Hace 7 años | Por doctoragridulce a publico.es
Publicado hace 7 años por doctoragridulce a publico.es

Creía que era el final. El día que le llamaron de la fábrica de plásticos de Vicalvaro en la que trabajaba y en la que, finalmente, cumplieron su amenaza: lo habían despedido. Nacho acababa de teclear miles de datos en una lista de Excel en la que le pedían funcionar a toda prisa y, por lo visto, se equivocó en un encargo que fue a parar a un destinatario incorrecto: no hubo perdón.

Comentarios

D

D

En periodismo debe ser que pagan la cuarta parte o en cacahuetes , no me he enterado de nada.

khorne27

#3 Ya somos dos.

como todos los trabajos irrelevante