LITERATOS. Compartimos fragmentos.
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Berenice

En la mesa, a mi lado, brillaba una lámpara y cerca de ella había una pequeña caja. No tenía un aspecto llamativo, y yo la había visto antes, pues pertenecía al médico de la familia. Pero, ¿cómo había llegado allí, a mi mesa y por qué me estremecí al fijarme en ella? No merecía la pena tener en cuenta estas cosas, y por fin mis ojos cayeron sobre las páginas abiertas de un libro y sobre una frase subrayada. Eran las extrañas pero sencillas palabras del poeta Ebn Zaiat: “Dicebant mihi sodales, si sepulchrum amicae visitarem, curas meas aliquantulum fore levatas”. ¿Por qué, al leerlas, se me pusieron los pelos de punta y se me heló la sangre en las venas?

Sonó un suave golpe en la puerta de la biblioteca y, pálido como habitante de una tumba, un criado entró de puntillas. Había en sus ojos un espantoso terror y me habló con una voz quebrada, ronca y muy baja. ¿Qué dijo? Oí unas frases entrecortadas. Hablaba de un grito salvaje que había turbado el silencio de la noche, y de la servidumbre reunida para averiguar de dónde procedía, y su voz recobró un tono espeluznante, claro, cuando me habló, susurrando, de una tumba profanada, de un cadáver envuelto en la mortaja y desfigurado, pero que aún respiraba, aún palpitaba, ¡aún vivía!

Señaló mis ropas: estaban manchadas de barro y de sangre. No contesté nada; me tomó suavemente la mano: tenía huellas de uñas humanas. Dirigió mi atención a un objeto que había en la pared; lo miré durante unos minutos: era una pala. Con un grito corrí hacia la mesa y agarré la caja. Pero no pude abrirla, y por mi temblor se me escapó de las manos, y se cayó al suelo, y se rompió en pedazos; y entre éstos, entrechocando, rodaron unos instrumentos de cirugía dental, mezclados con treinta y dos diminutos objetos blancos, de marfil, que se desparramaron por el suelo.

Edgar Allan Poe, "Berenice."

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Artículo 428 del Código Penal franquista. 1945. "Asesinatos por honor"-"Venganza de Sangre"

El marido que, sorprendiendo en adulterio a su mujer matare en el acto a los adúlteros o a alguno de ellos, o les causare cualquiera de las lesiones graves, será castigado con pena de destierro.

Si les produjere lesiones de otra clase, quedará, exento de pena.

Estas reglas son aplicables, en análogas circunstancias, a los padres respecto de sus hijas menores de veintitrés años y sus corruptores, mientras aquéllas vivieren en la casa paterna.

El beneficio de este artículo no aprovecha a los que hubieren promovido, facilitado o consentido la prostitución de sus mujeres o hijas.

Fuente: www.boe.es/datos/pdfs/BOE/1945/013/A00427-00472.pdf

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El sádico

Me pidieron que construyese un laberinto y lo hice en forma de línea recta.

¿Quién puede escapar de una eterna línea recta?

Plaza de Dante. Dragan Velikic

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La nueva lucha de clases. Definiciones

“La lucha de clases es un mito del pasado”, eso es lo que afirman las narrativas oficiales. “Lo que toca hoy es hablar de las luchas feministas, poscoloniales, ecologistas, LGTBIQ”, eso es lo que afirma la izquierda posmoderna. Hablemos de la “sociedad civil”, hablemos de los “ciudadanos”, hablemos de la “gente”. No hablemos de “los trabajadores”, no hablemos del “pueblo” (hablar del pueblo es populista, fascista…).

Pero la lucha de clases existe y en eso Marx tenía razón. Son los dominadores los que la están ganando mientras los dominados pierden el tiempo en contradicciones artificiales u obsoletas. La lucha de clases existe y no hay más que seguir sus metamorfosis. ¿Dónde podemos encontrarla?

