Las crisis son como los culos: todos tenemos uno detrás, como si nos persiguiera para ajustar cuentas. Una especie de cobrador del frac −qué figura más vintage− que nos pisa los talones para ponernos en evidencia ante el resto, que también tienen un culo detrás y, por tanto, una crisis, o lo que es lo mismo, un cobrador del frac.
La precariedad, la pobreza, el paro, la inferioridad e incapacidad académica y económica, etc... todas esas cosas se transmiten y perpetúan a través de un único conducto: el derecho de los pobres de tener hijos. Porque este derecho significa que personas que ya sufren en sus propias carnes todas esas circunstancias negativas (precariedad, pobreza, paro, inferioridad académica y económica, etc) aun así hacen nacer a sus propios hijos a sufrir (y perpetuar) todas esas circunstancias negativas, solo por darse a sí mismas la diversión personal egoísta de tener críos, importándoles una mierda el tipo de país y de entorno económico y educativo que los críos tengan que sufrir.
A su vez el derecho de los pobres de tener hijos es en sí mismo una aberración cultural, porque supone que haces nacer a tus propios hijos a sufrir la pobreza. Es decir, que la pobreza y la precariedad de un país, tanto económicas como educativo-académico-docentes, se auto-perpetúan. (Lo que nos lleva a preguntarnos por qué se auto-perpetúa lo malo pero no lo bueno; quizá sea la entropía).
Y en este contexto de inferioridad económica, cultural, ética y humanitaria, hacemos nacer a nuestros propios hijos, esperando y exigiéndoles que ellos arreglen un sistema social que ni nosotros mismos ni las generaciones anteriores han tenido los cojones de arreglar.
Comentarios
Un cobrador por cada nini en el Congreso, por fi
La precariedad, la pobreza, el paro, la inferioridad e incapacidad académica y económica, etc... todas esas cosas se transmiten y perpetúan a través de un único conducto: el derecho de los pobres de tener hijos. Porque este derecho significa que personas que ya sufren en sus propias carnes todas esas circunstancias negativas (precariedad, pobreza, paro, inferioridad académica y económica, etc) aun así hacen nacer a sus propios hijos a sufrir (y perpetuar) todas esas circunstancias negativas, solo por darse a sí mismas la diversión personal egoísta de tener críos, importándoles una mierda el tipo de país y de entorno económico y educativo que los críos tengan que sufrir.
A su vez el derecho de los pobres de tener hijos es en sí mismo una aberración cultural, porque supone que haces nacer a tus propios hijos a sufrir la pobreza. Es decir, que la pobreza y la precariedad de un país, tanto económicas como educativo-académico-docentes, se auto-perpetúan. (Lo que nos lleva a preguntarnos por qué se auto-perpetúa lo malo pero no lo bueno; quizá sea la entropía).
Y en este contexto de inferioridad económica, cultural, ética y humanitaria, hacemos nacer a nuestros propios hijos, esperando y exigiéndoles que ellos arreglen un sistema social que ni nosotros mismos ni las generaciones anteriores han tenido los cojones de arreglar.
En fin.