La historia del bar de un pueblo es la del auge de las grandes fortunas provenientes de la capital de España. ‘El Rayo Verde’ sirve comidas y bebidas al mismo ritmo que se multiplican las lujosas casas en las verdes colinas cántabras.
Papardo es un pez que llega a Cantabria en verano, devora cuanto puede y después se marcha; aunque en el lenguaje popular también se les llama a las grandes fortunas o pijos con ínfulas, principalmente venidos de Madrid. Pero no se preocupen, igual que vienen, desaparecen.
Esta muy bien quejarte de que piden mojitos y tu, con tus grandes principios, poner una barra para mojitos.
Que me digan que los precios de la vivienda han subido y que los jovenes de la zona tienen problemas para acceder a ella, vale, problema que hay que solventar, pero no me vengas de puro y luego ser puta porque te dan dinero si te pones a cuatro patas....
hace muchos años convivían vecinos y vacas que pastaban a sus anchas. Tan solo una tienda de ultramarinos les abastecía de todo tipo de productos básicos. Hoy, sin embargo, sus verdes prados y humildes casas de pueblo están salpicados de mansiones y coches de gama alta.
Comentarios
Papardo es un pez que llega a Cantabria en verano, devora cuanto puede y después se marcha; aunque en el lenguaje popular también se les llama a las grandes fortunas o pijos con ínfulas, principalmente venidos de Madrid. Pero no se preocupen, igual que vienen, desaparecen.
Ya les veo, con sus trajes de chaqué de lujo, con su DNI tatuado diciendo que son de Madrid....
Esta muy bien quejarte de que piden mojitos y tu, con tus grandes principios, poner una barra para mojitos.
Que me digan que los precios de la vivienda han subido y que los jovenes de la zona tienen problemas para acceder a ella, vale, problema que hay que solventar, pero no me vengas de puro y luego ser puta porque te dan dinero si te pones a cuatro patas....
Pero ¿Son auténticos pijos o de esos del quiero y no puedo que ni siquiera dejan propina?
Lo mejor, los comentarios en el propio artículo, jajaja. Cuánto ofendidito...
Hoy, en la gente de BART...
hace muchos años convivían vecinos y vacas que pastaban a sus anchas. Tan solo una tienda de ultramarinos les abastecía de todo tipo de productos básicos. Hoy, sin embargo, sus verdes prados y humildes casas de pueblo están salpicados de mansiones y coches de gama alta.
Si sólo son madrileños no molestan? No sé que decirte, osea