La lucha de clases se encuentra en las mil y una prerrogativas que los de arriba organizan en perjuicio de los de abajo. Hay lucha de clases en la precarización del trabajo, en las burbujas especulativas, en las deslocalizaciones, en las fortunas que crecen más rápido que la economía general, en la evasión de impuestos, en las desigualdades que no permean en el bienestar general, en la secesión de los ricos respecto a sus países de procedencia. Hay lucha de clases en los desahucios por los fondos buitre, en la privatización de beneficios y en la socialización de pérdidas, en la gentrificación de las ciudades, en la flexiseguridad y en las “reformas”. Pero no sólo ahí se encuentra la lucha de clases. También se encuentra en otros aspectos.

Cuando las patronales importan mano de obra barata de otros países, ahí hay lucha de clases .

Cuando se impone el multiculturalismo a las clases populares autóctonas, ahí hay lucha de clases.

Cuando las ayudas a los foráneos se hacen en detrimento de los autóctonos (que son siempre los más humildes), ahí hay lucha de clases.

Cuando los financieros internacionales apoyan a la migración ilegal (y las ONGs hacen un negocio de ello), ahí hay lucha de clases.

Cuando una casta burocrática impone un Pacto Global de Migraciones sin consultar ni a los parlamentos ni a los pueblos, ahí hay lucha de clases.

Cuando las élites que predican la “diversidad” viven en barrios segregados y con seguridad privada, ahí hay lucha de clases.

Cuando se permite la proliferación del lumpen, la delincuencia y las okupaciones en los barrios populares, ahí hay lucha de clases.

Cuando se solicita la abolición de las fronteras y se atenta contra la cohesión social, ahí hay lucha de clases.

Cuando se rechaza en referéndum la adopción de un Tratado europeo (Tratado de la Constitución europea) y las élites lo reintroducen por la puerta de atrás (Tratado de Lisboa), ahí hay lucha de clases.

Cuando un pueblo vota su salida de la Unión Europea y una élite política, económica y mediática boicotea el resultado, ahí hay lucha de clases.

Cuando la élite hace votar a un pueblo dos veces sobre el mismo tema para que “corrija” su voto, ahí hay lucha de clases.

Cuando la élite se niega a hacer referéndums sobre las cuestiones más esenciales, ahí hay lucha de clases .

Cuando las burguesías locales fomentan secesionismos para eximirse de la solidaridad con las regiones más débiles –como está sucediendo en una de las más viejas naciones de Europa–, ahí hay lucha de clases.

Cuando se crean impuestos para las clases medias y trabajadoras que serán inocuos para las multinacionales y las grandes fortunas, ahí hay lucha de clases.

Cuando se practica la denigración cultural de franjas enteras de la población (medios rurales, poblaciones autóctonas, votantes “populistas”), ahí hay lucha de clases.

Cuando se presentan propuestas para limitar la democracia porque “los problemas son demasiado complejos y la gente demasiado ignorante”, ahí hay lucha de clases.

Cuando los medios de comunicación ocultan los problemas, tergiversan y mienten para “no alimentar el populismo”, ahí hay lucha de clases.

Cuando se destruye a la familia y se ataca la cohesión entre las clases trabajadoras, ahí hay lucha de clases.

Cuando se destruye la autoridad de los profesores y se arruina la educación de los alumnos, ahí hay lucha de clases.

Cuando se imponen ingenierías sociales alumbradas en universidades elitistas norteamericanas, ahí hay lucha de clases.

Cuando las universidades masificadas se convierten en fábricas de precariado, ahí hay lucha de clases.

Cuando la lucha contra el cambio climático recae sobre los más pobres (impuestos al diésel, a las autovías, al consumo de carne), ahí hay lucha de clases.

Cuando el suicidio es la segunda causa de muerte entre los agricultores detrás del cáncer (datos de la Mutualidad Social Agrícola en Francia), ahí hay lucha de clases.

Cuando desde el poder mediático se impone la corrección política y se aliena el lenguaje de la gente corriente, ahí hay lucha de clases.

Cuando se deconstruye un país y se aliena la identidad de sus habitantes, ahí hay lucha de clases.

