Cuando comprendió que las tropas rusas avanzaban en la región de Zaporizhzhia, Natalya Chergik ayudó a llenar un camión con una tonelada de cuadros, armas de fuego antiguas y cerámica del siglo XVII. "Recorrimos 1.000 kilómetros (620 millas) en cinco días. El viaje fue horrible, los aviones nos sobrevolaban y ni siquiera sabíamos si eran ucranianos o no", relata. "Lo más difícil para nosotros fue convencer a la gente en los puestos de control de que no registraran las obras de arte y dejaran pasar el camión lo antes posible".
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Eso ya lo hicieron en Irak y en Siria. Pero se llamaba contrabando.
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elpais.comPara algunos las cosas tienen más valor que las vidas.
Allí peligran más las lavadoras y los móviles.