No por fascista deja uno de tener sentimientos. Especialmente hacia uno mismo. Los más grandes del género son un buen ejemplo de esto. En sus últimos días encerrado en un búnker, Adolf Hitler se quejaba por la contundencia de las bombas aliadas cayendo sobre Berlín. ¡Por San Auschwitz bendito, Eva! ¡No había visto tanta violencia en mi vida! En el caso de Augusto Pinochet pudimos ver su desfachatez televisada. Un golpe de Estado y miles de asesinados, desaparecidos y torturados después, el dictador chileno invocó los derechos humanos para sí
Comentarios
Nosashodido. En España se pasan el día llorando.
El victimismo éste de los fascios es propio de la mente pre-adolescente que tienen
Lágrimas de facha ™
A ver si ahora me van a dar pena, en el potro los ponía yo
Sin irnos más lejos, aquí pudimos ver al Caudillo De España Por La Gracia De Etcétera, Etcétera, llorar la muerte de su amado Carrero Blanco. Cobardía, barbarie o violencia fueron algunos de los términos que, entre sollozos, le sirvieron al responsable de más de 50.000 fusilamientos una vez acabada la guerra para denunciar aquel terrible e inhumano atentado.
Pasáos por el chat del ibex en investing, ya veréis si lloran. Sobre todo los días que se tiñe de rojo.