy/belorusy/malorossy estos son términos decimonónicos para referirse a lo que hoy se llaman rusos, bielorrusos, y ucranianos, dentro de lo que fue el Imperio Ruso. Cabe decir, malorossiya es considerado un término ofensivo en Ucrania). Si hubiéramos abandonado esto, si hubieramos permitido esta separación temporal asentarse durante siglos, entonces no sólo habríamos traicionado el recuerdo de nuestros ancestros, sino que también habríamos maldicho a nuestros herederos con la desintegración de la Tierra Rusa (n.t. Russkaya Zemlya hace referencia a la extensión de todas las tierras y principados del Rus hasta el siglo XII, que estaba centrado en Kiev, y estado del que Bielorrusia, Rusia y Ucrania heredan gran parte de su cultura).

Vladimir Putin ha asumido, sin pizca de exageración, la responsabilidad histórica de no dejar la solución a la cuestión ucraniana a nuestras generaciones futuras (n.t. "reshenye ukrainskogo voprosa" es dolorosamente similar a "reshenye yevreyskogo voprosa", la solución a la cuestión judía, en mi opinion nadie puede haber escrito esto por accidente, y aunque no implica intención de exterminar como en el contexto del Reich, sí implica una convicción y necesidad absoluta de asimilar Ucrania dentro de "lo ruso"). Después de todo, la necesidad de solucionarlo siempre estaría ahí - por dos razones principales. Por un lado, por razón de seguridad nacional, es decir, la creación de una anti-Rusia a partir de Ucrania, y como avanzada del occidente sobre nosotros, siendo ésta segunda la más importante de ellas.

La primera siempre sería el complejo de un pueblo dividido, el de una humillación nacional: cuando el hogar ruso primero perdió su fundación (Kiev), y luego fue forzado a admitir la existencia de dos estados; no uno, sino dos pueblos. Es decir, bien abandonar su propia historia, según las dementes versiones del "sólo Ucrania es la verdadera Rusia", o bien rechinar los dientes con impotencia recordando los tiempos en que "perdimos Ucrania". Devolver Ucrania, es decir, hacerla retornar a Rusia, sería cada vez más difícil a cada década: la recodificación/desrusificación de y contra los rusos, por parte de los Pequeños Rusos-ucranianos, ganaría inercia. Y en caso de consolidación del control geopolítico y militar de Occidente sobre Ucrania, su regreso a Rusia sería completamente imposible: tendría que luchar por ello con el bloque atlántico (n.t. OTAN)

Ahora el problema ya se ha ido - Ucrania ha vuelto a Rusia. Esto no significa que su estado vaya a ser liquidado, sino que será reorganizado, reestablecido y devuelto a su estado natural como parte del Mundo Ruso (n.t. Russkogo Mira, como la nota de más arriba). ¿Dentro de qué fronteras, en qué forma se consolidará la unión con Rusia (a través de la OTSC (n.t. la "OTAN rusa") y la Unión Euroasiática (n.t. la "UE rusa"), o el Estado de la Unión (n.t. el intento de "Schengen+Euro" ruso)? Esto se decidirá después de que se ponga a final a la historia de Ucrania como anti-Rusia. En cualquier caso, el periodo de separación del pueblo ruso ha llegado a su fin.

Y aquí empieza la segunda dimensión de la nueva era - concierne a las relaciones de Rusia con Occidente. No sólo Rusia, sino el Mundo Ruso, es decir, los tres estados, Rusia, Bielorrusia y Ucrania, actuando en términos geopolíticos como un ente único y completo. Estas relaciones han entrado en una nueva etapa: Occidente ve el regreso de Rusia a sus fronteras históricas en Europa. Y se indigna ruidosamente por ello, aunque en el fondo de su alma tiene que reconocerse a sí mismo que no podía ser de otra manera.

¿De verdad alguien de las viejas capitales europeas, en París y Berlín, pensaba que Moscú renunciaría a Kiev? ¿Que los rusos serían para siempre un pueblo dividido? ¿Y al mismo tiempo cuando Europa se está uniendo, cuando las elites alemanas y francesas están tratando de tomar el control de la integración europea de manos de los anglosajones y formar una Europa unida? Olvidando que la unificación de Europa fue posible únicamente gracias a la unificación de Alemania, algo que se llevó a cabo sólo gracias a la voluntad rusa (aunque no fuera muy inteligente). Dar la espalda después de ello, ni siquiera es el colmo de la ingratitud, sino simplemente la idiotez geopolítica. Occidente en conjunto, y Europa en particular, no tuvo la fuerza para mantener Ucrania en su esfera de influencia, y menos aún para tomar Ucrania para sí mismo. No entender esto es de tontos geopolíticos.

Para ser más precisos, sólo había una otra opción: apostar por un colapso todavía mayor de Rusia, es decir, de la Federación Rusa. Pero que eso no funcionara debería haber estado claro hace 20 años. Ya hace 15, tras el discurso de Putin en Munich, hasta los sordos podían oír que Rusia estaba de vuelta.

Ahora Occidente está intentando castigar a Rusia por el hecho de haber vuelto, por no haber aceptado los planes de lucrarse a su costa, por no permitir la expansión del espacio occidental hacia el Este. Buscando castigarnos, Occidente piensa que las relaciones con él son de vital importancia para nosotros. Pero este no ha sido el caso desde hace mucho: el mundo ha cambiado, y esto lo entienden bien no sólo los europeos, sino también los anglosajones que gobiernan Occidente. Ninguna cantidad de presión occidental sobre Rusia conducirá a nada. Habrá pérdidas durante la confrontación entre ambos lados, pero Rusia está lista para ellas moral y geopolíticamente. Para Occidente mismo, un aumento en el grado de confrontación significa gastos enormes, y los principales no son en absoluto económicos.

Europa, como parte de Occidente, quería autonomía - el proyecto alemán de integración europea no tiene sentido estratégico mientras se mantenga un control ideológico, militar y geopolítico anglosajón sobre el Viejo Mundo. Sí, y no puede tener éxito, porque los anglosajones necesitan una Europa controlada. Pero Europa tambien necesita autonomía por otra razón: en caso de que los Estados entren en autoaislamiento (como resultado de crecientes conflictos y contradicciones internas) o se centren en la región del Pacífico, donde se desplaza el centro de gravedad geopolítico.

Pero la confrontación con Rusia, a la que los anglosajones están arrastrando a Europa, priva a los europeos incluso de las posibilidades de independencia, sin mencionar el hecho de que, al mismo tiempo, Europa está tratando de imponer una ruptura con China. Si ahora los atlantistas están felices de que la "amenaza rusa" una al bloque occidental, entonces en Berlín y París no pueden dejar de entender que, habiendo perdido la esperanza de autonomía, el proyecto europeo simplemente se colapsará a medio plazo. Es por eso que los europeos de mentalidad independiente ahora están completamente desinteresados ​​​​en construir una nueva cortina de hierro en sus fronteras orientales, al darse cuenta de que se convertirá en un corral para Europa. Europa cuyo siglo (medio milenio, mejor dicho) de liderazgo mundial ha terminado en cualquier caso, pero aún son posibles varias opciones para su futuro.

Porque la construcción de un nuevo orden mundial (n.t. sí, "noviy miroporyadok" como las teorías de conspiración) -y esta es la tercera dimensión de los acontecimientos actuales- se está acelerando, y sus contornos son cada vez más visibles a través de la creciente cobertura de la globalización anglosajona. Un mundo multipolar finalmente se ha convertido en una realidad: la operación en Ucrania no es capaz de unir a nadie más que a Occidente contra Rusia. Porque el resto del mundo ve y entiende perfectamente bien: este es un conflicto entre Rusia y Occidente, esta es una respuesta a la expansión geopolítica de los atlantistas, este es el regreso de Rusia a su espacio histórico y su lugar en el mundo.

