Cada año, se matan más de dos billones de peces silvestres y de piscifactoría para alimentar a la humanidad. Sus muertes a menudo pasan desapercibidas. Sin embargo, bajo la superficie se esconde un simple hecho biológico: los peces pueden sufrir.
Según el Ministerio de Transición ecológica "el objetivo de alcanzar un estado de conservación favorable está cada vez más cerca". En 2024 han nacido 844 cachorros.