Cualquiera que haya leído el acuerdo de paz entre el Gobierno y las FARC puede notar que no incluye nada sobre el matrimonio o la adopción de parejas del mismo sexo, la educación sin discriminación, ni sobre el aborto, ni ningún tema moral relevante. Sin embargo, la campaña del No al plebiscito por la paz movilizó una maquinaria homofóbica basada en las mentiras y en la satanización de una comunidad históricamente discriminada. Fuimos el chivo expiatorio del debate sobre la paz.
Comentarios
A mí del acuerdo de paz entre el gobierno y las FARC me preocupa el destino de los gatos.
Siempre he dicho que un homófobo es un malfollao en su propia casa y su propia vida. Un amargado infeliz que no tiene otra cosa mejor que hacer que estar pendiente de lo que hacen los demás para creerse moralmente superior y que en su lecho de muerte acabará pensando "que asco de vida he tenido". Fin.
#1 Pues yo siempre he creído que la mayoría de los homófobos son gays reprimidos. Y en varios casos que conozco ha resultado ser cierto.
#3 igual que ocurre con los racistas. También ha resultado ser cierto en casos conocidos.
A mi el acuerdo de paz me importa.... una p... mierda.
#4 y dicho esto, Jonathan se elevó a los cielos entre cantos de alabanza
#6 Es que ni soy colombiano ni farlopero, los dos colectivos más afectados en este acuerdo.