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Ucrania y la cuenta de los cañones

Las autoridades Ucranianas insisten a diario en que, para batir a Rusia, necesitan más artillería, y fuera del cachondeo ese de que han vendido dos unidades del Caesar francés a las milicias de Lugansk, que no sabemos si es cierto o no, pero tiene pinta de bulo, lo cierto es que Occidente está enviando este tipo de armamento al ejército ucraniano.

La cuestión es que ya hay muchas voces preguntándose hasta qué punto es una idea acertada, y no sólo por aquello de que se puede alargar inútilmente la guerra, y otras consideraciones éticas, sino porque, vendidas o no, es obvio que varias unidades de armas occidentales de todo tipo están, sin duda, siendo analizadas ya en Rusia, y esto va a servir para que la industria militar rusa avance décadas en pocos meses, a fuerza de robar tecnología.

Me mandaron hace tiempo un vídeo en el que salía un oficial ruso, con cara divertida y un Manpad británico en la mano, diciendo que a Rusia le hubiese costado tres películas de espías conseguir uno como ese, y él lo había encontrado en una zanja. Sin duda el vídeo tenía mucho de propaganda y mucho de esa retranca rusa que hace destacar a su literatura, pero también tiene una parte innegable de verdad, que a lo mejor nos debería hacer reflexionar.

Esos son los riesgos, vale. ¿Y qué podemos decir de la eficacia?

Dicen por ahí, que un Caesar u otras piezas artilleras de esa calidad y alcance, pueden costar entre siete y ocho millones de dólares por unidad. Bueno. Si mandamos 500, eso ronda los 4000 millones de dólares, para que sólo llegue una parte, porque obviamente, alguno será destruido por el camino. Si suponemos que llegan 450, que es ser optimista, ¿qué demonios hacemos con 450 cañones en un frente de 675 Km?

¿Alguien ha medido el frente?

Ya no se trata de si conviene ayudar o no. Se trata de que, si de veras se desean enviar armas con intención de que sirvan para algo, tiene que ser al menos cinco o diez veces lo que se está mandando, con los riesgos y costes que eso implica.

Lo contrario es como ayudar a la marina de un país amigo mandándoles medio barco y tres cuartos de submarino.

Hacer que hacemos.

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Test rápido: meneantes debatiendo en formato audio

Test rápido: meneantes debatiendo en formato audio

Esto se me ha ocurrido comentando otro artículo.

Mi comentario era este: "¿Para cuando un meneame de voz? Con debates. Pongo a disposición mi servidor de discord. Eso iba a ser la leche. Aquí habría grandes contertulios. Me refiero al estilo de La Clave. Con tiempo medido. No a las carnicerías de debates de hoy en día, donde prima el histrionismo."

A nivel técnico esto se monta en una hora. Ya sea con Discord, Twitch, YouTube o plataforma de podcast.

Crear un debate constructivo en los comentarios a veces es un tostón por tener que ESCRIBIR. Ya no te cuento si lo tienes que hacer desde el móvil.

¿Algún contertulio voluntario?

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MALEMÁTICAS CL: ni comprender el significado básico de un porcentaje

MALEMÁTICAS CL: ni comprender el significado básico de un porcentaje

Hay errores que te hacen pensar que el periodismo en España es una causa perdida. Hoy tenemos en El Mundo nada menos que a un subdirector y responsable de información económica publicando que la renta per cápita de España ¡no supera el 0,83% de la media de la zona euro!. Se podría pensar que es una errata puntual y se le ha colado un cero, pero el error se repite en varias ocasiones y con distintos porcentajes a lo largo de todo el artículo. Ya ni se entiendo algo tan básico como que significa un porcentaje.

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Pensando como Steve Bannon: cómo se podría producir un tercer mandato de Trump

Este artículo requiere de varias asunciones previas, como que Trump vaya a estar vivo en 2028 y que el Partido Republicano tenga mayoría en el Senado después de las midterms y las elecciones de 2028 (donde se tendrá que renovar un tercio del Senado), pero supongamos que así sea.

De buenas a primeras, la Constitución de los Estados Unidos impediría de manera clara que Donald Trump pueda ser presidente por tercera vez si leemos las enmiendas XXII y XII, que dicen lo siguiente:

XXII Enmienda

Ninguna persona será elegida más de dos veces para el cargo de Presidente [...]

XII Enmienda

[...] Mas ninguna persona constitucionalmente inelegible para el cargo de Presidente puede ser candidata a Vicepresidente de los EE.UU

Además, tendríamos que sumar a esto la sección e) de la Ley de Sucesión Presidencial de 1947 como elemento complementario que regula la sucesión presidencial en caso de ausencia de presidente y vicepresidente:

e) Las subsecciones a), b) y c) sólo serán aplicables a cargos públicos que sean elegibles para el cargo de Presidente según la Constitución.

Esto parece un grupo de obstáculos absolutamente insalvables, pero uno siempre puede confiar en los Siniestros Seis (Roberts, Alito, Thomas, Gorsuch, Kavanaugh, y Coney Barrett) para hacer interpretaciones creativas de la constitución y las leyes a beneficio del GOP.

Donald Trump no podría acceder al cargo de presidente de los EE.UU, pero una interpretación creativa de los textos constitucionales cortesía del Tribunal Supremo podría permitirle concurrir a las elecciones, asumiendo que presentarse a candidato no es garantía alguna de resultar electo, con lo que una derrota electoral prevendría una inconstitucionalidad.

Conviene recordar que el Congreso, o sea Cámara y Senado toman posesión el 3 de enero, algo más de dos semanas antes de la toma de posesión presidencial, que tiene lugar a las 12:00 hora de Washington DC del día 20 de enero. El 6 de enero es el día en que el Congreso certifica los resultados electorales transmitidos por cada uno de los estados.

Con una mayoría republicana en el Senado, y por si acaso con una turba a las puertas del Capitolio como recordatorio no amistoso, el Senado certificaría a Donald Trump como presidente por mucho impedimento constitucional explícito que hubiese.

La idea puede parecer algo estrafalaria y depende de varios hechos previos que tendrían que producirse, pero tiene una probabilidad superior a 0 de ocurrir, con lo que no se puede descartar que Steve Bannon, el Moriarty del Fascio, tenga algo así en mente.

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MALEMÁTICAS CCXXVIII: liberales peleados con las matemáticas

MALEMÁTICAS CCXXVIII: liberales peleados con las matemáticas

El Instituto Juan de Marina es uno de los think tank liberales más conocido en España y sus informes suelen tener amplia difusión en la prensa de derechas. Hace unos días publicaron el informe "Impuestómetro 2024" donde nos regalan la perla que adjunto: dicen que hay una relación entre PIB per cápita y presión fiscal y trazan la recta de correlación con los datos de los países de la Unión Europea. Y como España queda por encima de la recta, eso es señal que su presión fiscal es superior a la que debería ser según su PIB per cápita. ¿Correcto?, lo puede parecer, pero lo malo es que en ese gráfico se les ha "olvidado" incluir un parámetro clave, el valor de R^2, que al ser en este caso regresión lineal, sería el cuadrado del coeficiente de correlación de Pearson. Si tomamos los mismos datos que dicen haber utilizado ellos (de Eurostat) y lo calculamos, resulta que nos da un valor R^2=0,062, es decir, prácticamente nulo, luego esas elucubraciones realizadas a partir de la recta de regresión no tienen ningún valor, ya que no se puede decir que exista una relación de dependencia lineal entre las variables analizadas.

Lo peor de estas cosas es que luego hay importantes que las replican sin ninguna comprobación, como puede verse en esta reseña de Expansión.

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Limpieza étnica: el delito que otorga derechos

La lista es interminable y puede ser polémica, pero la situación es invariable: Prusia Oriental, Sudetes, Yugoslavia, Donbás, Palestina...

