Durante años, Gildo Negri visitó escuelas para compartir sus historias de cuando volaba puentes y cortaba cables eléctricos para sabotear a los nazis y a los fascistas durante la Segunda Guerra Mundial. En enero, el hombre de 89 años, dejó su asilo en las afueras de Milán para ayudar a unos estudiantes a plantar árboles por los deportados. Pero a fines de febrero, se contagió... La pandemia ha acelerado la partida de los testigos de los terribles conflictos del siglo XX, y ha permitido que fuerzas políticas en ascenso reformulen la historia.
Comentarios
Si no lo hace el tiempo, lo hace el Coronavirus.
Estamos jodidos, hijo de puta.
Edito. ¡Qué mono el unicornio!
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A repetirla entonces???
Tamaña idiotez, no puede salir de nadie más, de alguien muy cortito, creyendo que la historia sólo existe si tiene dueño.
En el Día de la Liberación de Italia, en abril, los residentes de Milán ofrendaron flores en memoria de los partisanos que murieron durante la Segunda Guerra Mundial. Las filas de quienes recordaban la guerra han disminuido por el coronavirus.