La visión dominante promocionada por las fuerzas neoliberales —y que el presidente de la República hizo suya de buen grado, aunque discutiera los detalles— de que Francia es un infierno fiscal para las empresas porque han de financiar un modelo social demasiado generoso, oculta las ayudas directas e indirectas al capital, que no se ven más que como un alivio mínimo e indispensable de la presión fiscal. Mientras tanto las políticas públicas y el presupuesto se construyen sobre esta narrativa.
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![Cómo el Estado francés ha sido capturado por el capital [fr]](https://www.meneame.net/backend/media?type=link&id=4072970&version=0&ts=1751224986&image.webp)
Del artículo: «Esta es la ambigüedad fundamental de la deuda pública contemporánea que la narrativa dominante oculta muy cuidadosamente: la deuda de un país como Francia es, ante todo, la materia prima de los mercados financieros. Por supuesto, los mercados financieros también quieren tener activos que se valoricen, por lo que ejercen presión para mantener una forma de escasez a través de la austeridad».