Llegas a un lugar, lo tomas por las armas, echas a patadas a la gente que vive allí y estableces a los tuyos. Veinte años después, los tuyos han tenido hijos que han nacido allí y tienen derecho a vivir allí. Cincuenta años después, ya son dos generaciones de los tuyos los que tienen derecho a a habitar esa tierra. En tres generaciones, ya no vive casi nadie de los que tuvieron que irse y el territorio es indiscutiblemente tuyo, y toda la población que lo habita tiene el legítimo derecho de seguir viviendo en esa tierra.

¿Os parece normal? A mí no, pero es como funciona. Hay delitos, delitos contra la Humanidad, que generan derechos. Delitos que generan legitimidad y ganancias territoriales, económicas y estratégicas. Hay crímenes que salen rentables, y no sólo desde el punto de vista práctico, sino que admiten también su consolidación a nivel jurídico. Estremendo. Es terrible. Pero muy difícil de evitar y de discutir.

¿Qué derecho tiene los alemanes sobre la Prusia Oruiental polaca, sobre la Silesia de Breslau o sobre el puerto de Danzig, hoy Gdansk? ¿Qué derecho tienen sobre el Königsberg de Kant, hoy conocido como Kaliningrado, y en manos rusas? Ninguno.

Es lo que hay. Pasa el tiempo. Nace gente. Muere gente. La limpieza étnica se consolida y se convierte en legitimidad. Si tras conquistar un territorio permites que sigan viviendo allí sus antiguos habitantes, corres el riesgo de que tarde o temprano, por razones culturales, lingüísticas o emocionales se rebelen contra tu poder y quieran regresar a su vieja patria. Pero si los echas a patadas o los asesinas, se acabó el problema y en poco tiempo el territorio será legítimamente tuyo y de la gente que lo habita: los tuyos.

Así las cosas, ¿cómo podemos esperar que no se siga haciendo? ¿Quién puede ser tan imbécil como para evitar un crimen que se lava a sí mismo, y se convierte en un derecho? Por supuesto que los israelíes van a aniquilar a los palestinos y sustituirlos por sus colonos. Como han hecho hasta ahora. Como hemos hecho en Europa toda la puta vida. Por eso parte de Ucrania está habitada por rusos. Por eso no hay alemanes en Prusia. Por eso serbios, croatas y bosnios escabecharon a la población civil y por eso andan todavía a hostias los serbios y los albaneses en las montañas de Kosovo.

No sé si existe una manera de revisar semejante legislación corrupta. No sé siquiera si es cabal a proponer que los muertos tengan más derechos que los vivos (a mí me parece que no), pero mientras la limpieza étnica genere derechos la seguiremos viendo una y otra vez, hasta el infinito. Las cosas que funcionan, se repiten. Claro que sí. Mal que nos pese. Mal que sangremos.

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¿Qué es el fitness en virus y bacterias?

El fitness en los microorganismos es un interesante campo de estudio que puede ayudarnos a entender conceptos sobre la virulencia y la contagiosidad de los microorganismos.

El fitness viral y bacteriano es grosso modo la cantidad de energía que emplea un microorganismo para llevar a cabo una acción en detrimento de otras.

Encontrar una definición más sencilla puede ser difícil si no se ponen ejemplos, aquí van unos cuantos con referencias al final.

1. Una bacteria multirresistente supone un peligro por ser más difícil de tratar, no por ser más virulenta. Multirresistencia no es igual a virulencia, de hecho hay cepas sensibles (staphylococcus aureus meticilin-sensibles) que pueden ser tan o más virulentas que sus análogos resistentes (MRSA o staphylococcus aureus meticil-resistente). La diferencia está en que con el MRSA no se pueden emplear betalactámicos (derivados de la penicilina) que son sin lugar a dudas los mejores antibióticos y, en su lugar, se deben emplear antibióticos menos eficaces. De ahí que si los microorganismos multirresistentes causan mayor morbimortalidad no es porque sean más virulentos sino por ser más difíciles de tratar.

2. Cuando un virus muta o cuando una bacteria adquiere un factor de resistencia, parte de su genoma está transcribiéndose para que se codifiquen dichos factores de resistencia de forma constante. Eso implica un gasto de energía. Si parte de tu energía la empleas en ser más resistente, te queda menos energía que gastar para ser virulento. Por ello a los microorganismos no les conviene ser demasiado resistentes. Por ejemplo: unas de ls bacterias más inocuas de nuestro organismo son los estafilococos coagulasa negativos como S.epidermidis, de hecho, suelen formar parte de nuestra flora habitual. Sin embargo, la mayoría de estos microorganismos de chichinabo son multirresistentes. ¿Qué ocurre entonces si por ejemplo un paciente inmunodeprimido tiene una infección por catéter por un S.epidermidis? Se retira el catéter y punto. No siempre es tan fácil pero generalmente es así, cuando estas bacterias multirresistentes producen infección, a veces ni se usan antibióticos.

3. Esto explica también por qué hay bacterias clásicamente muy virulentas (Serraria, Enterobacter, Citrobacter o el mismo Escherichia coli) que pese a que tienen en su genoma un mecanismo de resistencia a betalactámicos (AmpC) no lo expresan. Esto es porque en su genoma hay secuencias de represión que evitan que lo expresen y así la bacteria puede emplear su energía en codificar otras cosas como son factores de adherencia y factores de virulencia.

4. Cuando un virus muta haciéndose más contagioso, parte de su genoma es empleado para dicho fin y quedará menos genoma para ser virulento. Esto explica parte del motivo de por qué los virus muy letales son poco contagiosos (las otras explicaciones son epidemiológicas) y viceversa.

Por supuesto, no siempre hay una relación inversa entre resistencia-virulencia o entre contagiosidad-virulencia. Hay plásmidos con genes que facilitan tanto la virulencia de la bacteria como su resistencia a los antibióticos y hay virus cuyas mutaciones les ayudan a ser tan contagiosos como virulentos.

Referencias:

- www.sciencedaily.com/releases/2018/01/180118142735.htm

- academic.oup.com/femspd/article-abstract/77/2/ftz021/5454742?redirecte

- www.elsevier.es/es-revista-enfermedades-infecciosas-microbiologia-clin

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Tan solo somos dinero

Llegamos a creer que Internet podría ser una herramienta de progreso porque en los 90 creímos que el conocimiento era sinónimo de crecimiento. Pero el sistema ha logrado que el conocimiento no solo haya dejado de ser concebido como un instrumento para progresar, sino que lo ha convertido en una fuente de frustración. Cuanto más sabemos, cuanto más cuestionamos, más solos e incomprendidos nos sentimos. 

Con la llegada de la Inteligencia Artificial ya no tendremos que crear nada y por lo tanto ya no tendremos que cuestionarnos nada. El conocimiento no será diferencial porque las máquinas podrán conocer por nosotros. Ya no tendremos que tomar decisiones, porque las máquinas sabrán por nosotros. Ya no tendremos que buscar pareja o vacaciones porque las máquinas lo harán por nosotros. Lo único que podremos y debemos hacer será, llana y sencillamente consumir. 

En una década el sistema reinante ha acelerado el cambio de paradigma: si antes la revolución era no obedecer, ahora la revolución será no consumir. Nos hemos convertido en pequeños seres cuya mayor oposición frente a la injusticia es no comprar. Esa es nuestra nueva revolución: no cambiar sistemas o deponer a gobernantes, sino decidir a quién damos el sustento que producen nuestros trabajos de mierda. Ya no somos personas, tan solo somos dinero".

Adam Curtis

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¡Viva la piratería!

