Hace 3 años | Por HimiTsü a theconversation.com
Publicado hace 3 años por HimiTsü a theconversation.com

El selfi (o el autorretrato) puede convertirse en una importante herramienta a través de la fotografía familiar o de prácticas performánticas que incluso podrían considerarse como turismo identitario. También puede ser una vía de escape en situaciones en las que es necesario distanciarse de la realidad por medio de la autoficción. Lo peligroso no son las herramientas fotográficas, o las imágenes, sino el uso que se hace de ellas.

Comentarios

D

No sé si uno piensa en lo fácil que se puede caer en esta trampa, por llamarlo así.

Conozco a una persona que en sus selfies con el móvil, pues aplica correcciones, y esas fotos las comparte en sus redes sociales. Bien, esto lo lleva haciendo durante hace años. ¿Qué pasa? Pues que, sin darse cuenta, digamos, ahora no puede dejar de hacerlo. Porque si dejara de hacerlo y publicase una foto al natural... es que la diferencia es ya tanta que se vería una cara rara, por lo de diferente.

No sé cómo acabará la cosa, pero no creo que pensase al principio que esto podría pasarle.

Rorschach_

#3 El retrato de Dorian Grey.

HimiTsü

Dismorfia de Snapchat

Los expertos ya hablan de la dismorfia de Snapchat (en inglés Snapchat selfie dysmorphia). Esta es identificada entorno a 2015 y está ligada al trastorno dismórfico corporal-TDC que la American Psychiatric Association (APA) clasifica dentro del espectro obsesivo compulsivo.

Este es un trastorno que afecta a millones de personas que buscan la perfección de un modo no saludable, centrándose en cómo ocultar sus supuestos “defectos”.

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Que le pregunten a Dorian Grey.