Frédéric Viale es miembro del consejo científico de ATTAC en el Estado francés, una organización que lucha contra la globalización económica desde el año 1998. Su especialidad es la política comercial de la Unión Europea y los tratados de libre comercio. Viale fue una de las primeras personas que enterarse de que la UE estaba negociando en secreto un tratado de libre comercio con Estados Unidos. La Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión (Ttipia, en sus siglas en inglés) permitirá que las multinacionales estadounidenses puedan operar en la UE con total libertad y puedan perseguir aquellos estados que se opongan a sus "intereses legítimos". En la práctica, el acuerdo podría devastar los servicios públicos de todos los estados miembros de la UE, empezando por la educación y la salud. En el marco de la campaña "No al Ttipia", Viale ha realizado varias charlas en Cataluña y nosotros lo hemos aprovechado para hacerle cuatro preguntas.
Ya hace unos meses que oímos hablar del Ttipia. ¿En qué estado se encuentran actualmente las negociaciones?
Hay un tratado entre la UE y Canadá que ya se ha firmado. En cuanto al tratado entre la UE y los EEUU, están en la octava ronda de negociaciones. Oficialmente, deben terminar en 2016, pero no se saldrán paso. Hay demasiadas cosas sobre la mesa. Excepto el ejército, la policía y la justicia, todas las actividades económicas podrían ser liberalizadas por Ttipia. Todas. Ahora mismo están discutiendo qué productos y servicios quedarían al margen del acuerdo.
"El objetivo no es crear riqueza, sino abrir nuevos sectores de actividad para las empresas, como la salud o la educación, y, sobre todo, impedir que nadie pueda imponer reglas que encarezcan los costes de producción"
De intercambios comerciales entre la UE y los EEUU ya hay muchos. ¿Cuáles son las particularidades del Ttipia?
La gran novedad es que no se trata de un acuerdo sobre el comercio, sino sobre las normas que lo regulan. El objetivo es que todo lo que se fabrica en una esquina del Atlántico pueda ser aceptado al otro, sin condiciones. Para ello, se pondrán en marcha dos mecanismos: un mecanismo de resolución de conflictos y un mecanismo de convergencia reglamentaria. El primero permite perseguir judicialmente un estado que toma decisiones que van contra los "intereses legítimos" de las empresas. Es gracias a un acuerdo de este tipo que las multinacionales SMS Energy, Vivendi y Aguas de Barcelona pueden reclamar 1.200 millones de dólares en Argentina por haber limitado el precio del agua y la energía. El segundo mecanismo, el de convergencia reglamentaria, creará un comité de expertos al que deberán someterse todas las normativas que tengan una incidencia sobre el comercio. En caso de que un estado quiera, por ejemplo, prohibir un producto que afecta a la salud de las personas, deberá pasar previamente por este comité, que pedirá la opinión de las empresas.
Según dicen, los acuerdos de libre comercio fomentan la competitividad de las empresas, abaratan los precios y, en última instancia, crean puestos de trabajo. ¿Cómo es que ustedes se oponen a todos estos beneficios?
Todo ello forma parte de una vieja creencia liberal, que dice que los beneficios de hoy se convertirán en inversiones mañana y en lugares de trabajo pasado mañana. Pero hace más de treinta años que esta promesa no se cumple! Si no me equivoco, en la UE hay 28 millones de parados. No puede ser que insistan constantemente en lo que no funciona. En realidad, el objetivo no es crear riqueza, sino abrir nuevos sectores de actividad para las empresas, como la salud o la educación, y, sobre todo, impedir que nadie pueda imponer reglas que encarezcan los costes de producción.
Me imagino que un tratado que afecta a millones de personas deberá ser ratificado por los parlamentos nacionales, no es así?
No estés tan seguro. Primero, se debe firmar el acuerdo. Luego, se presentará al Consejo de Ministros de la UE. Si el consejo le parece bien, el acuerdo pasará al Parlamento Europeo, que también dirá la suya. A partir de aquí, comienza la incertidumbre. El Ttipia es un acuerdo mixto, que afecta a competencias exclusivas de la Unión Europea en materia de comercio e inversión y competencias de los estados en cuanto a la regulación. Normalmente, los parlamentos nacionales deberían ratificar el acuerdo, pero eso lo tendrá que decidir una comisión jurídica, que se podría pronunciar en contra. Tendremos que iniciar una batalla política para forzar la ratificación nacional.