Probablemente debería empezar esta apología advirtiendo de lo engañoso de llamar piratería a eso que desde los medios de formación de masas nos imponen como tal. Dejémoslo en que no hay piratería mientras no se trate de un tráfico de mercancías, que infrinja de algún modo la Ley, y con ánimo de lucro (y ni siquiera se considera ánimo de lucro, ni se puede considerar, el mero hecho de ganar Dinero, si con ese Dinero no hay propiamente enriquecimiento). Pero no hay porqué gastar demasiadas fuerzas en pelear un terreno que de todos modos está ya perdido. Así que cojamos con gusto el vocablo, que además alude a una bellísima y desesperada forma de rebeldía, y digamos: sea: ¡que viva la piratería!

-¡Viva!

-¡Larga vida a la piratería!

-¡Viva!

Voy a dar nada más que tres razones, pero suficientes a mi juicio, de porqué animo a todo hombre y mujer de bien a dejarse llevar por el inigualable placer de proclamar a los cuatro vientos, tan pronto se les preste la ocasión, tamaña insensatez.

1.- Si para que una industria cualquiera pueda sobrevivir -la del cine, la de la música, la de los libros o cualquier otra- hace falta quitarme a mí o a cualquiera el derecho de compartir con otros gratuita y desinteresadamente lo que nos dé la real gana, pues... Sintiéndolo mucho: que se hunda la industria. No es siquiera necesario que tal derecho nos lo conceda ningún juez o prohombre del Estado o las finanzas para que cualquiera pueda reconocer, con el sólo uso de la razón, que compartir con el otro gratuita y desinteresadamente cualesquiera cosas es cosa buena para el común. Sí: de no haberse protegido la industria de sus intereses, probablemente no hubieran visto nunca la luz algunas de esas películas, libros, series o discos que en tanta estima guardamos, pero eso no es de ningún modo razón para que aceptemos que se nos ponga ningún impedimento a la com-partición. Que se muera la industria, pues, si es necesario. Claro que (¿quién sabe?) quizá las gentes no sean tan bobas e inútiles después de todo, y aún desapareciendo la industria encuentren las maneras de contar historias, cantar canciones o escribir, sin la ayuda de Dios Dinero. Así que, buena gente, nada de reclamar que la industria se adapte a las nuevas condiciones tecnológicas: los intereses de la industria no pintan nada en esta guerra.

    2.- Cultura no es, como pretenden hacernos creer, ni el libro, ni el cd, ni el dvd. Esos son mercancías. Cultura será en todo caso lo que esos soportes contengan. De modo que, no nos engañemos, ninguno de los poderes económicos (ni ningún otro de los que, con gusto o no, con conciencia o sin ella, se someten a él) está interesado en defender la cultura en sí, sino el negocio (sí, sí: muy loable y de derecho dicen también que es el hacer negocios); a no ser, claro está, que tal cultura cumpla una función moralizante que sea del interés de esos mismos negocios, como por lo demás es lo habitual: no hace falta decir que los contenidos culturales no son la inmensa mayoría de las veces más que puro entre-tenimiento (es decir, un bodrio de fórmulas comerciales prediseñadas que no sirven para hacer nada de verdad, sino a lo sumo entre-tenernos entre jornal y jornal, puesto que de otro modo esta vida esclava a cualquiera se le revelaría insoportable sin más), o sea, pura basura. Y digo basura en un sentido estrictamente técnico, y no necesariamete despectivo (aunque, ¡¿qué demonios?!, eso también), pues aquello cuya función no es otra que su mero consumo, su pura compra-venta, su mera ingesta (otra cosa es que mediante tal engullimiento se logre mantener a las gentes lo bastante ocupadas como para que no se encabriten demasiado) no puede llamársele otra cosa que basura, que es el nombre con el que nos referimos de ordinario, entre otras cosas, a aquello que no tienen ninguna verdadera utilidad. Estoy seguro de que cualquiera reconocerá que hay libros, películas o canciones, que no sólo entretienen, sino que HACEN algo más. Pues bien, permítanme que les recuerde (porque ya lo saben) que ninguno de los autoproclamados defensores de la cultura tiene el más mínimo interés (más bien al contrario) de que esas obras tengan la capacidad de hacer en quienes las consumimos nada que no sea ya el mero hecho de su producción y consumo, o lo que es igual, nada que no sea un mero mover Dinero, y cuanto más rápido mejor. Que nadie se rasgue demasiado las vestiduras, pues, si a algún sucio pirata le escucha alguna vez decir: ¡muera la cultura!

    3.- Hay un aspecto de la hoy día llamada piratería que sospechosamente parece no haber llamado demasiado la atención de ninguno de esos dignos defensores de la Ley y los negocios, y lo que es peor, de sus súbditos. Me refiero a la generosidad de quien se toma la molestia, el tiempo y el esfuerzo, sin obtener ningún rédito económico a cambio, de copiar una película, un disco o un libro de su colección y subirlo a la red para compartir el enlace a través de alguna de las múltiples herramientas en internet (plataformas que, lamentablemente, se aprovechan no sólo del trabajo de estos anónimos navegantes sino también del de los muy vanidosamente llamados "autores", a base de martirizarnos con la publicidad más intrusiva: que se pudran ellas también). No sé si tú, lector, alguna vez has pensado que esa serie que te descargas o ves en streaming, sin mayor gasto que el que ha supuesto la compra de una computadora y el acceso a la red (pero no olvides que muchos esclavos han tenido que matarse a trabajar en la mina para que pueda tu salario tener el poder adquisitivo suficiente como para que estos productos sean asequibles a tu bolsillo), es el resultado de un trabajo que alguien ha estado dispuesto a realizar por puro amor al prójimo. Esa sí que es una actitud verdaderamente peligrosa para el Mercado y su legión de mercachifles. Nada hay más peligroso para el Dinero y la política profesional puesta a su servicio que el descubrimiento de que pueden las gentes hacer cosas y satisfacer las necesidades suyas y de otros sin tener que imponer alguna forma de obediencia y sumisión al Dinero. ¿Que no todo puede ser jauja? ¿Y eso quién coños lo dice?

¡Ah! ¡La de un pirata es la vida mejor!

Barba Negra

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Sobre el suicidio

Recientemente el caso de la eutanasia activa realizada en Madrid por un hombre que incluso grabó un vídeo para que no quedara duda de la voluntad de su mujer ha vuelto a poner el asunto de la eutanasia encima de la mesa. En realidad, eso es parte del gran tema del suicidio sobre el que ha reflexionado la humanidad desde la noche de los tiempos y sobre el que han corrido ríos de tinta defendiéndose todo tipo de posturas, de un extremo al otro. Cioran pensaba que tener la posibilidad de suicidarse era extraordinariamente importante para no hacerlo, el hecho de no ver la vida como una obligación hace en gran medida que no se vea como algo de lo que hay que escapar. En la Antigua Grecia había consenso en que el suicidio estaba siempre justificado en algunos casos mientras que resultaba igualmente obvio que no se podía aprobar el suicidio en cualquier caso y en cualquier circunstancia. El espinoso problema estaba en encontrar el límite entre los suicidios moralmente correctos y los que no lo eran. Lógicamente se defendieron todo tipo de posturas, algunas tan exóticas a los oídos del siglo XXI como que el suicidio del sabio siempre era correcto porque él sabía si estaba en un momento en que era correcto hacerlo (vivir lo que se debe, no lo que se puede) o que los necios están obligados a vivir porque son incapaces de saber si en caso de suicidarse ese acto es un error irreversible o no. Por su parte, pensadores como Séneca vieron el suicidio como el culmen de la libertad y el suicidio como el único acto genuinamente libre. Así pues, había una variedad bastante grande de posturas acerca del suicidio.

