
“Si quieres criar a un ateo acérrimo, debes darle una instrucción religiosa estricta. Siempre da buenos resultados."
Nancy Kleinbaum, "El club de los poetas muertos” (1991)
Todos nosotros, cada uno a su manera, nos hallamos empeñados en la búsqueda incansable, aunque muchas veces inconsciente, del sentido de los acontecimientos y las cosas que nos rodean. Y todos nosotros nos sentimos inclinados a ver tras los sucesos de nuestra vida cotidiana, incluso los más insignificantes, la actuación de un poder superior, por así decirlo, de un director metafísico del experimento.
No son, sin duda, muy numerosas las personas dotadas de aquella ecuanimidad del rey de Alicia en el país de las maravillas, que le permite dar por liquidado el asunto de la insensata poesía del conejo blanco, con la filosófica observación: "Si no tiene sentido, nos ahorra una buena cantidad de trabajo, porque así no tenemos que buscarlo."
Paul Watzlawick, "¿Es real la realidad?" (1994)
«Remontar el río era como viajar hacia
los orígenes del mundo, cuando la
vegetación cubría tierra y los
grandes árboles eran los reyes»
Joseph Conrad
“La disposición a someterse, a renunciar a la libertad de opinión individual y a la responsabilidad inherente a la misma, por el plato de lentejas de una colectividad que libera de conflictos, ésta es la debilidad humana que lleva al poder a los demagogos y dictadores.”
Paul Watzlawick, ¿Es real la realidad? (1994)
Un joven llevaba unos días preocupado porque le había fallado varias veces a su mejor amigo y notaba que poco a poco se estaban distanciando.
Como no sabía muy bien que hacer, decidió ir a pedir consejo a su madre. Aprovechó el momento del desayuno para contarle todo lo que había ocurrido.
—Sí, mamá, el otro día quedé con él y se me olvidó ir, me estuvo esperando casi una hora hasta que se marchó. En otra ocasión también se me olvidó ir a un acto que era muy importante para él…
—Bueno, normal que esté molesto contigo —respondió la madre.
—Sí, pero yo siempre he pensado que nuestra amistad era más fuerte que todo eso, que todas esas pequeñas cosas pasaban y al día siguiente todo volvía a ser como antes.
—¿En serio piensas eso?
—Sí, claro, somos amigos de toda la vida. Estas cosas pasan, y al día siguiente todo debería volver a ser igual.
En ese momento la madre se fue a la cocina, cogió un plato y se lo dio a su hijo.
—Toma, cógelo y tíralo al suelo.
—¿Qué? —contestó extrañado.
—Coge el plato y tíralo al suelo.
El hijo al ver la seriedad de su madre cogió el plato y lo tiró al suelo. Y este se rompió en varios trozos.
—Y ahora coge esos trozos, pégalos e intenta que el plato quede como antes.
Cuento sufí
"Nótese, sin embargo, que solo una de las dos palabras de la expresión desigualdad de género se refiere a un problema, y no es género. Nadie propondría luchar contra el racismo instando a la gente de las distintas razas a intentar tener un aspecto más parecido a los otros. Entonces ¿porqué deberíamos intentar librarnos del género?. En última instancia, tal pretensión deja sin abordar el problema de fondo, que es el de la desigualdad. Culpa a la existencia misma de los géneros de las carencias morales y políticas de la sociedad."
Frans de Waals. "Diferentes".
Una mujer estaba poniendo flores sobre la tumba de su esposo cuando vio a un anciano colocando un plato de arroz en la tumba de al lado.
La mujer se dirigió a él en tono de burla y le preguntó:
—¿De verdad cree que su difunto vendrá a comerse ese arroz?
—Sí, claro —respondió el anciano—, el mismo día que el suyo venga a oler esas flores.
Cuento sufí
“El problema de tener una mente abierta es que la gente insiste en entrar dentro y poner allí sus cosas.”
Terry Pratchett (1948–2015)
“Ser considerado estúpido y ser llamado así, es más doloroso que ser llamado glotón, mentiroso, lascivo, violento, perezoso, cobarde: todas las debilidades, todos los vicios, han encontrado sus defensores, su retórica, su ennoblecimiento y exaltación, pero la estupidez no.”
