Su delicado y antiguo oficio está más amenazado que nunca. Las distancias sociales obligatorias son un obstáculo para el contacto tibio de las gheisas japonesas. Las mascarillas tampoco ayudan; son un incordio complicado de casar con las pelucas de entretenida puesta a punto y los maquillajes en los que se emplean horas de trabajo.
Comentarios
Aquí tengo 20€, si quieren las mando ubicación...
Como putas en Cuaresma....
Vaya profesión más dura, a lo que se ven obligadas, pobres geishas. Mira que estar tomando té todo el día. Insufrible.