Los habitantes de la ciudad de Dongyang, al este de China, reciben la primavera con un plato muy peculiar: tong zi dan o “huevos de niño virgen”. Son huevos remojados y hervidos en orín de infantes, preferentemente de no más de 10 años. Para recolectar el orín, los vendedores acuden a los baños de las escuelas locales o lo obtienen directamente de jóvenes donantes que no estén enfermos. La preparación, tiene varias etapas que toman casi un día completo. Dicen que son deliciosos por su inexplicable sabor agrio, fueron designados en 2008 Patrimonio Cultural Intangible de la ciudad y los residentes consideran que consumirlos trae beneficios para la salud.
Comentarios
Caca, culo, pedo, pis.
Esta gente no es muy normal