Hace 4 años | Por ewok a twitter.com
Publicado hace 4 años por ewok a twitter.com

“Las decisiones de las próximas semanas moldearán el mundo. No sólo los sistemas sanitarios, sino también la economía, la política y la cultura”. No hay que compartir todo con@harari_yuval para reconocer que levanta la mirada y señala las claves. Enlace al artículo: https://www.lavanguardia.com/internacional/20200405/48285133216/yuval-harari-mundo-despues-coronavirus.html

Comentarios

Starfucks

#10 Y la libertad solo para robar. Como les digas que Papá Estado no debería inmiscuirse en cosas que ellos creen que sí debería ya eres un rojeras. Lo mejor es cuando en twitter se ponen la serpientita. Y son todos niños de papá grabando videos desde sus habitaciones lol

x

#1 he leído el artículo (gracias por copiarlo) y no tiene nada que ver con lo que has escrito. El artículo habla de privacidad (como algo a proteger) y de nacionalismo (como algo a evitar), y lo de la economía, el liberalismo económico y tadas esas mierdas no tienen nada que ver con el artículo. De hecho, no me imagino a Canadá invadiendo la privacidad de sus ciudadanos pero sí me imagino a Rusia o a China haciendolo.

Y por cierto, que están hablando de confinar a los contagiados asintomáticos....

c

#23 Y avisa de que , en esta tesitura, nos parecería bien un control total, y no debemos permitirlo. Al menos yo no estoy por la labor

F

#0 Sería de gran interés que copiaras y pegaras el texto del artículo que, como sabes, lavanguardia exige a determinados usuarios el registro previo,

Idomeneo

#2 O mejor todavía, que siga las reglas de menéame que dicen expresamente que no se pueden enviar noticias que no se puedan leer en abierto. No creo que a los admins les haga gracia, por las posibles demandas, que se empiecen a copiar artículos para leerlos aquí en vez de allí.

ewok

#2 No sabía, igual es el navegador, o el IP, o hay un límite de artículos que puedes leer en abierto...
#3 No creo que les importe mucho, se posicionaron a favor de enviar noticias AMI/AEDE.
#4 No te había leído, por eso también lo copié entero en #11.

#2 Hola, yo puedo leerlo si abro el enlace en una ventana de navegación privada (privada en Safari, de incógnito en Chrome).

K

#2 Espero que las especiales circunstancias del momento, en el que hasta muchos medios de pago han abierto sus contenidos, no sea un especial obstáculo para compartir un artículo largo pero extremadamente interesante.

D

#2 a mi me sale entero 😶

xyria

#8 Yo estoy registro y me dejó leerlo sin problemas.

ewok

#2 Ahí va:

Yuval Harari: El mundo después del coronavirus
Esta tormenta pasará. Sin embargo, las elecciones que haremos nos cambiarán la vida en los próximos años
Yuval Noah Harari, Historiador y filósofo 
05/04/2020 00:20  | Actualizado a 05/04/2020 15:33

La humanidad se enfrenta a una crisis mundial. Quizá la mayor crisis de nuestra generación. Las decisiones que tomen los ciudadanos y los gobiernos en las próximas semanas moldearán el mundo durante los próximos años. No sólo moldearán los sistemas sanitarios, sino también la economía, la política y la cultura. Debemos actuar con rapidez y resolución. Debemos tener en cuenta, además, las consecuencias a largo plazo de nuestras acciones. Al elegir entre alternativas, hay que preguntarse no sólo cómo superar la amenaza inmediata, sino también qué clase de mundo queremos habitar una vez pasada la tormenta. Sí, la tormenta pasará, la humanidad sobrevivirá, la mayoría de nosotros seguiremos vivos... pero viviremos en un mundo diferente.Muchas medidas a corto plazo tomadas durante la emergencia se convertirán en parte integral de la vida. Esa es la naturaleza de las emergencias. Aceleran los procesos históricos. Decisiones que en tiempos normales llevarían años de deliberación se aprueban en cuestión de horas. Tecnologías incipientes o incluso peligrosas se introducen a toda prisa, porque son mayores los riesgos de no hacer nada. Países enteros hacen de cobayas en experimentos sociales a gran escala. ¿Qué ocurre cuando todo el mundo trabaja desde casa y se comunica sólo a distancia? ¿Qué ocurre cuando escuelas y universidades dejan de ser presenciales? En tiempos normales, los gobiernos, las empresas y los juntas educativas no aceptarían nunca llevar a cabo semejantes experimentos. Pero no son estos tiempos normales.En este momento de crisis, nos enfrentamos a dos elecciones particularmente importantes. La primera es entre vigilancia totalitaria y empoderamiento ciudadano. La segunda es entre aislamiento nacionalista y solidaridad mundial.
Vigilancia “hipodérmica”.