Luego llegó el cristianismo que, si bien algunos de sus primeros defensores llegaban a justificar el suicidio en algunos casos, sostuvo una posición extremista al respecto, censurando el suicidio en todos los casos bajo la idea de que la vida no le pertenece al individuo sino al dios único y verdadero que lo ha creado y, en cualquier caso, hay que aguantar todas las penas y tormentos que nos traiga la vida porque forman parte del plan divino. Dentro de esta concepción del ser humano totalmente alienado de sí mismo se ha llegado a ver el suicidio como un crimen más, igual al homicidio pero cometido contra uno mismo. En este sentido ha habido legislaciones que penaban los intentos frustrados de suicidio igual que los intentos de homicidio o incluso más gravemente.

Por otra parte, en los últimos siglos, en el contexto de las cosmovisiones no religiosas del ser humano y dentro de tendencias éticas y políticas marcadamente individualistas, han surgido quienes han defendido el extremo contrario. La vida de cada persona le pertenecería en exclusiva a esa persona y podría hacer con ella lo que quisiera sin tener que dar cuentas a nadie, incluido el acto de acabar con ella. Así, el suicidio sería un acto de moral privada que estaría fuera de la esfera de lo público y sobre el que no cabría crítica legítima. De este modo, tendríamos acerca del suicidio toda una amplia gama de opiniones desde la que censura el suicidio en todos los casos hasta la que lo aprueba también en todos los casos. También es fuente de discordia hasta qué punto esto es un asunto privado o un asunto público. La polémica de la eutanasia se enmarca dentro de este gran tema, el más importante de los tratados por la filosofía según algunos, o incluso el único importante según otros.

Hay casos en que la vida es un tormento y el que lo sufre ni siquiera tiene la capacidad de suicidarse aunque tenga el deseo. ¿Qué postura hay que adoptar en ese situación? ¿Qué opinas acerca de este gran tema?

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Gracias Cataluña, gracias Euskadi

Cortita y al pié. Otras elecciones más, Catalunya y Euskadi nos salvan el culo a los que no queremos vivir en un país gobernado por la derecha, haciendo políticas de derechas, en contra de la mayoría social del país.

Sánchez, si consigues gobernar, tienes mucho trabajo por delante para revertir esta situación de derechización de la sociedad española, ya sabes, más visitas al Hormiguero y Ana Rosa, no dejes que el relato lo lleven los demás, y a mejorar el país de verdad.

Gràcies,

Eskerrik asko

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Un Parlamento copiado de Menéame

Ya no voy a entrar en si este sitio funciona bien o mal, pero creo que sería interesante imaginar un Parlamento nacional al estilo de Menéame.

En primer lugar, los diputados más antiguos verían cómo su voto vale más, aupados por aquello de la experiencia en el valor base de su voto. O sea, que cuanto más tiempo llevas y más te pudres y más experiencia tienes, más se te tiene en cuenta.

En segundo lugar, cualquier propuesta podría ser llevada a ley y necesitaría los votos suficientes, pero como no todos los votos valen lo mismo se trataría de concitar el máximo apoyo entre los más antiguos o los más populares, porque la popularidad también da fuerza parlamentaria.

Luego, nos encontraríamos con que con 160 votos a favor y 22 en contra, la moción sería rechazada y la ley no saldría adelante, porque los votos en contra tienen hasta cinco veces el valor de los votos a favor, o incluso más, algunas veces.

Siguiendo adelante, nos encontraríamos con que la mesa del Parlamento, o su presidenta, podría vetar sin previo aviso a algunos diputados, retirarles su derecho a voto y silenciarlos. Extraordinariamente, el acuerdo de varios diputados podría también retirar el derecho a voto de otros diputados y hasta eliminar su turno de palabra.

Por último, aunque una Ley fuese aprobada, se pagaría un extra a los diputados que votasen en su contra una vez promulgada para que, si se reúnen los votos suficientes en contra, aproximadamente una quinta parte de los que tiene a favor, esa Ley deje de estar en vigor y se penalice a su promotor.

¿A que os molaría esa clase de democracia?

Pues ya podéis contar lo que queráis de vuestro supuesto carácter izquierdista y libertario, porque buena parte de los que estáis aquí os comportáis de ese modo y apoyáis precisamente ese mecanismo.

Me importa un carajo lo que prediquéis: os conozco de sobra por vuestras obras.

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¿Cómo es publicar para una editorial grande? En defensa del Creative Commons

Hace unos meses publiqué un texto con una editorial potente, de distribución nacional. Pero parafraseando aquella expresión que gente con canas recordamos, no vengo a hablaros de mi libro, sino de dar algún que otro consejo útil a las personas a quienes les gustaría hacer lo mismo. Especialmente querría defender la licencia Creative Commons, una de las condiciones que les puse a mis editores y que tuvieron a bien aceptar, algo que les agradezco por lo poco frecuente. Y es que estamos rodeados de mitos, uno de ellos que el Copyright es la herramienta más útil para defender nuestros derechos como autores. Pero comencemos por el principio: tienes una idea, o incluso un manuscrito terminado y piensas que puede acabar siendo un libro, ¿qué hacer?

—Respeta tu creación desde el comienzo. No se merece que sea maltratada por editoriales que en realidad son servicios de impresión a quienes no les importa nada el texto. Por cierto que algo tendrás que mandarles, pues salvo que seas un autor consagrado no bastará el concepto general. Yo no lo enviaría entero, sino una parte que pienses que refleja bien la estética y el fondo del mismo. Busca una compañía a la que creas que por su ámbito y enfoque les puede interesar tu obra. Nada de pagar por ediciones ni de que te tengas que encargar tú de la distribución, eso son labores editoriales. Pon condiciones, no te vas a convertir en una persona rica (o es muy improbable) pero puedes entender que tu obra requiere un determinado formato, o que se debe publicar de una forma específica. Yo pedía Creative Commons al menos en formato PDF y respetar ciertas soluciones de maquetación, como que las notas se encontraran al pie de la página y no al final del tomo. Si no les interesa siempre queda la autopublicación antes que regalarle dinero a una empresa. Y no es una opción que sea sinónimo de falta de calidad o éxito. Siempre pongo el ejemplo de Andy Weir, autor de El marciano. Ninguna compañía quería su novela, la editó el mismo y la aceptación la acabó convirtiendo en una película de Ridley Scott.

En mi caso con respecto a quien publicaba yo tenía tres nombres en mente. El primero, el de la editorial grande con un espíritu de publicación que encajaba con lo que les ofrecía. Aceptaron, pero si hubieran dicho que no, se lo hubiera ofrecido a otra muy pequeña, que realiza tiradas en la práctica testimoniales pero que también está en el espíritu que buscaba. Y si estos últimos tampoco la hubieran querido la habría subido a Internet y santas pascuas. Esta es otra cuestión relevante en mi opinión: no pasa nada por el hecho de que finalmente no se pueda publicar, el camino ya es valioso. En cierto modo lo que más. Hay que escribir sobre todo para uno mismo. Quieres contar algo, pero ya es enorme hacerlo para ti. Ni todo el mundo puede ni quiere, aparte de que la senda como dice la poesía —por tanto la filosofía— debe ofrecer tanto o más que el destino, o no merece la pena recorrerla. Y otro elemento clave: el escritor es ante todo un lector. Ama la literatura, aprende de lo que otros cuentan. Esto es más importante que escribir, pues éste es un proceso que depende de aquel. Si ese sentimiento de amor hacia la palabra ya escrita no existe, nos encontraremos en un mundo que —lo advierte entre otros Juanjo Millás— tendrá más escritores que lectores y por tanto está vacío.

