El obispo de Bilbao, Mario Iceta, ejerce de presidente de una mesa electoral en la capital vizcaína después de que no prospera su recurso para quedar exento de esta tarea. Iceta estaba de suplente, pero presentó un escrito para no tener que acudir al colegio electoral alegando compromisos pastorales. Finalmente, al no asistir el presidente titular de la mesa y no tener éxito su recurso, ha tenido que ejercer este puesto vestido con su habitual traje negro de sacerdote y su crucifijo.
Comentarios
De la misma manera que a gente con camisetas reivindicativas se les impide mostrarlas, ¿a este señor no se le puede impedir que vaya con su uniforme de trabajo y un crucifijo talla XXXL?
#1 Yo he ido a votar con mi camiseta del murcia, cada puede llevar los símbolos religiosos que estime oportuno, que no tiene nada que ver con las camisetas con mensajes políticos reivindicativos
#1 Yo he tenido que votar bajo la atenta mirada del retrato de una santa, que era quien presidía la sala. Ahora me encuentro intranquilo, por aquello que decía Don Camilo: "En el secreto de la cabina electoral, Dios te ve, Stalin no".
#5 Para mí, los cristos y las vírgenes representan un color político bien definido.
Podría haber prescindido de la indumentaria de carnaval, estaba en un acto de democracia, no en una fiesta de disfraces frikies.
Por cierto:
En Getxo (Vizcaya), algunas personas han intentado identificarse con un carné vasco ante la urna, pero les han exigido el DNI para poder depositar la papeleta.
Lo de estos idiotas es de traca, ir a votar con un carné de mentira; hasta el de la biblioteca tiene más derecho que el carné de un país ficticio.
#2 Tu el concepto de "ir a tocar los huevos" lo entiendes?.
Ellos han hecho su función y si no han mostrado su Dni oficial no han podido votar.Todo bien,como debe ser.
#4 La verdad que #2 tiene razón. Por una idiotez documental vas a echar a perder el voto que lo permita de verdad en un futuro, en vez de un cromo falso con tus datos.
Me parece bien que pringue y que tenga el ratito reglamentario para comerse el bocadillo de chorizo y beberse el zurito. Si ha ido vestido de obispo alguno habrá pensado que eran carnavales.