Con el fin de detener la epidemia, toda la población debe seguir ciertas pautas. Hay dos formas principales de lograrlo. Un método es que el gobierno vigile a la población y castigue a quienes incumplan las reglas. Hoy, por primera vez en la historia humana, la tecnología hace posible vigilar a todo el mundo todo el tiempo. Hace cincuenta años, el KGB no podía seguir a 240 millones de ciudadanos soviéticos las 24 horas del día, ni aspirar a procesar de modo eficaz toda la información reunida. Debía recurrir a agentes y analistas humanos y le resultaba sencillamente imposible colocar a un agente tras cada persona. Sin embargo, ahora los gobiernos pueden recurrir a ubicuos sensores y potentes algoritmos, por lo que no necesitan espías de carne y hueso.En su batalla contra la epidemia del coronavirus, varios gobiernos han desplegado ya las nuevas herramientas de vigilancia. El caso más notable es China. Escudriñando los teléfonos de los ciudadanos, haciendo uso de cientos de millones de cámaras con reconocimiento facial y obligando a las personas a controlar su temperatura y situación médica e informar sobre ellas, las autoridades chinas no sólo son capaces de determinar rápidamente quiénes son los posibles portadores del coronavirus, sino también de seguir sus movimientos e identificar a quienes entran en contacto con ellos. Toda una gama de aplicaciones para el móvil advierten a los ciudadanos de la proximidad de personas infectadas.Esa clase de tecnología no se limita a Asia oriental. El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu autorizó recientemente el despliegue por parte del Servicio de Seguridad General de la tecnología de vigilancia normalmente reservada a la lucha contra el terrorismo para seguir a pacientes con coronavirus. El correspondiente subcomité parlamentario se negó a autorizar la medida, pero Netanyahu la impuso con un “decreto de emergencia”.Hay que elegir entre vigilancia totalitaria y empoderamiento ciudadano; y entre aislamiento nacionalista y solidaridad mundialCabría argumentar que todo esto no tiene nada de nuevo. En los últimos años, los gobiernos y las empresas han recurrido a tecnologías cada vez más sofisticadas para rastrear, vigilar y manipular a las personas. Sin embargo, si no tenemos cuidado, la epidemia podría marcar un importante hito en la historia de la vigilancia. No sólo porque cabe la posibilidad de que normalice el despliegue de los instrumentos de vigilancia masiva en países que hasta ahora los habían rechazado, sino también porque supone una drástica transición de una vigilancia “epidérmica” a una vigilancia “hipodérmica”.Hasta la fecha, cuando tocábamos la pantalla del móvil y clicábamos sobre un enlace, el gobierno quería saber sobre qué clicaba exactamente nuestro dedo. Sin embargo, con el coronavirus, el objeto de atención se desplaza. El gobierno quiere saber ahora la temperatura del dedo y la presión sanguínea bajo la piel.El pudin de emergenciaUno de los problemas a los que nos enfrentamos a la hora de comprender en qué punto nos encontramos en relación con la vigilancia es que ninguno de nosotros sabe exactamente cómo somos vigilados ni que ocurrirá en los próximos años. La tecnología de la vigilancia se desarrolla a una velocidad de vértigo y lo que parecía ciencia ficción hace 10 años es hoy una noticia desfasada. Hagamos un experimento mental. Imaginemos un hipotético gobierno que exige a todos los ciudadanos que llevemos una pulsera biométrica para vigilar la temperatura corporal y el ritmo cardíaco las 24 horas del día. Los algoritmos estatales almacenan y analizan los datos resultantes. De ese modo sabrán que estamos enfermos antes incluso de que lo sepamos nosotros mismos, y también sabrán dónde hemos estado y con quién nos hemos reunido. Sería posible reducir de modo drástico las cadenas de infección e incluso frenarlas por completo. Presumiblemente semejante sistema sería capaz de detener en seco la epidemia en un plazo de días. Maravilloso, ¿verdad?El inconveniente, claro está, es que legitimaría un nuevo y espantoso sistema de vigilancia. Si alguien sabe, por ejemplo, que he clicado en un enlace de Fox News en lugar de hacerlo en uno de la CNN, aprenderá algo acerca de mis opiniones políticas y quizás incluso de mi personalidad. Ahora bien, si puede vigilar lo que me sucede con la temperatura corporal, la presión sanguínea y el ritmo cardíaco mientras veo las imágenes, puede aprender lo que me hace reír, lo que me hace llorar y lo que realmente me enfurece.Resulta crucial recordar que la ira, la alegría, el aburrimiento y el amor son fenómenos biológicos como la fiebre y la tos. La misma tecnología que identifica la tos podría también identificar las risas. Si las empresas y los gobiernos empiezan a recopilar datos biométricos en masa, pueden llegar a conocernos mucho mejor de lo que nos conocemos nosotros mismos, y entonces no sólo serán capaces de predecir nuestros sentimientos sino también manipularlos y vendernos lo que quieran, ya sea un producto o un político. Semejante vigilancia biométrica haría que las tácticas de hackeo de datos de Cambridge Analytica parecieran de la Edad de Piedra. Imaginemos a Corea del Norte en 2030, cuando todos los ciudadanos deban llevar una pulsera biométrica las 24 horas del día. Si al escuchar un discurso del Gran Líder la pulsera capta señales de ira, ya podemos despedirnos de todo.Es posible, por supuesto, defender la vigilancia biométrica como medida temporal adoptada durante un estado de emergencia. Una medida que desaparecería una vez concluida la emergencia. Sin embargo, las medidas temporales tienen la desagradable costumbre de durar más que las emergencias; sobre todo, si hay siempre una nueva emergencia acechando en el horizonte. Mi país natal, Israel, por ejemplo, declaró durante su guerra de independencia de 1948 un estado de emergencia con el que se justificaron una serie de medidas temporales, desde la censura de prensa y la confiscación de tierras hasta unas normas especiales para hacer pudin (no es broma). La guerra de independencia se ganó hace mucho tiempo, pero Israel nunca ha suspendido el estado de emergencia y no ha logrado abolir muchas de las medidas “temporales” de 1948 (clementemente, el decreto de emergencia acerca del pudín se abolió en 2011).Incluso cuando las infecciones por coronavirus se reduzcan a cero, algunos gobiernos ávidos de datos podrían argumentar que necesitan mantener los sistemas de vigilancia biométrica porque temen una segunda oleada de la epidemia, o porque una nueva cepa de ébola se está extiendo por el África central, o porque... ya ven por dónde va la cosa. En los últimos años se está librando una gran batalla en torno a nuestra intimidad. La crisis del coronavirus podría ser el punto de inflexión en ella. Porque, cuando a la gente se le da a elegir entre la intimidad y la salud, suele elegir la salud.