Si las negociaciones son secretas, como es que conocen el contenido?
No puedo decirlo! (Risas) Tenemos documentos que han salido de forma clandestina de los equipos de negociación. En los despachos de la Comisión Europea hay gente que está muy descontenta de cómo se está gestionando todo y filtran información. Tenemos el mandato de la negociación y las posiciones de la UE de junio y julio del año pasado, pero nos faltan los últimos documentos. Hace quince días, la UE decidió jugar la carta de la transparencia. No sabemos qué información publicará exactamente, pero no esperamos gran cosa.
"Los EEUU reclaman que se suprima todo lo referente a la protección de los consumidores, la protección del medio ambiente y la protección social. Todo esto les molesta"
¿Qué papel juegan los lobbies empresariales en las negociaciones?
De entrada, hay que decir que son muchos. En Bruselas hay 15.000 personas que trabajan por los lobbies y 30.000 funcionarios de la UE. De estas 15.000 personas, el 60% están al servicio de la industria, el comercio y la banca. Por otra parte, la UE está completamente gangrenada por la práctica de las puertas giratorias. Los altos funcionarios trabajan un día por la Comisión Europea y el otro, por las empresas. El negociador jefe del Ttipia, sin ir más lejos, es un ex banquero. Podríamos poner decenas de ejemplos. Hay muchas organizaciones empresariales que meten cucharada en las negociaciones. Transatlantique Business Council es la más importante: agrupa a la industria y la banca de los dos lados del Atlántico y reclama un acuerdo desde hace años. Si accedes a su página web, verás que pide exactamente lo mismo que la Comisión Europea.
En una negociación, siempre hay dos puntos de partida divergentes que poco a poco se van acercando. ¿Qué hay en la balanza de las negociaciones?
La UE pide que los EEUU abran los mercados públicos. Se trata de un negocio enorme que está vedado a las empresas europeas para que las administraciones norteamericanas contratan empresas nacionales. La UE también pide que se relaje la reglamentación bancaria de los EEUU, que es más estricta que la europea. Los EEUU, por su parte, reclaman que se suprima todo lo referente a la protección de los consumidores, la protección del medio ambiente y la protección social. Todo esto les molesta.
En el mes de enero, una fuerza progresista ganó las elecciones de Grecia. En España también podría suceder algo similar. Estos cambios políticos pueden detener el Ttipia?
Sí. España es ahora mismo la esperanza de Europa. Grecia ya ha dicho que se opone tanto al tratado con Canadá como en el tratado con los EEUU, pero es un país pequeño. Grecia representa el 3% del PIB europeo y España, el 12%. No es lo mismo. Jurídicamente, un solo país no puede detener un tratado en el Consejo de Ministros. Hay, al menos, una minoría de bloqueo representada por dos grandes países y tres pequeños. Ahora bien, políticamente, este tipo de cosas no se pueden hacer si un gran país dice que no. Si cambia el color político de España, la perspectiva es completamente diferente. Lo que es seguro es que el cambio no vendrá de Francia, porque el Frente Nacional no es, en absoluto, una fuerza progresista.
#3 Van a crear una donde las reglas sean claras, de partida, y no se puedan cambiar a medio del martido por capricho de un estado. Olbigará a los estados a pensarse antes muy bien como redactar las leyes. Menos leyes chapuzas por la cuenta que le traiga al estado de turno.
#12 En igualdad de condiciones, es decir, con justicia. Cosa que muchos por aquí pensáis que un estado puede saltarse a la torera. Y no puede, debe estar sujeto al imperio de la ley.
Muy interesante la parte donde habla de lo que tú dices, y explica cómo las multinacionales pueden chulear a los estados gracias a esas leyes redactadas pensándoselo mucho. En resumen: los estados tienen que temer a las corporaciones, tal como tú lo pintas. Es decir, nos gobernarán de hecho las corporaciones. Todo muy justo, sí.
#15 Pero es que quien debe pensarse muy bien las leyes, es quien tiene el poder de redactarlas. Es como el profesor que se queja que tiene un alumno que sabe más que él, lo que debe igual es no ser profesor.
