Hace 1 año | Por bonobo a eleconomista.es
Publicado hace 1 año por bonobo a eleconomista.es

China cerró el 2022 con un objetivo: que el 2023 sea el año de la recuperación económica. Para ello, puso fin en diciembre a las estrictas medidas impuestas en 2020 para contener el COVID-19 y abrió de nuevo el país al resto del mundo. Una decisión cuyos efectos ya se están dejando sentir en su economía, así como en la confianza de los inversores internacionales en las acciones de las compañías chinas, hasta tal punto que los volúmenes de compras han alcanzado niveles récord en lo que va de año.

Comentarios

M

Curioso, a los inversores les gusta el modelo chino de obligar a las empresas a que el 50% de la empresa sea china. lol

A ver lo que tarda EEUU en ordenar que no hay que comprarle a China porque no es de fiar, o porque es una dictadura comunista o porque no respeta los Derechos Humanos.

sxentinel

#1 Al inversor le gusta el crecimiento por encima del tres por ciento que tiene china. Si lo consigue a base de robar o de cagarse sobre el inversor, se la pela.

Son las medianas empresas con necesidad de internacionalización, las que no pueden evitar lanzarse hacia china.

Por mi parte no hace falta que EEUU lo ordene, evito en todo lo que puedo a china con todas mis fuerzas. Y procuro que todo mi entorno, tenga claro, a que clase de gente se va a encontrar si decide hacer negocios en china. Que al menos, sino pueden evitarlo, guarden muy bien sus ideas.

El_Cucaracho

#1 La mayoría de inversores lo que quiere son beneficios y les da igual que la dirija Belcebú.

Los mantras liberales a menudo chocan con la realidad.

ComoUnaMoto

O remonta China, o nos vamos todos al guano.

b

Y eso que dicen que China los malos malosos y que USA dice que hay que meter en vereda para joderlos.

Pero a la hora de la verdad, todos alabando las pelotas a los chinos (porque sinó estamos jodidos). La pasta es la pasta.

b

El trabajo siempre da confianza; la vagancia ninguna.