—Hablemos del Creative Commons. Como os decía vivimos en una sociedad en la que, por diversos motivos, se nos cuentan muchas cosas como ciertas sin serlo. Con respecto al arte han circulado numerosas leyendas y no es la menor la del valor imprescindible del Copyright como defensor de la dignidad del autor. En realidad el ámbito editorial no es distinto al de otros clave para la sociedad como la energía, o la vivienda. Un puñado reducido de muy grandes empresas tiene una gran capacidad de presión política, de modo que las leyes responden en gran medida a sus intereses y no a los del conjunto de la sociedad. O en el caso de la creación, de los autores. Por lo que respecta a los libros, en España son más caros que en otros países que incluso tienen un poder adquisitivo más alto, lo que ya nos puede dar pistas. También hay una importante resistencia respecto al formato de bolsillo, que en definitiva es más asequible. Isaac Asimov cuenta en su autobiografía cuando convenció a su editorial en Estados Unidos para publicar a la vez las tiradas económicas y las de formato más caro, como el de tapa dura. Defendía con razón que hay personas que prefieren uno u otro y que es un sinsentido privar de la obra a parte del público, simplemente para dar preferencia a quien está dispuesto a pagar más. Desde que convenció a su editor —cuenta el autor de Fundación— que además vio que no perdía dinero, en ese país el editar a la vez el formato caro y en bolsillo es habitual. En España no.

Con el Creative Commons sucede algo parecido. En mi opinión cuenta con dos ventajas principales, una altruista y otra egoísta, entendiendo que el egoísmo puede tener una perspectiva beneficiosa e incluso imprescindible para un mundo mejor. Por ejemplo en política: no hace falta ser generoso para querer una Seguridad Social, basta pensar que a uno mismo como individuo también le resulta positivo. Pero así mismo os voy a ser sincero: creo en el altruismo como algo bello y necesario, que también forma parte del ser humano, así que voy a comenzar por este ámbito. Contextualicemos al respecto. El trabajo es algo crucial para nuestra sociedad, al menos de momento, pero tampoco debemos ver sus características actuales como algo "natural", ya que esto también responde a intereses políticos. Podríamos trabajar de manera distinta a la institucionalizada, menos y mejor, pero eso tal vez lo desarrolle en otro momento. Baste decir que una teoría señala que la palabra "trabajo" deriva del latín, de un término que se usaba para referirse a un instrumento de tortura compuesto de tres palos: el Tripallium. Cierto o no, esta perspectiva me parece bastante útil y al menos en espíritu fiel a la realidad. Por otro lado tampoco debemos olvidar que el trabajo es en parte un mecanismo de control social, buscándose que su pérdida esté asociada a la necesidad, así como a la idea de vergüenza. Y alguien parado no debe avergonzarse de nada, es una circunstancia vital que puede responder a muchas causas, que inevitablemente se relacionan con otro concepto, en este caso muy religioso: el de la vergüenza. Y aunque ésta creo que muy saludable en el aspecto de sentirse incómodo ante el daño provocado a otro, se usa en el ámbito economico-político desde una perspectiva alienante: ¿no trabaja? algo habrá hecho o será un vago. Ya me entendéis. Esta dinámica de pensamiento responde más a lograr, de manera inducida, que los que sí trabajan no pidan reformas o mejoras por miedo a esa culpa. Por esto, entre otras cosas, pienso que el pobre o el parado tiene que tener —de hecho merece— los mismos derechos que el que no lo es. Y ahí está incluido algo fundamental: el ocio. Así que si alguien quiere leer mi libro y no puede (o no quiere) pagarlo para mí tiene el mismo derecho que los demás. Diversas personas por diferentes motivos, todos respetables, me han pedido el PDF. Y esto no es incompatible con un beneficio legítimo de una empresa editorial, pues pude tener formatos como el físico de pago, acogido a un Copyrigth cedido. Es un ámbito interesante, pues demuestra otro elemento político: no hace falta que el sistema económico sea de un feroz capitalismo o totalmente planificado, hay puntos de acuerdo en el que todos podemos ganar. Contar con este tipo de perspectivas va, además, contra la línea de flotación de otro aspecto alienante: la polarización social. Pero de nuevo este es otro tema.

Ahora hablemos de egoísmo personal. Desde una perspectiva útil y no dañina. ¿Es egoísta querer salvaguardar tus derechos de autor? Sí, pero podría estar de acuerdo con lo que parece defender nuestra ideología social imperante: si eres escritor y creador para mí tienes derechos sobre tu obra, algo que debe ser protegido. A que se reconozca tu autoría, a que nadie la manipule o —si no quieres— haga negocio con ella. Pues bien, es muy posible que el Copyright total no sea lo que más te interese. Como sucede con por ejemplo la música, esta licencia te da unos derechos exclusivos. Pero la exclusividad tiene sus peligros, porque al firmar un contrato de Copyright la cedes a una empresa que va a disponer de esos derechos, claro, de una manera —repito— exclusiva. Durante un tiempo que suele ser muy largo, de modo que ni siquiera tú, autor o autora, vas a poder hacer en ese periodo nada con ellos. Normalmente con estos contratos si la compañía quiere retirar en un momento el texto de la sociedad, desaparecerá, y tú —aún siendo creador— no podrás hacer nada al respecto. Has firmado un contrato, te dirán. Y tendrán razón, así que cuidado. Lo que me gustaría que tengas en mente es que antes la sociedad te habrá dicho implícita o explícitamente que el Copyright es por ti. No te lo creas. Con el Creative Commons estás compartiendo con los demás, efectivamente, pero también lo estás haciendo contigo mismo. De modo que si te acoges a él de manera que cualquiera puede compartir tu obra, tú también puedes hacerlo. Existirá mientras al menos tú quieras y esa decisión no dependerá de una decisión empresarial, sino personal: la tuya.

Como veis el ámbito editorial nos puede enseñar —al menos desde mi opinión y experiencia— como hay ideas que se dan como ciertas pero que no tienen que serlo necesariamente. La cooperación no está reñida con los beneficios, entre los que hay que valorar no solo los económicos si queremos un mundo mejor. Y tampoco es incompatible con un egoísmo beneficioso, el cual por otro lado es imprescindible para un mundo más seguro precisamente porque —a diferencia— del mero ego y la competitividad sin matices, no daña a nadie, sino que da garantías. Lo hace la Seguridad Social, lo hace una educación gratuita, lo hace un transporte público de calidad y lo hace el Creative Commons. Tenedlo en cuenta como creadores.

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Obama ocultó nacionalidad estadounidense de los terroristas talibanes

Obama ocultó nacionalidad estadounidense de los terroristas talibanes

Los usuarios de 4chan discuten un "bombazo". Unos representantes del Consejo Supremo Talibán tienen ciudadanía estadounidense. Para confirmarlo, fueron publicadas las imágenes de pasaportes estadounidenses expedidos a nombres falsos, que, en realidad, pertenecen a los talibanes paquistaníes, Abdul Jamil, Fahzl Rahman Muslim, Zuhur.

Pero hay otra noticia más sensacional. Resultó que la Administración Obama sabía lo que estaba pasando ya en 2013, pero decidió silenciar el asunto. El entonces representante permanente estadounidense ante la OTAN, Douglas Lute, dirigió la carta al secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, y todos los miembros del Consejo del Atlántico Norte, en la que expresó el temor de que la información llegue a los medios de comunicación de Irán, Rusia, India y China. Además, Lute recomendó que "los medios de comunicación de los países de ISAF consideren estas fotos la propaganda anti-OTAN destinada a desacreditar los resultados alcanzados por la Alianza en la región".

En la carta ha quedado claro que la información fue filtrada por militares del Ejército Nacional Afgano después de la operación antiterrorista ejecutada en la provincia Kandahar en Afganistán el 23 de marzo de 2013.

La información sobre pasaportes británicos y canadienses también figura en la carta, pero sus imágenes, por desgracia, no se filtraron en la red. Eso nos hace preguntarnos ¿cuántos líderes de los grupos terroristas se pasean libremente por el mundo con los pasaportes de países occidentales? ¿cómo los consiguieron?

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La mercantilización del trauma

La mercantilización del trauma

Hace años los artistas no solían hablar de salud mental. Hoy, nadie lanza un proyecto sin hablar de ella.Y aunque visibilizar importa, convertir el sufrimiento en trampolín comercial puede ser más dañino que el silencio. The Guardian lo llamó “La mercantilización del trauma”.

