Todo comenzó en 1998, cuando el primer gobierno de Aznar, con Rato como asesor, se empeñó en lograr que el precio de la vivienda fuera más asequible para todos los españoles y reactivar de paso el sector inmobiliario, muy tocado tras la crisis del ’92. Para ello aprobó una nueva Ley del Suelo. O al menos eso es lo que dijeron en su momento. Otras lenguas, seguro que perversas, aseguran que fue una petición de muchos políticos municipales que querían tener recursos a su alcance. Recursos en suelo o lo que es lo mismo en dinero.
Comentarios
"La costa se enladrilló sin nadie que se atreviera a decir nada, salvo Greenpeace, que fue acusada de querer frenar el desarrollo español y de ser enemiga del progreso".
Estos ecologistas siempre tan alarmistas y aguafiestas con la burbuja inmobiliaria, con la energía nuclear vs energía renovable, con el calentamiento climático, con los pesticidas y las abejas, con la sobrepesca, con la contaminación...
#1 y todo el "milagro económico" de Aznar fue eso. EL LADRILLO. Ahora Rajoy quiere imitarlo con lo de la"rehabilitación de viviendas" pero el PP debería saber que "el gordo sólo toca una vez"
#3 Fabra "El Afortunado" es del PP. Saben lo que hacen.
No para nuestro beneficio, claro.
Lo peor es que la Ley del suelo se modificó no para que los ayuntamientos se financiasen, sino para enriquecer a especuladores, a costa de destrozar el paisaje.
Si se quisiese hacer bien ya se conocía el método bueno: Que solo se pueda recalificar suelo público.
Si es necesario urbanizar un territorio; el ayuntamiento lo compra o expropia (a precio de rústico pero sin racanear), lo urbaniza, y o bien lo edifica o bien lo saca a subasta pública con obligación de construirlo en plazo y en caso contrario reversión sin compensación.
Solo conozco un ayuntamiento en toda España donde esto se haga así (Marinaleda, que lo hace de un modo aún más estricto del que yo digo); pero en Europa es un método habitual en países como Holanda o Austria.
Si la Ley del suelo hubiese ido por ese camino la plusvalía de pasar de suelo rústico a urbano hubiese revertido en las arcas públicas, se habría construido con más lógica y ahora no nos habríamos gastado 250 000 millones de euros en darle dinero a los bancos que financiaron la locura del ladrillo.
Muchos se hicieron ricos (los de siempre) con esa famosa "Ley del suelo".
Cuando ha explotado la burbuja inmobiliaria, como no podía ser de otra forma, ya hemos visto quienen han pagado las consecuencias, que NO SON los mismos que se forraron.