#16 No tiene nada que ver ni de lejos con esa comparación. Te remito al ejemplo que comentan en el podcast, de memoria porque ahora no puede escucharlo: las empresas podrán demandar a los estados por que, a lo mejor, si no hubiesen tomado medidas (como no privatizar la sanidad, por ejemplo), a lo mejor podrían haber ganado mucho dinero, y por lo tanto deben ser indemnizadas. Citan el caso de la indemnización a Florentino Pérez por la no explotación de un yacimiento, a través de una empresa extranjera.
No digo esto con ánimo de ofenderte, pero si simplificas tanto y tan erradamente, es que estás poco y mal informado.
#21 Si estas poco informado de lo que significa este acuerdo, estas mal informado. Si estas bien informado de lo que significa, y te parece bien, eres mezquino (2. adj. Falto de nobleza de espíritu).
Y digo mezquino, y creo que digo bien, porque supeditar el poder de un estado a las corporaciones que quieran comerciar en el a traves de un acuerdo que esta siendo negociado por los gobiernos de ambos lados del atlantico a espaldas de los ciudadanos es, cuanto menos, falta de nobleza de espiritu, y cuanto mas, traicion a sus respectivas patrias y a sus respectivos ciudadanos.
Cambiamos el concepto de nación-estado por el de nación-empresa y el de ciudadano por el de consumidor-productor y a tomar por culo la sociedad.
Para que quieres democracia si todo lo importante es intocable y en manos de terceros.
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TRADUCCIÓN: #1
Frédéric Viale es miembro del consejo científico de ATTAC en el Estado francés, una organización que lucha contra la globalización económica desde el año 1998. Su especialidad es la política comercial de la Unión Europea y los tratados de libre comercio. Viale fue una de las primeras personas que enterarse de que la UE estaba negociando en secreto un tratado de libre comercio con Estados Unidos. La Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión (Ttipia, en sus siglas en inglés) permitirá que las multinacionales estadounidenses puedan operar en la UE con total libertad y puedan perseguir aquellos estados que se opongan a sus "intereses legítimos". En la práctica, el acuerdo podría devastar los servicios públicos de todos los estados miembros de la UE, empezando por la educación y la salud. En el marco de la campaña "No al Ttipia", Viale ha realizado varias charlas en Cataluña y nosotros lo hemos aprovechado para hacerle cuatro preguntas.
Ya hace unos meses que oímos hablar del Ttipia. ¿En qué estado se encuentran actualmente las negociaciones?
Hay un tratado entre la UE y Canadá que ya se ha firmado. En cuanto al tratado entre la UE y los EEUU, están en la octava ronda de negociaciones. Oficialmente, deben terminar en 2016, pero no se saldrán paso. Hay demasiadas cosas sobre la mesa. Excepto el ejército, la policía y la justicia, todas las actividades económicas podrían ser liberalizadas por Ttipia. Todas. Ahora mismo están discutiendo qué productos y servicios quedarían al margen del acuerdo.
"El objetivo no es crear riqueza, sino abrir nuevos sectores de actividad para las empresas, como la salud o la educación, y, sobre todo, impedir que nadie pueda imponer reglas que encarezcan los costes de producción"
De intercambios comerciales entre la UE y los EEUU ya hay muchos. ¿Cuáles son las particularidades del Ttipia?
La gran novedad es que no se trata de un acuerdo sobre el comercio, sino sobre las normas que lo regulan. El objetivo es que todo lo que se fabrica en una esquina del Atlántico pueda ser aceptado al otro, sin condiciones. Para ello, se pondrán en marcha dos mecanismos: un mecanismo de resolución de conflictos y un mecanismo de convergencia reglamentaria. El primero permite perseguir judicialmente un estado que toma decisiones que van contra los "intereses legítimos" de las empresas. Es gracias a un acuerdo de este tipo que las multinacionales SMS Energy, Vivendi y Aguas de Barcelona pueden reclamar 1.200 millones de dólares en Argentina por haber limitado el precio del agua y la energía. El segundo mecanismo, el de convergencia reglamentaria, creará un comité de expertos al que deberán someterse todas las normativas que tengan una incidencia sobre el comercio. En caso de que un estado quiera, por ejemplo, prohibir un producto que afecta a la salud de las personas, deberá pasar previamente por este comité, que pedirá la opinión de las empresas.