Cuando se denigra a una civilización y se aliena la identidad de sus pueblos, ahí hay lucha de clases.

Cuando una oligarquía transnacional globalizada se impone sobre las naciones y los pueblos, ahí hay lucha de clases.

Adriano Erriguel.

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Consumismo según Paul Lutus

"Consumerism is the voluntary suspension of disbelief in the value of material goods." (El consumismo es la suspensión voluntaria de la incredulidad en el valor de los bienes materiales.)

Paul Lutus. (2001)

arachnoid.com/administration/index.html

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Metáfora de la boñiga

Se quejaba hace poco un conocido mío, judío, de que los recientes acontecimientos de Gaza han hecho que se empiece a menospreciar el sufrimiento de su pueblo en el Holocausto. Tenía razón, en parte, porqu elo uno no quita lo otro, ni unos muertos resucitan a los anteriores.

La cuestión es que, los que somos de campo, sabemos que no huele peor la boñiga más gorda, sino la más fresca.

Y nuestro estado de ánimo, lamentablemente, no está a día de hoy para considerar a los judíos víctimas de nada.

Injusto, por supuesto. Pero decir otra cosa sería hipócrita.

Johan Löffler.

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Combinación fatal

Los médicos de más edad tienden a equivocarse más y reconocerlo menos.

La insensatez de los necios. Robert Trivers

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Canción del extranjero

¿Que qué quiero decir?

Estaba haciendo ovillos con torpes recuerdos del lugar donde nací.

Aunque ya no me siento de allí, tampoco de aquí,

tristeza feliz la de aquel que no tiene un país.

Y digo triste y feliz pues cuando tienes que expatriarte

dejas de ser de un sitio para ser de todas partes.

Volví años más tarde

y todo estaba donde lo dejé,

aunque de pequeño parecía más grande.



Rafael Lechowsky, De paso por lo eterno (canción del extranjero)

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Napoleón y los chaqueteros

Los que no habían podido adherirse a Napoleón por su gloria, los que no habían podido ser fieles por gratitud al benefactor de quien habían recibido sus riquezas, sus honores y hasta sus nombres, ¿iban a inmolarse ahora a sus escasas esperanzas?

¿Iban a encadenarse a una suerte precaria y renaciente los ingratos a quienes no hizo comprometerse una suerte consolidada por unos éxitos inauditos y por un bagaje de dieciséis años de victorias?

Tantas crisálidas que, entre dos primaveras, se habían despojado y revestido, dejado y recuperado la piel del legitimista y del revolucionario, del napoleónico y del borbónico; tantas palabras dadas y desmentidas; tantas cruces pasadas del pecho del caballero a la cola del caballo, y de la cola del caballo al pecho del caballero; tantos valientes cambiando de paveses, y sembrando el palenque de prendas fementidas; tantas nobles damas, azafatas alternativamente de María Luisa y de María Carolina, no habían de dejar en el fondo del alma de Napoleón sino desconfianza, horror y desprecio; este gran hombre envejecido estaba solo en medio de todos estos traidores, hombres y suerte, sobre un suelo que temblaba, bajo un cielo enemigo, enfrente de su destino cumplido y del juicio de Dios.

Memorias de Ultratumba. Chateaubriand

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Concepto liberal

Mira nena, aquí hay una cuestión: el concepto es el concepto. Ésa es la cuestión. Por ejemplo, tú eres una mujer con estudios, y yo no objeto nada al respective porque soy liberal, y no soy de ésos que andan diciendo que sois todas más putas que las gallinas, aunque lo piense. Pero... y el concepto? eh?... eh? Aaah... Amiga! A los hechos me repito!

