Un sayo ostenta hoy el brillante escudo
que abandoné a pesar mío junto a un florecido arbusto.
Pero salvé la vida. ¿Qué me interesa ese escudo?
Peor para él. Uno mejor me consigo.
“He descubierto que las personas no son más que una capa tras otra de secretos. Crees que las conoces, que las entiendes, pero sus motivos siempre permanecen ocultos, enterrados en sus corazones. Nunca conocerás a nadie, aunque, a veces, puedes decidir confiar en alguien.”
Veronica Roth, “Insurgente” (2012)
"No sé en qué mundo vivirás tú, pero en el mío, las personas solo tienen dos motivos para hacer algo por ti: el primero, es que quieren algo a cambio; y el segundo, es que creen deberte algo."
Veronica Roth, "Insurgente" (2012)
“Si nunca te vuelvo a ver, siempre te llevaré conmigo, adentro, afuera, en mis dedos y en los bordes del cerebro, en centros de centros de lo que soy y de lo que queda”.
Charles Bukowski
El arte es la mentira que nos permite comprender la verdad.
Mi conclusión es que el odio es un lastre: la vida es demasiado corta para estar siempre cabreado
(Extraído de la película)
Todos los cerebros del mundo son impotentes contra cualquier estupidez que esté de moda.
Este era un reino en el que habitaba un príncipe muy noble y sabio. En aquellas tierras había gran armonía. Todos amaban a sus gobernantes y estos siempre respondían con leyes justas y ayudas para que prosperaran.
En aquel lugar había un ritual muy particular. Siempre que era Año Nuevo, los campesinos le obsequiaban palomas al príncipe.
Justo por esas fechas, pasó por allí un forastero. El extranjero sintió curiosidad por ese extraño ritual. Presenció como llegaban gentes de todas partes con las palomas para el príncipe. Se quedó allí un rato, pues le intrigaba saber qué hacía el soberano con esos regalos tan particulares. Así fue como presenció el momento en el que el príncipe reunió a todas las palomas en una jaula y luego las liberó. Los presentes aplaudían y hacían venias.
Sin embargo, en aquella ocasión, un anciano se abrió paso entre la multitud y respetuosamente pidió permiso para hablar.
El príncipe lo escuchó con atención.
El anciano le preguntó cuantas palomas había logrado reunir. El príncipe señaló que unas 200.
El anciano replicó: “Para traerte estas 200 palomas, los hombres salieron de cacería y mataron unas 600. ¿Qué mérito tiene ahora que liberes a las que quedaron vivas?”
El príncipe comprendió su error y prohibió el ritual.
El forastero se llevó una gran lección de aquellas tierras.
Lie Zi
Fábula china
“Nadie tiene ya tiempo para nadie.”
Ray Bradbury, “Fahrenheit 451” (1953)
“Un alma triste puede matar más rápidamente que una bacteria.”
Atribuida a John Steinbeck
Un hombre rico y un hombre pobre conversaban:
-Si yo te diera el veinte por ciento de todo el oro que poseo, ¿me adularías? -preguntó el rico.
-El reparto sería demasiado desigual para que tú merecieras mis cumplidos -contestó el pobre.
-¿Y si yo te diera la mitad de mi fortuna?
-Entonces seríamos iguales, ¿con qué fin adularte?
-¿Y si yo te lo diera todo?
-En ese caso, ¡no veo qué necesidad tendría de adularte!
Antiguo cuento chino
Umberto Eco
" Todo lo que es real en la historia humana se vuelve irracional con el paso del tiempo"
Engels
“He visto morir a hombres porque estaban seguros de que lo que no debería pasar, no pasaría.”
Robert Jordan, “El ojo del mundo, Rueda del tiempo” (1990)
Ante el estudiante, un coche pasó rápidamente, pero él pudo entrever en su interior un bellísimo rostro femenino.
Al día siguiente, a la misma hora, volvió a cruzar ante él y también atisbó la sombra clara del rostro entre los pliegues oscuros de un velo. El estudiante se preguntó quién era.
Esperó al otro día, atento en el borde de la acera, y vio avanzar el coche con su caballo al trote y esta vez distinguió mejor a la mujer de grandes ojos claros que posaron en él su mirada.
Cada día el estudiante aguardaba el coche, intrigado y presa de la esperanza: cada vez la mujer le parecía más bella. Y, desde el fondo del coche, le sonrió y él tembló de pasión y todo ya perdió importancia, clases y profesores: solo esperaría aquella hora en la que el coche cruzaba ante su puerta.
Y al fin vio lo que anhelaba: la mujer le saludó con un movimiento de la mano que apareció un instante a la altura de la boca sonriente, y entonces él siguió al coche, andando muy deprisa, yendo detrás por calles y plazas, sin perder de vista su caja bamboleante que se ocultaba al doblar una esquina y reaparecía al cruzar un puente.
Anduvo mucho tiempo y a veces sentía un gran cansancio, o bien, muy animoso, planeaba la conversación que sostendría con ella. Le pareció que pasaba por los mismos sitios, las mismas avenidas con nieblas, con sol o lluvias, de día o de noche, pero él seguía obstinado, seguro de alcanzarla, indiferente a inviernos o veranos.
Tras un largo trayecto interminable, en un lejano barrio, el coche finalmente se detuvo y él se aproximó con pasos vacilantes y cansados, aunque iba apoyado en un bastón. Con esfuerzo abrió la portezuela y dentro no había nadie.
Únicamente vio sobre el asiento de hule una rosa encarnada, húmeda y fresca. La cogió con su mano sarmentosa y aspiró el tenue aroma de la ilusión nunca conseguida.
Juan Eduardo Zúñiga
“De esa manera estamos hechos, mitad indiferencia, mitad ruindad.”
José Saramago, “Ensayo sobre la ceguera” (1995)
Algunas personas no enloquecen nunca. Qué vida tan horrible deben tener.
Cita dedicada a wintersky, con cariño :)
"Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para aprender a callar".
“Si el corazón pudiera pensar, se detendría.”
Fernando Pessoa, "Libro del desasosiego"
"He visto llegar, uno tras otro, días vacíos, los he despedido inmersos en la misma vaciedad."
Haruki Murakami, “Kafka en la orilla” (2002)
"La forma de aplastar a la burguesía es molerla entre las piedras de molino de los impuestos y la inflación".
menéame