Primo Levi, "El oficio ajeno" (1985)
La filosofía es un saber del no-saber, un saber de la propia ignorancia o de los límites del saber. No sirve para hacer afirmaciones verdaderas, pero es muy solvente a la hora de desmontar las pseudoteorías.
José Luis Pardo
“Estamos instalados en el pensamiento único, y vamos a la voz única pasando por la caja única”.
Pablo Castellano Cardalliaguet
"Pueden detenerle y enviarle a hacer trabajos forzados, exterminarle, obligarle a efectuar quién sabe qué trabajos para un plan quinquenal, para la mejora de la raza u otros fines necesarios a la sociedad técnica, sin ningún miramiento para su persona. La sociedad técnica trabaja exclusivamente según leyes técnicas manejando solamente abstracciones de planos y teniendo una sola moral, la producción.
(…)
En toda mi vida -dice en un momento el personaje- no he deseado más que unas cuantas cosas: poder trabajar, tener donde cobijarme con mi mujer y mis hijos y llevarme algo a la boca.
¿Me han detenido ustedes por eso?
Los rumanos mandaron un gendarme a requisarme, como se requisan las cosas o los animales. Y yo dejé que me requisaran. Tenía las manos vacías y no podía luchar contra el Rey, ni siquiera contra el gendarme que llevaba fusil y pistolas. Pretendieron que me llamaba Iacob y no Ion, como me había bautizado mi madre. Me encerraron con una multitud de judíos, en un campo rodeado de alambre espinoso -como ganado-, y me obligaron a hacer trabajos forzados. Comíamos en rebaño, como el ganado, bebíamos té en rebaño y acaso pretendían llevarme también un día al matadero en rebaño también. Los otros fueron, sin duda. Pero yo me escapé.
¿Me detuvieron ustedes a causa de eso? ¿Me detuvieron porque me evadí antes de ser conducido al matadero?
Los húngaros pretendieron que no me llamaba Iacob, sino Ion, y me detuvieron porque era rumano. Me torturaron de una manera inhumana y luego me vendieron a los alemanes. Éstos pretendieron que no me llamaba Ion, ni Iacob, sino Ianos, y me torturaron de nuevo porque era húngaro. Luego un coronel me dijo que no me llamaba Iacob, ni Yankel, sino Iohnn, y me obligó a ser soldado. "
Constantin Virgil Gheorghiu
“Y los enviados explicaban el mecanismo y el razonamiento del monstruo que era más fuerte que ellos. Un hombre puede conservar la tierra si consigue comer y pagar la renta: lo puede hacer. Sí, puede hacerlo hasta que un día pierde la cosecha y se ve obligado a pedir dinero prestado al banco. Pero, entiendes, un banco o una compañía, no lo pueden hacer porque esos bichos no respiran aire, no comen carne. Respiran beneficios, se alimentan de los intereses del dinero. Si no tienen esto mueren, igual que tú mueres sin aire, sin carne. Es triste pero es así. Sencillamente es así. Los hombres acuclillados levantaban los ojos intentando comprender. ¿No podemos quedarnos? Quizá el año próximo sea un buen año. Dios sabe cuánto algodón habrá el año que viene. Y con todas las guerras, Dios sabe qué precio alcanzará el algodón. ¿No fabrican explosivos con el algodón? ¿No hacen uniformes? Con las guerras suficientes, el algodón irá por las nubes. El año próximo, tal vez. Miraban hacia arriba interrogantes.”
John Steinbeck
Recuerdos de Irene como barcos sobre el mar, esos barcos que se ven desde las playas y nadie sabe adónde se dirigen, ni por qué están allí, ni si son reales o una fantasía de la luz, el agua y el horizonte.