Pazos

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Rebelión en la granja / George Orwell

El misterio del destino de la leche se aclaró pronto. Se mezclaba todos los días en la comida de los cerdos. Las primeras manzanas ya estaban madurando, y el pasto de la huerta estaba cubierto de la fruta caída de los árboles. Los animales creyeron, como cosa natural, que éstas serían repartidas equitativamente; un día, sin embargo, apareció la orden de que todas las manzanas caídas de los árboles debían ser recolectadas y llevadas al granero para consumo de los cerdos. A raíz de eso, algunos de los otros animales comenzaron a murmurar, pero en vano. Squealer fue enviado para dar las explicaciones necesarias.

- Camaradas, gritó, vosotros no supondréis, me imagino, que nosotros los cerdos estamos haciendo esto con un espíritu de egoísmo y de privilegio. Muchos de nosotros, en realidad, tenemos aversión a la leche y las manzanas. A mí personalmente no me agradan. Nuestro único objeto al tomar estas cosas es preservar nuestra salud. La leche y las manzanas (esto ha sido demostrado por la ciencia, camaradas) contienen sustancias absolutamente necesarias para el bienestar del cerdo. Nosotros, los cerdos, somos trabajadores del cerebro. Toda la administración y organización de esta granja depende de nosotros. Día y noche estamos velando por vuestra felicidad. Por vuestro bien tomamos esa leche y comemos esas manzanas. ¿Sabéis lo que ocurriría si los cerdos fracasáramos en nuestro deber?

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"El nombre del Viento" - Patrick Rothfuss

"El nombre del Viento" - Patrick Rothfuss

"No me cansaba de mirar a Denna. Estaba sentada a mi lado, abrazándose las rodillas. Su piel era más luminosa que la luna, y sus ojos más enormes que el cielo, más profundos que el agua, más oscuros que la noche.

Poco a poco reparé en que llevaba largo rato mirándola fijamente sin hablar. Absorto en mis pensamientos perdido en su contemplación. Pero Denna no parecía ofendida, ni extrañada. Era como si estudiara las líneas de mi cara, casi como si esperase algo.

Quería cogerle una mano. Quería acariciarle la mejilla con las yemas de los dedos. Quería decirle que era la primera mujer hermosa que veía desde hacía años. Que verla bostezar tapándose la boca con el dorso de la mano bastaba para que se me cortara la respiración. Que a veces no captaba el sentido de sus palabras porque me perdía en las ondulaciones de su voz. Quería decirle que si estuviera conmigo, nunca volvería a pasarme nada malo.

Estuve a punto de pedírselo. Notaba la pregunta burbujeando en mi pecho. Recuerdo que tomé aliento y que, en el último momento, vacilé. ¿Qué podía decir?¿Ven conmigo? ¿Quédate conmigo? No. Una repentina certeza se tensó en mi pecho como un frío puño. ¿Qué podía ofrecerle? Nada. Cualquier cosa que dijera parecería estúpida, una fantasía infantil.

Cerré la boca y miré más allá del agua. Denna, a solo unos centímetros de mí, hizo lo mismo. Notaba su calor. Olía a polvo del camino, a miel, y a ese olor que hay en la atmósfera segundos antes de un aguacero de verano.

No dijimos nada. Cerré los ojos. Su proximidad era lo más dulce y lo más intenso que yo había sentido jamás."

Capítulo 33 - "Un mar de estrellas"

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Los cimientos de la civilización

La fuerza de un país o de una cultura no reposa sobre su tecnología y sus inventos, sino sobre su voluntad de conocer e inventar.

Ciudadela. Antoine de Saint Exupery.

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El hombre inferior inventó el desprecio...

El hombre inferior inventa el desprecio porque su verdad excluye a las otras.

Pero nosotros, que sabemos que las verdades coexisten, no nos creemos disminuidos reconociendo las del otro, aunque ellas constituyan y muestren ante todos nuestro error.

El manzano, que yo sepa, no desprecia la vid, ni la palmera al cedro. Pero cada uno se endurece cuanto puede, busca el sol y busca el agua, pero no mezclan sus raíces.

Y así salvan su forma, su identidad y su esencia, sin necesidad ni deseo de formar un sólo árbol, pues hay en su diversidad no mezclada un capital inestimable que de algún modo saben que no conviene bastardear.

