El periodista australiano Mark Colvin descubrió un día que su padre no era un simple diplomático como él pensaba, sino uno de los máximos agentes secretos del MI6, el servicio de inteligencia exterior de Reino Unido. Esta es su historia.
Los espias, lejos del glamour y todas esas mierdas que nos han colado los medios y la cultura popular; son unas ratas traidoras y chorizos. Por eso, en tiempos de guerra, se los fusila rapidito; y en tiempos de paz, también.
Comentarios
Mejor leerlo mientras escuchas esto:
#1 qué buena versión!!
Los espias, lejos del glamour y todas esas mierdas que nos han colado los medios y la cultura popular; son unas ratas traidoras y chorizos. Por eso, en tiempos de guerra, se los fusila rapidito; y en tiempos de paz, también.
Encontró su zapatofono...
Se dejó el zapatófono descolgado y se oía el pi…pi…pi…pi…pi…
#2 te odio
Al hijo de Anacleto, agente secreto, le paso algo parecido.
Tiene gran merito que el espía consiga separar trabajo y familia, y que consiga que esta ultima no se entere de los quehaceres diarios.