"Me doy cuenta de que si fuera estable, prudente y estático, viviría en la muerte. Por consiguiente, acepto la confusión, la incertidumbre, el miedo y los altibajos emocionales, porque ese es el precio que estoy dispuesto a pagar por una vida fluida, perpleja y excitante"
Carl Rogers
"Es una narrativa simple. Tienes que tener un villano, que está escondido, haciendo todo su mal sin ser visto. Tienes a las víctimas, que son oprimidas y pobres y merecen nuestra simpatía. Y luego tienes al héroe que va a venir y desenmascarar al villano".
Dan Edelstein, profesor de francés e historia en la Universidad de Stanford.
“Después de ver estas fotos terminas finalmente sin saber si una máquina de discos es más triste que un ataúd.”
Jack Kerouac
Lo malo del estado de bienestar son los vecinos
15 aforismos de Azahara AlonsoCuando bailas, tu objetivo no el llegar a un lugar determinado de la pista, es disfrutar del camino..
Wayne Dyer (escritor estadounidense)
Una gran mariposa multicolor y vagabunda volaba una noche en la oscuridad cuando vio a lo lejos una lucecita.
Inmediatamente torció en aquella dirección y, cuando estuvo cerca de la llama, se puso a girar ágilmente en torno de ella, mirándola maravillada.
¡Qué hermosa era!
No contenta con admirarla, la mariposa comenzó a pensar que con ella podía hacer lo mismo que con las flores olorosas.
Se alejó, dio la vuelta y, dirigiendo valerosamente su vuelo hacia la llama, pasó volando por encima de ella.
Se encontró, aturdida, al pie de la luz, y se dio cuenta, asombrada, de que le faltaba una pata y las puntas de las alas se le habían chamuscado.
—¿Qué me ha sucedido? —se preguntó, sin encontrar explicación.
De ningún modo podía admitir que de una cosa tan bella como una llama pudiese venir ningún daño; así que, después de haber recuperado algo las fuerzas, de un aletazo emprendió el vuelo.
Revoloteó unos instantes y de nuevo se dirigió hacia la llama para posársele encima. Pero en seguida cayó, abrasada, en el aceite que alimentaba la vida de la llama.
—Maldita luz —murmuró la mariposa al borde de la muerte—. Creí encontrar en ti mi felicidad, y en lugar de ella he hallado la muerte. Lloro por mi loco deseo, porque he conocido demasiado tarde, y para daño mío, tu naturaleza peligrosa.
—¡Pobre mariposa! —respondió la luz—. Yo no soy el sol, como ingenua creíste. Yo sólo soy una llama; y el que no sabe usarme con prudencia se quema.
Fábula atribuida a Leonardo Da Vinci
La historia de cualquier parte de la Tierra, como la vida de un soldado, consiste en largos periodos de aburrimiento y breves periodos de terror.
José iba en su nuevo automóvil, un gran Jaguar, a mucha velocidad.
¿La razón? Llegaría tarde al trabajo si no corría.
Su automóvil Jaguar rojo brillante, era una de sus más preciadas posesiones, cuando súbitamente... ¡Un ladrillo se estrelló en la puerta de atrás!
José frenó el auto y dio reversa hasta el lugar de donde el ladrillo había salido.
Se bajó del automóvil y vio a un niño sentado en el piso. Lo agarró, lo sacudió y le gritó muy enojado:
-¿Qué demonios andas haciendo? ¡Te va a costar muy caro lo que le hiciste a mi auto! ¿Por qué me tiraste el ladrillo?
El niño llorando, le contestó:
-Lo siento, señor, pero no sabía qué hacer, mi hermano se cayó de su silla de ruedas y está lastimado, y no lo puedo levantar yo solo. ¡Nadie quería detenerse a ayudarme!
José sintió un nudo en la garganta, fue a levantar al joven, lo sentó en su silla de ruedas, y lo revisó. Vio que sus raspaduras eran menores, y que no estaba en peligro.
Mientras el pequeño de 7 años empujaba a su hermano en la silla de ruedas hacia su casa, José caminó lentamente a su Jaguar, pensando...
José nunca llevó a reparar el auto, dejó la puerta como estaba para hacerle recordar que no debía ir a través de la vida tan rápido como para que alguien tenga que tirarle un ladrillo para llamar su atención.
Autor desconocido
menéame