Ciudadela. Antoine de Saint Exupery

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L'Étranger

(...) Oía el corazón. No podía imaginar que aquel leve ruido que me acompañaba desde hacía tanto tiempo pudiese cesar nunca. Nunca he tenido verdadera imaginación. Sin embargo, trataba de construir el segundo determinado en que el latir del corazón no se prolongaría más en mi cabeza. Pero en vano. (...)

El Extranjero - Albert Camus

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Solamente hazlo

Levántate y no lo pienses más,

si crees en ti, lo conseguirás.

Solamente hazlo.

No tienes ni que pensarlo,

no lo dejes pasar de largo.

Primera norma: si lo ves pasar agarrarlo.

¡Todos nacimos creando!

Si puedes imaginarlo, puedes hacerlo.

Si me caigo, me levanto y de nuevo vuelvo al intento.

Y en la segunda, antes de acabar en la tumba,

procura que el tiempo te rinda, no abandones nunca a tu musa.

Que no te importe nada de lo que te digan.

Solo levántate y hazlo.

Sabes muy bien lo que hablo.

No pierdes nada por intentarlo,

no tengas miedo al fracaso.

Cuánto tiempo necesitarás, para actuar.

Deja ya de pensar, déjalo que salga con naturalidad.

Cuánto más estarás, esperando, mientas el tiempo va pasando.

Somos lo que somos, somos lo que hacemos, somos lo que estamos creando.

No existe el dolor eterno que no vaya curándose con el tiempo,

No le des la espalda al amor por miedo o temor a que te hagan daño.

No existe otra forma de hacerlo, sólo confía en tu talento,

y espera el momento, estate atento,

recuerda mantenerte siempre en movimiento.

Si no es el primero, tranquilo, entonces será al segundo intento.

No dejes pasar la oportunidad, mucho menos dejes pasar el tiempo.

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Rubén David Morodo Ruiz

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'Estar bien y mal' Juan Tallón

Cuando preguntas a alguien qué tal está, en el fondo solo le estás pidiendo que te diga que está bien y que olvide los detalles, que solo van a servir para recordarte que tú, que también estás bien, en realidad están al mismo tiempo fatal. 

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Acontecimientos de la historia

Hoy me ha llamado la atención un extraño contraste, el que se da entre este paisaje extraordinario en que vivimos y que sin duda nunca volverá y el creciente aburrimiento que de nosotros se apodera. Todos nosotros tuvimos la sensación, cuando estalló la guerra, de que alcanzaríamos a ver con nuestros propios ojos cosas que hasta ese momento sólo habíamos leído en las novelas que describían una futura conflagración mundial. Con enorme expectación aguardábamos los sucesos que vendrían, y antes que quedarnos en casa habríamos preferido rechazar una fortuna. En aquella época casi todos los voluntarios llevaban en su mochila un cuaderno; sólo algunas páginas de él fueron escritas, y más tarde quedó abandonado en cualquier lugar, después de la primera batalla. Con frecuencia he visto cuadernos de ésos; casi siempre, en su primera página estaban escritas, con gruesos caracteres, estas palabras: «Diario de guerra»; luego venían algunas anotaciones garabateadas a toda prisa durante la instrucción impartida por los cabos, así como direcciones, cifras referentes a partidas de cartas y cosas por el estilo. Resulta casi increíble la rapidez con que el ser humano se hastía de estar participando en «acontecimientos de la historia universal». Es, en verdad, una cosa extraña - pues qué sacrificios no haría uno por ver con sus propios ojos, por ejemplo, la batalla del bosque de Teutoburgo o el asedio de Jerusalén. Pero, en cambio, apenas nos conmueve la idea de estar asistiendo a un giro de los tiempos del que tal vez se seguirá hablando dentro de mil años. De vez en cuando deberíamos pensar en ello, sin embargo; así nos percataríamos -más allá del dolor, del hastío y del aburrimiento- del núcleo esencial en que consiste nuestra vida. Cuando uno conoce la resistencia que el ser humano opone a las exigencias históricas, parece un prodigio que pueda llegar a haber historia.