La salud mental se ha transformado en contenido. La depresión, da engagement. La ansiedad, impulsa los clicks. Y las lágrimas, si son a cámara y justo antes de una gira, cotizan ya mucho más que el talento. No exagero. Selena Gomez, Billie Eilish, Dani Martín, Ángel Martín… la lista es infinita. Todos han compartido sus batallas. Lo relevante no es que lo cuenten, sino cuándo y para qué.

Especialmente polémico fue el caso de Demi Lovato que convirtió su trastorno bipolar en narrativa de marca de la forma más impúdica y medida: confesiones públicas, discos, series, documental y merchandising de resiliencia. El dolor como lifestyle dentro del capitalismo emocional.

La industria del entretenimiento ya no oculta las crisis. Se producen, se publicitan y se monetizan con precisión quirúrgica. Vivek Shraya lo llamó “La Industria de los Payasos del Trauma” al autodefinir su pasado.

Las agencias de representación lo tienen claro: la “vulnerabilidad selectiva” es la forma más rentable de conectar sin exponerse. El storytelling del sufrimiento vende. Y ya si viene con arco de redención, miel sobre hojuelas.

El propio Leiva (que paradójicamente ha hablado de ansiedad y salud mental en el lanzamiento de sus TRES ÚLTIMOS DISCOS) ve clara la paja en el ojo ajeno.

¿Tienes un nuevo disco, un libro, una serie o un documental? Perfecto. Solo falta la confesión emocional en una entrevista y la portada con mirada quebrada. Agencias de representación y discográficas han entendido el poder del trauma. No importa si la narrativa del dolor es previsible, si la historia personal emociona. Una “buena depresión” puede tapar un disco mediocre o mejor aún, relanzar una trayectoria artística carente de vigor.

La desigualdad o la precariedad están desapareciendo de las letras de la mayoría de artistas. Se sigue cantando sobre dolor o tristeza, pero siempre desde una perspectiva absolutamente personal, nunca colectiva. La lucha contra la injusticia ya no vende como antes y eso es algo que el mercado ha entendido a la perfección. Porque solo se habla de salud mental desde un contexto de privilegio, en un ejercicio de profundo narcicismo, evitando analizar marcos o causas. Y una confesión con intenciones de conversión no es activismo. Es contenido de consumo. Es transformar la concienciación en pura frivolidad.

Al hablar Hitchcock sobre el inmenso poder que el suspense tiene sobre el drama en el cine (y en la vida), dijo: “Si no quieres que el espectador piense en el origen del problema, haz que se obsesione con sus consecuencias convirtiéndolas en relato o en obstáculo a superar, logrando que se identifique fuertemente con ellas”.

Hasta no hace mucho, los artistas creaban para compartir su visión del mundo con la gente, fomentando el talento y la evolución cultural. Ahora los artistas comparten traumas y dramas para que la gente pueda creer que son como ellos, fomentando una identificación tan manipuladora como paralizadora. Esa que logra que pongamos el foco en la consecuencia (la salud mental) y nunca en la causa (precariedad, empleo, vivienda y servicios sociales).

De esta forma, los medios han naturalizado que la gente empatice mejor a través de la admiración que a través del entendimiento del sufrimiento de un igual.

No hace falta mucha imaginación para entender a quién beneficia esta nueva forma de relacionarnos con la salud mental.

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Adiós YouTube de Menéame

Supongo que no soy el único que detesta perder tiempo viendo vídeos de YouTube de 20 minutos para encontrar algo que leyendo un texto no llevaría ni dos. Además, vengo observando que cada vez hay más gente que publica vídeos en Menéame con la probable intención de promocionar su canal y, posiblemente, monetizarlo.

Pues bueno, como no me interesa lo más mínimo lo que un youtuber diga en su canal, mientras grita y pone la misma cara que Nicholson en El Resplandor, me he hecho un userscript para Tampermonkey que los hace desaparecer de Menéame. Lo dejo por aquí por si a alguien le viene bien.

Advierto: el código está hecho a vuelapluma y, seguro, tiene varios errores, así que no entremos en discusiones absurdas sobre la calidad del mismo.

// ==UserScript==

// @name     ByeByeYoutube

// @namespace  meneame.net

// @version   0.1

// @description Ni youtubers ni youtubars

// @author    wildseven23

// @match    www.meneame.net/*

// @grant    none

// ==/UserScript==

( function() {

  'use strict';

  var ytSpan = [];

  var header = document.getElementById( "header-menu" );

  var ul = header.getElementsByClassName( "header-menu01" )[ 0 ].getElementsByClassName( "menu01-itemsl" )[ 0 ];

  var li = document.createElement( "li" );

  li.title = "Esconde/muestra meneos de YouTube";

  ul.appendChild( li );

  li.addEventListener( "click", showhideYT );

  var summaries = document.getElementsByClassName( "news-summary" );

  for( let div of summaries ) {

    var newsInfo = div.getElementsByClassName( "news-body" );

    var minUrl = newsInfo[ 0 ].getElementsByClassName( "news-submitted" )[ 0 ].getElementsByClassName( "showmytitle" )[ 0 ];

    if (typeof minUrl != "undefined") {

    if( minUrl.innerHTML === "youtube.com" ) {

      newsInfo[ 0 ].style.border = "1px solid #ffb380";

      ytSpan.push( newsInfo[ 0 ] );

    }

    }

  }

  showhideYT();

  li.innerHTML = "<span style='cursor:pointer' class='badge'><i class='fa fa-video-camera'></i> "+ytSpan.length+"</span>";

  function showhideYT() {

    ytSpan.forEach( ytBlock => ytBlock.style.display = ytBlock.style.display !== "none" ? "none" : "block" );

  };

} )();

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Por qué la gente dice 99 en este problema

Circula por internet la siguiente imagen:

No dejaría de ser una de esas preguntas de facebook o linkedin con miles de respuestas, y que no entiendo por qué la gente se esfuerza en contestar, si no fuese por un detalle: ¿por qué en las redes sociales casi todo el mundo contesta 99?

Cuando este problema llega a una persona con un transfondo matemático, se suele aventurar a decir que la respuesta es 98, y no 99. Esto es porque normalmente ve dos variables y una solución, así que escribe lo siguiente: f(x, y) = z. A partir de ahí suele plantear 3 hipótesis:

Hipótesis 1f(x, y) = x*y + y -1

Fácilmente se puede comprobar que se cumple para todos los términos presentes, y que f(10,9) = 98

Hipótesis 2f(x,y) = x^2 - 2

Es una hipótesis que me gusta menos. Suelo considerar que, salvo que se demuestre lo contrario, las variables de entrada están ahí para ser usadas. Aun así, con esta hipótesis, también vemos que f(10,9) = 98

Hipótesis 3: f(x,y) = (y+1)^2-2

De nuevo estamos ninguneando a una variable de entrada, en este caso a la x, cosa que podemos hacer dado que para todos los ejemplos que tenemos se cumple que x = y + 1.

Haría falta una fila de ejemplo con dos números x e y en los que no se cumpla x = y + 1 para poder descartar o no las hipótesis, pero por el momento la 1 es mi favorita.

¿Por qué, en cambio, la gente sin transfondo matemático suele contestar 99? Porque tienen menos el concepto de función algebraica y más el de serie: desde pequeñitos nos educan para tratar de ver patrones en las series numéricas, y mentalmente añadimos un concepto artificial: el orden. Así que mentalmente, para resolver, la gente suele hacer una sencilla operación cercana a los resultados. Así que lo que hacen es esto:

Lo que mentalmente están haciendo es que resuelven una parte fácil (x*y) y para el resto ven una progresión 1,3,5,7... pero entonces están añadiendo una variable a la función: el número de fila. Supongamos que las filas comienzan a contar en 0, la función que desarrollan es f(x,y,r) = x*y+r*2+1

Por desgracia es a lo que nos han enseñado, a buscar esta linearidad en las series. Pero, ¿por qué no llevarlo más allá? ¡Que no nos importen ni x ni y! Intentemos resolver la serie sin tener en cuenta las variables, directamente cuál es el siguiente término de 7,23,47,79...

