El CO2 es un gas que quema la garganta, los ojos y los pulmones de las gallinas. La acidosis acidifica la sangre y los tejidos de las gallinas, que se asfixian en agonía. Las gallinas muestran claros signos de dolor intenso, miedo y angustia, con vocalizaciones agudas, jadeos y golpes entre ellas y contra las jaulas. Y lo más impactante: muchas gallinas, en un intento desesperado por escapar del gas aversivo, saltan de las bandejas y caen muchos metros, golpeándose contra el fondo del pozo.