El neoliberalismo desenmascara la vergonzosa verdad de que el capitalismo y la democracia no son en el fondo compatibles, aunque sigamos teniendo el privilegio de elegir qué particular pandilla de antiguos alumnos de Eton debe representarnos en Westminster. Esta incompatibilidad no era tan evidente en la época del liberalismo clásico, cuando la libertad del individuo para adquirir propiedades parecía ir naturalmente unida a su libertad para disentir, divorciarse, lanzar una campaña o ascender en la jerarquía social.
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etiquetas: capitalismo contemporáneo , política
Me quedo sin energía para cuando he llegado al super más cercano.
Tienen mejores infraestructuras, mejor renta per capita, mayor esperanza de vida, hasta mejores prestaciones sociales.
Nada sorprendente si consideramos que apenas hay unos pocos países en el mundo que no se consideran a si mismos democracias.
Del artículo: «El socialismo es, entre otras cosas, una respuesta al hecho de que una economía capitalista es algo que está intrínsecamente fuera de control, y no fuera de control sólo en tiempos de crisis. Y en el mundo de Trump, la política se ha vuelto casi tan volátil y errática como la Bolsa.»
No hay necesidad de que desaparezca el artificio, les viene bien, la población es algo mas mansa cuando cree vivir en democracia.