Una de las hipótesis que podríamos plantear en este caso es f(r) = (r*2+3)^2 -2. El problema es que si bien se cumple para todos los términos existentes, el término siguiente de la serie que obtenemos es 119, que se nos hace en principio antiintuitivo.

¡Pero podríamos ir más allá! 7, 23, 47 y 79 son números primos. En concreto 7 es el 4º número primo, 23 es el 9º, 47 el 15º y 79 el 22º. Restando los ordinales obtenemos: 9-4 = 5, 15-9 = 6, 22-15 = 7... podríamos deducir que la solución sería el 22+8=30º número primo, que sería 113.

En conclusión, muchas veces, por causa de la educación, pensamos que la solución a este tipo de problemas está relacionada con series numéricas. Independientemente de ello, por favor ¡no la publiques en mi muro ni en linkedin! ¬¬

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Berlanga, antes y después de Berlanga

Berlanga, antes y después de Berlanga

En un Consejo de Ministros, Gómez de Llano, ministro de Hacienda de Franco, le dijo al dictador que Berlanga era comunista. Franco le contestó, cortante: “Berlanga no es comunista, es algo peor, es un mal español”.

Jamás he conseguido explicarme cómo pudo el director valenciano sacar adelante tantísimas películas, ni aún con esa inteligencia apabullante que él y Azcona utilizaban a modo de calzador infalible para hacerlas pasar a través de los poquísimos resquicios que dejaba la implacable censura franquista.

El caso de El Verdugo es algo extraordinario. ¿Cómo pudo una película tan sumamente cáustica, honesta y, ante todo, destructiva para con el régimen, salir a la luz y no solo eso, sino llegar a concursar en el Festival de Berlín para erigirse como ganadora absoluta del Oso?

Mark Cousins, afamado crítico y creador del que es, probablemente, el más excelso y completo documental sobre la historia del cine (The story of film, ver en Filmin) dijo de la famosa secuencia en la que se lleva a un tipo a rastras hacia el patíbulo, que es, probablemente, “la mejor escena jamás realizada en la historia del cine”.

Esa escena fue, precisamente, mi primer contacto con Berlanga. La vi un verano, en la playa, siendo adolescente y me dejó completamente en shock. Una dependencia carcelaria, fría y desolada, en la que coinciden dos víctimas, el reo y el verdugo, ambos rodeados de grupos que les encaminan a una puerta de salida sin retorno posible, real o metafórico según los casos. La víctima, que sabe que va a morir, claro, avanza entre el desmayo y la negación, pero sabiendo de lo irremediable de su condición. Se medio desmaya, se niega a avanzar, casi vomita, los guardias se ven obligados a arrastrarla hacia su final. Ese sombrero que se cae y se queda como flotando en la nada, en un plano completamente vacío, hasta que llega alguien y lo coge. La engañosa inocencia de ese objeto en mitad de la nada.

Pero he aquí la magia de El Verdugo, porque la situación, enormemente trágica, no pierde en ningún momento su parte humorística, coçn esa mescolanza de voces y diálogos entrecortados, tan de Azcona, que transforman el drama, la negrura infinita de una España muerta, en una comedia sí, pero en una comedia que te rompe de arriba abajo cuando la puerta se cierra y te inunda el silencio.

No hay nada más berlanguiano que esa secuencia de un minuto, tampoco hay nada más español.

Y cuál fue mi sorpresa cuando, una década después, vi la película por primera vez y descubrí que la persona que avanzaba tranquila era la víctima y la que se negaba a su destino y tiene que ser arrastrada por los dos guardias es el verdugo. Colapsado ante mi total necedad, entendí muchísimas cosas: el poder de la escritura, el cómo una leve sustitución puede suponer la diferencia entre lo absolutamente inolvidable y la mera anécdota, pero sobre todo, en ese momento descubrí la valía de la dupla Berlanga/Azcona y cómo frente al hambre, la estrechez de miras, el dolor, la pobreza, el miedo, la censura y un país paleto, romo y sin porvenir, el talento puede sobrevivir y crecer con más brillantez que frente a la complacencia, la calma, la placidez y la bonanza.

Así que la víctima avanzaba tranquila y digna hacia su destino y era el verdugo el que no podía soportar las consecuencias que él mismo había elegido. Joder...aquello me partió en dos.

España siempre ha sido berlanguiana, incluso antes de que Berlanga existiese y por eso esta escena está basada en un hecho real de nuestra España, protagonizado por un verdugo que, en Valencia, se negó a hacer su trabajo al enterarse de que la condenada al garrote vil era una mujer. El susodicho necesitó de 2 inyecciones con calmantes para cumplir con su deber. Berlanga escribió la escena, pero no encontró el momento ni la inspiración para añadirle una hora y media. Años después, ayudado por Azcona, la convierte en una película extraordinaria que se estrena a principios de los 60 en una España que seguía encerrada en un ultracatolicismo pegajoso y transversal que travestía cada minúscula traza de disrupción y creatividad en un conato de rebelión imperdonable..

El verdugo es, sin duda, una crítica a la pena de muerte, no hay que ser muy lince para descubrir eso, pero como el propio Berlanga explica, eso no es lo más importante, hay una cuestión que esta película pone delante del espectador de una forma poderosísima, implacable y dolorosa y que alcanza su culmen en esa escena en la que el verdugo es llamado a la ejecución mientras se toma un café y comienza la fase de negación, cuestionando al guardia “¿pero no iba a llegar el indulto?”.

Es el problema de la libertad humana, el cómo aplazamos la lucha frente a todo lo que sabemos que está mal, todo lo injusto, por una pequeña parcela de bienestar. El verdugo, que ha vivido todo el tiempo sin tener que cumplir con el negro destino, tranquilo, en casa y apartado del horror, de pronto descubre que lo que era un chollo es el trabajo más terrible que uno deba realizar. Hay aquí un poderosísimo simbolismo que trasciende al propio personaje y que escupe en la cara de millones de españoles que viven atrapados en una dictadura, si no están vendiendo su libertad, su dignidad, su raquítico porvernir, por unas trazas de casposa, oscura, precaria, engañosa e indigna tranquilidad.

Dice Berlanga de El Verdugo: “Dentro de esa película, no está implícito pero está explícito, el enorme peligro de decir sí”. El enorme peligro de conformarse, de no meterse en problemas, de pensar que la tragedia, aun sabiendo que está afectando a otros, en mi país, incluso en mi ciudad, nunca me rozará. O como dijo Fernando Fernán Gómez sobre esta obra magna: “Esa actitud tan sumamente española de creer que la vida es un camino de rosas y espinas pero eso sí, las espinas, que se las coma otro”.

La guinda es Pepe Isbert, que, en un papel antológico, representa también a la otra España, que Berlanga, de forma extraordinaria, logra igualar a su opuesta, pues si el verdugo joven vende su dignidad por el confort y de pronto se encuentra con el miedo a matar, el verdugo viejo afirma que “solo se pasa mal la primera vez” y luego vende su dignidad al confort de practicar un trabajo inhumano, que es "solo trabajo", sí, pero que no es otro que matar.

Los que se conformaron y no hicieron nada y los que se conformaron y lo hicieron todo. Imposible resumirlo mejor. Jamás nadie hizo un retrato mejor de un país que no ha cambiado ni un ápice, porque lo berlanguiano, no solo existió antes de Berlanga, lo berlanguiano sigue y seguirá existiendo después de Berlanga.

menéame