La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha sancionado con 32,6 millones de euros a Correos por un abuso de posición de dominio relacionado con la aplicación de un sistema de descuentos a grandes clientes. La conducta motivo de la sanción se ha desarrollado en el mercado de servicios postales tradicionales prestados a grandes clientes empresariales remitentes de envíos masivos de correspondencia (AMM), informa la CNMC.
Traducción: Empresas carroñeras se quejan a Europa de que correos funciona mejor que ellas y exigen su hueco a cambio de prestar servicios de mierda y malpagar a sus repartidores.
En cuando Correos termine de ser arruinada por los grandes gestores y la competencia deslea, la venderan por tres perras a los amiguitos, puede que troceándola primero y repartiéndose las sedes logísticas entre la competencia.
Sobran imbecilidades como CorreosMarket (¿No hay eBay, ni Amazon o AliExpress? ¿Se puede competir con esos marketplaces ¿Cuánta gente conocéis que compre en CorreosMarket habitualmente?) y sobran eso premios e iniciativas para que los directivos se hagan fotos y se laman el pijico entre ellos.
Faltan más contrataciones de personal operativo que saquen adelante el reparto y la distribución diaria de una empresa postal.
¿Cuántos años ha estado alquilada la sede de Vía Dublín pudiendo haber estado en sedes propias como se está haciendo ahora? ¿Por qué se vende el edificio de Correos de Valencia en vez de alquilarlo?
Echan la culpa del mal funcionamiento de la empresa a los de operaciones pero son más bien los directivos, los nombrados por los gobiernos y los legisladores los que están arruinando a la empresa. Sus malas decisiones cuestan un pastizal.
¿Cuántos contratos se perdieron cuando el Gobierno decidió que solo se repartirían los productos del Servicio Postal Universal cuando empezó la Pandemia?
El Plan de Prestación impone sanciones draconianas por motivos nimios. Y, es más, al resto de operadores, que entregan los envíos a prácticamente cualquiera y funcionan con subcontratas de las subcontratas no les pasa nada. Ni siquiera cuando imponen a sus transportistas jornadas extralargas a deshoras en las que van saltándose les límites de velocidad si es que quieren cobrar ese mes. Para la CNMC se ve que eso no hay por qué investigarlo, y menos aún sancionarlo.
Por no hablar de las cartas dirigidas a fallecidos, que la normativa legal impone una carreras de obstáculos para poder entregarlas en oficina y que a efectos prácticos no pueden llegar a entregarse jamás. Y las exigencias para entregar las notificaciones a nombre de los herederos de alguien son todavía más divertidas: declaración de herederos, firma de todos ellos y una copia de sus documentos de identidad para poder cotejar las copias. No quiero pensar que ocurriría si uno de esos herederos falleciera y tuviera, a su vez herederos.
Comentarios
Traducción: Empresas carroñeras se quejan a Europa de que correos funciona mejor que ellas y exigen su hueco a cambio de prestar servicios de mierda y malpagar a sus repartidores.
Ahora nos van a vender que lo de la completencia que venden los neoliberales ,existe en la vida real de las multinacionales.
Con la CNMC hemos topado.
En cuando Correos termine de ser arruinada por los grandes gestores y la competencia deslea, la venderan por tres perras a los amiguitos, puede que troceándola primero y repartiéndose las sedes logísticas entre la competencia.
Sobran imbecilidades como CorreosMarket (¿No hay eBay, ni Amazon o AliExpress? ¿Se puede competir con esos marketplaces ¿Cuánta gente conocéis que compre en CorreosMarket habitualmente?) y sobran eso premios e iniciativas para que los directivos se hagan fotos y se laman el pijico entre ellos.
Faltan más contrataciones de personal operativo que saquen adelante el reparto y la distribución diaria de una empresa postal.
¿Cuántos años ha estado alquilada la sede de Vía Dublín pudiendo haber estado en sedes propias como se está haciendo ahora? ¿Por qué se vende el edificio de Correos de Valencia en vez de alquilarlo?
Echan la culpa del mal funcionamiento de la empresa a los de operaciones pero son más bien los directivos, los nombrados por los gobiernos y los legisladores los que están arruinando a la empresa. Sus malas decisiones cuestan un pastizal.
¿Cuántos contratos se perdieron cuando el Gobierno decidió que solo se repartirían los productos del Servicio Postal Universal cuando empezó la Pandemia?
El Plan de Prestación impone sanciones draconianas por motivos nimios. Y, es más, al resto de operadores, que entregan los envíos a prácticamente cualquiera y funcionan con subcontratas de las subcontratas no les pasa nada. Ni siquiera cuando imponen a sus transportistas jornadas extralargas a deshoras en las que van saltándose les límites de velocidad si es que quieren cobrar ese mes. Para la CNMC se ve que eso no hay por qué investigarlo, y menos aún sancionarlo.
Por no hablar de las cartas dirigidas a fallecidos, que la normativa legal impone una carreras de obstáculos para poder entregarlas en oficina y que a efectos prácticos no pueden llegar a entregarse jamás. Y las exigencias para entregar las notificaciones a nombre de los herederos de alguien son todavía más divertidas: declaración de herederos, firma de todos ellos y una copia de sus documentos de identidad para poder cotejar las copias. No quiero pensar que ocurriría si uno de esos herederos falleciera y tuviera, a su vez herederos.
El amiguísimo de Sánchez, un analfabeto total. 200.000 euritos al año.