Tempestades de acero, Ernst Jünger

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Virgen santa...

No, yo no creo que sea racista para nada: me gusta ver series de negros como The Wire, Bill Cosby o el Planeta de los Simios...

Barcelona. En un bar cerca de la Sagrada Familia. 2017.

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Al Gobierno no le gustan las manifestaciones a su favor

¿Crees que un Gobierno cualquiera se alegrará de que los ciudadanos organicen manifestaciones de apoyo? Pues te equivocas. Los Gobiernos detestan las manifestaciones, incluidas las de apoyo, incluidas las que se muestran a favor de sus medidas.

Lo que de veras desean los gobernantes y su Propaganda es la pasividad de la población. Incluso si la gente se organiza en favor del régimen, esto causa preocupación. De lo que se trata es de que no se organicen para nada. Lo ideal es la pasividad.

La borrachera democrática. Alain Minc.

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La oveja negra

En un lejano país existió hace muchos años una Oveja negra. Fue fusilada.

Un siglo después, el rebaño arrepentido le levantó una estatua ecuestre que quedó muy bien en el parque.

Así, en lo sucesivo, cada vez que aparecían ovejas negras eran rápidamente pasadas por las armas para que las futuras generaciones de ovejas comunes y corrientes pudieran ejercitarse también en la escultura.

La oveja negra. Augusto Monterroso

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Depresivos

El sistema neoliberal no convierte al explotado en revolucionario, sino en depresivo.

Psicopolítica. Byung Chul Han

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Mortímetro

Si por la mañana sabes con cierta precisión cómo será tu día, es que estás un poco muerto: cuanta más precisión, más muerto estás.

El lecho de Procusto. Nassim Taleb

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Fiódor Mijáilovich Dostoyevski - Crimen y castigo

Nos imaginamos la eternidad (...) Como algo inmenso e inconcebible. Pero ¿Por qué ha de ser así necesariamente? ¿Y si, en vez de esto, fuera un cuchitril, uno de esos cuartos de baño lugareños, ennegrecidos por el humo y con telas de araña en todos los rincones? Le confieso que así me la imagino yo a veces.

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El duplicador de materia

 

El Observador Jefe asintió.

-Unos fines individuales, no sociales. Ese es el quid. Primero yo, después yo y siempre yo. La cosa funciona bastante bien cuando un hombre no puede llegar mucho más lejos de la distancia a la cual puede lanzar una piedra, o gritar órdenes en un radio de unos centenares de metros. Pero se complica cuando uno puede decir "Salta, rana" a todo un continente, apoyando su orden con bombas de hidrógeno. Para controlar esa palanca de poder, se requiere adaptabilidad cultural, instintiva o razonada. Y esa gente carece de ella.

Hizo una pausa y se rascó pensativamente la barbilla o lo que hubiese sido su barbilla, si hubiera sido humano.

-Admito, sin embargo -continuó-, la posibilidad de un error por nuestra parte. De modo que hemos preparado una prueba. Con su autorización, pretendemos ofrecer un artilugio a esa gente. Inofensivo, individualmente deseable, pero culturalmente mortal. Ofrecido de un modo que puedan aceptarlo o rechazarlo, bajo su entera responsabilidad. Lo bueno del caso es que mataremos dos pájaros de un tiro. Si lo aceptan, destruirán su civilización y lo único que tendremos que hacer será trasladarnos y llenar el vacío. Si lo rechazan, no tendremos que trasladarnos, será que estoy equivocado.

-¿Qué clase de artilugio?

-Bueno, ¿qué clase de artilugio puede obtener un resultado positivo? Recuerde, una cultura sumamente competitiva, basada en la economía de la escasez; cosas -propiedad o uso- intercambiadas por servicios sobre base individual...

- ¡El duplicador de materia!

-Exactamente.

Ralph Williams, "El duplicador de materia". (Publicado en Antología de Ciencia Ficción 27)

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menéame