El fotógrafo noruego Olav Thokle captó estas entrañables imágenes durante la temporada en la que los guepardos aprovechan la abundancia de presas en la reserva. La vida de los cachorros, sin embargo, está lejos de ser fácil: solo una pequeña parte llega a la edad adulta, pues otros depredadores como leones, hienas o leopardos representan una amenaza constante. Cada instante de juego bajo la mirada de su madre es, en el fondo, un paso más hacia la supervivencia en el vasto y salvaje escenario del Masái Mara.