Solo Dios sabe lo que pasa en el seno de la Iglesia católica. O tal vez ni Él. Como en toda organización inflexiblemente jerárquica (el ejército, la mafia, las bandas terroristas), la Iglesia prefiere lavar sus trapos sucios en casa y con la puerta bien cerrada. El problema es que, según parece, no hay lavadoras en el mundo para tantísima mugre. Y, a medida que pasan los años, la porquería se va acumulando en la casa del Señor, desbordando las ventanas y derramándose a la vía pública. A la vista de todos.
Comentarios
¿Y no será porque hasta esos curas saben que el infierno no existe?
dios es el molino de viento de la humanidad.
Aunque en el cielo hay algunos curas, desde luego no hay ni uno en el cielo es abogados.
Ni si quiera voy a leer el artículo por que considero que es verdad 1000%