Según dicen, los acuerdos de libre comercio fomentan la competitividad de las empresas, abaratan los precios y, en última instancia, crean puestos de trabajo. ¿Cómo es que ustedes se oponen a todos estos beneficios?
Todo ello forma parte de una vieja creencia liberal, que dice que los beneficios de hoy se convertirán en inversiones mañana y en lugares de trabajo pasado mañana. Pero hace más de treinta años que esta promesa no se cumple! Si no me equivoco, en la UE hay 28 millones de parados. No puede ser que insistan constantemente en lo que no funciona. En realidad, el objetivo no es crear riqueza, sino abrir nuevos sectores de actividad para las empresas, como la salud o la educación, y, sobre todo, impedir que nadie pueda imponer reglas que encarezcan los costes de producción.
Me imagino que un tratado que afecta a millones de personas deberá ser ratificado por los parlamentos nacionales, no es así?
No estés tan seguro. Primero, se debe firmar el acuerdo. Luego, se presentará al Consejo de Ministros de la UE. Si el consejo le parece bien, el acuerdo pasará al Parlamento Europeo, que también dirá la suya. A partir de aquí, comienza la incertidumbre. El Ttipia es un acuerdo mixto, que afecta a competencias exclusivas de la Unión Europea en materia de comercio e inversión y competencias de los estados en cuanto a la regulación. Normalmente, los parlamentos nacionales deberían ratificar el acuerdo, pero eso lo tendrá que decidir una comisión jurídica, que se podría pronunciar en contra. Tendremos que iniciar una batalla política para forzar la ratificación nacional.
Si las negociaciones son secretas, como es que conocen el contenido?
No puedo decirlo! (Risas) Tenemos documentos que han salido de forma clandestina de los equipos de negociación. En los despachos de la Comisión Europea hay gente que está muy descontenta de cómo se está gestionando todo y filtran información. Tenemos el mandato de la negociación y las posiciones de la UE de junio y julio del año pasado, pero nos faltan los últimos documentos. Hace quince días, la UE decidió jugar la carta de la transparencia. No sabemos qué información publicará exactamente, pero no esperamos gran cosa.
"Los EEUU reclaman que se suprima todo lo referente a la protección de los consumidores, la protección del medio ambiente y la protección social. Todo esto les molesta"
¿Qué papel juegan los lobbies empresariales en las negociaciones?
De entrada, hay que decir que son muchos. En Bruselas hay 15.000 personas que trabajan por los lobbies y 30.000 funcionarios de la UE. De estas 15.000 personas, el 60% están al servicio de la industria, el comercio y la banca. Por otra parte, la UE está completamente gangrenada por la práctica de las puertas giratorias. Los altos funcionarios trabajan un día por la Comisión Europea y el otro, por las empresas. El negociador jefe del Ttipia, sin ir más lejos, es un ex banquero. Podríamos poner decenas de ejemplos. Hay muchas organizaciones empresariales que meten cucharada en las negociaciones. Transatlantique Business Council es la más importante: agrupa a la industria y la banca de los dos lados del Atlántico y reclama un acuerdo desde hace años. Si accedes a su página web, verás que pide exactamente lo mismo que la Comisión Europea.
En una negociación, siempre hay dos puntos de partida divergentes que poco a poco se van acercando. ¿Qué hay en la balanza de las negociaciones?
La UE pide que los EEUU abran los mercados públicos. Se trata de un negocio enorme que está vedado a las empresas europeas para que las administraciones norteamericanas contratan empresas nacionales. La UE también pide que se relaje la reglamentación bancaria de los EEUU, que es más estricta que la europea. Los EEUU, por su parte, reclaman que se suprima todo lo referente a la protección de los consumidores, la protección del medio ambiente y la protección social. Todo esto les molesta.
En el mes de enero, una fuerza progresista ganó las elecciones de Grecia. En España también podría suceder algo similar. Estos cambios políticos pueden detener el Ttipia?
Sí. España es ahora mismo la esperanza de Europa. Grecia ya ha dicho que se opone tanto al tratado con Canadá como en el tratado con los EEUU, pero es un país pequeño. Grecia representa el 3% del PIB europeo y España, el 12%. No es lo mismo. Jurídicamente, un solo país no puede detener un tratado en el Consejo de Ministros. Hay, al menos, una minoría de bloqueo representada por dos grandes países y tres pequeños. Ahora bien, políticamente, este tipo de cosas no se pueden hacer si un gran país dice que no. Si cambia el color político de España, la perspectiva es completamente diferente. Lo que es seguro es que el cambio no vendrá de Francia, porque el Frente Nacional no es, en absoluto, una fuerza progresista.
La justicia también: van a crear una privada para las multinacionales.
#3 Van a crear una donde las reglas sean claras, de partida, y no se puedan cambiar a medio del martido por capricho de un estado. Olbigará a los estados a pensarse antes muy bien como redactar las leyes. Menos leyes chapuzas por la cuenta que le traiga al estado de turno.
#5 Asombroso argumento, y seguro que eres un patriota del PP.
#8 El tuyo en cambio es un ad hominem de manual. ENHORABUENA por la falacia de las 13:56
#5 Bueno, es una manera de decir que se pondrá a las empresas por encima de los estados.
#12 En igualdad de condiciones, es decir, con justicia. Cosa que muchos por aquí pensáis que un estado puede saltarse a la torera. Y no puede, debe estar sujeto al imperio de la ley.
#13 Es lo que ocurre ahora, no hace falta hacer leyes que estén por encima de lo que decidan los estados y sus ciudadanos en el futuro.
#5 Meneado ayer: Una Europa a la americana. (Audio)
Una Europa a la americana. (Audio)
ivoox.comMuy interesante la parte donde habla de lo que tú dices, y explica cómo las multinacionales pueden chulear a los estados gracias a esas leyes redactadas pensándoselo mucho. En resumen: los estados tienen que temer a las corporaciones, tal como tú lo pintas. Es decir, nos gobernarán de hecho las corporaciones. Todo muy justo, sí.
#15 Pero es que quien debe pensarse muy bien las leyes, es quien tiene el poder de redactarlas. Es como el profesor que se queja que tiene un alumno que sabe más que él, lo que debe igual es no ser profesor.
#16 No tiene nada que ver ni de lejos con esa comparación. Te remito al ejemplo que comentan en el podcast, de memoria porque ahora no puede escucharlo: las empresas podrán demandar a los estados por que, a lo mejor, si no hubiesen tomado medidas (como no privatizar la sanidad, por ejemplo), a lo mejor podrían haber ganado mucho dinero, y por lo tanto deben ser indemnizadas. Citan el caso de la indemnización a Florentino Pérez por la no explotación de un yacimiento, a través de una empresa extranjera.
No digo esto con ánimo de ofenderte, pero si simplificas tanto y tan erradamente, es que estás poco y mal informado.
#18 O poco y mal informado, o bien informado y mezquino.
#20 Otra de falacias ad hominem. Si pensáis que así vais a tumbar el acuerdo lo lleváis claro.
#21 Si estas poco informado de lo que significa este acuerdo, estas mal informado. Si estas bien informado de lo que significa, y te parece bien, eres mezquino (2. adj. Falto de nobleza de espíritu).
Y digo mezquino, y creo que digo bien, porque supeditar el poder de un estado a las corporaciones que quieran comerciar en el a traves de un acuerdo que esta siendo negociado por los gobiernos de ambos lados del atlantico a espaldas de los ciudadanos es, cuanto menos, falta de nobleza de espiritu, y cuanto mas, traicion a sus respectivas patrias y a sus respectivos ciudadanos.
#22 Anda, te la voy a devolver, que me lleváis ventaja: patriotas de pacotilla.
Cambiamos el concepto de nación-estado por el de nación-empresa y el de ciudadano por el de consumidor-productor y a tomar por culo la sociedad.
Para que quieres democracia si todo lo importante es intocable y en manos de terceros.
NO AL TTIP
Es todo un golpe de estado a la UE por parte de las multinacionales americanas.
https://www.meneame.net/search?q=ttip
#10 Gilipolleces, NO AL TTIP, NO A LA GUERRA, NO A ... NO A... Y luego va y votamos a los mismos de siempre
Si ya tenemos mierda con esto nos cubriremos de gloria
La gestión privada es más eficiente... para que se forren los politicuchos.
#7 Si los politicuchos están excluidos de la gestión privada se evitaría.
No entiendo, ¿por qué no la justicia?
Me parece bien.