La policía del jabón

En el hecho de pedir a la gente que elija entre intimidad y salud reside, en realidad, la raíz misma del problema. Porque se trata de una falsa elección. Podemos y debemos disfrutar tanto de la intimidad como de la salud. Es posible proteger nuestra salud y detener la epidemia de coronavirus sin tener que instituir regímenes de vigilancia totalitarios, sino más bien empoderando a los ciudadanos. En las últimas semanas, algunos de los esfuerzos que más éxito han tenido a la hora de contener la epidemia han sido los organizados por Corea del Sur, Taiwán y Singapur. Aunque esos países hicieron uso de las aplicaciones de seguimiento, han confiado mucho más en las pruebas exhaustivas, la información veraz y la cooperación voluntaria de una población bien informada.La vigilancia centralizada y los castigos severos no son la única forma de hacer cumplir unas pautas beneficiosas. Cuando se comunica hechos científicos a la población y ésta confía en que las autoridades públicas les transmitirán esos h

ewok

#26 ¡Ah, que habías votado negativo! Vale, hombre, vale... lol

Feindesland

#27 Voté sensacionalista a la de Iglesias, joer... Porque iba a ver el artículo y no me dejaba.

Pero creo que hice mal. Ya te digo

D

#0 yuval haraRy

ewok

#12 Cierto, al escribir rápido las erres me salen como las uves. lol
En las etiquetas está bien, a ver si lo cambia un@admin en el título.

Feindesland

Ni puta idea de lo que pinta el coletas aquí....

D

#16 Pues que, gracias al “coletas” que con tan corrido desprecio mencionas, muchos hemos podido leer un artículo muy interesante. Otra cosa es que a ti sólo te importe tu libro.

Feindesland

#17 Que va. Me importa el artículo. Nos acaban de poner el original en el Financial Times.

Es muy bueno.

ewok

#19 Y antes que ese envié yo el de La Vanguardia, que alguien tumbó por ser de un "sionista ultracapitalista". Por eso el tuit tiene un significado añadido y por eso cerré el primero y envié este. De todas formas pensé que tumbaban el envío por el juicio sobre el autor, pero más gente dice que no lo puede leer, así que debe ser cierto.

ewok

#18 Yo envié la traducción de La Vanguardia antes de leer el tuit de Pablo Iglesias, como dije en #24.

Feindesland

#24 Pues perdón por el negativo. El artículo es francamente bueno...

Quepasapollo

#16 lo importante es donde apunta el dedo del oh! Amado lider, no nos quedemos en el dedo en sí, camaradas!

K

Tramando como aprovechar la crisis para vender su mercancia averiada?

unaqueviene

No os habéis fijado que cuanto mejor van saliendo las cosas más cabreados están los patriotas?
Al final se van reconfirmando periódicamente eso de cuanto peor mejor y lo de que caiga España...

K

A mi me hace gracia que se hace una noticia y se habla más de quien la envía que de la propia noticia y esto me hace pensar en lo siguiente:
Hay Pablo, has venido con intención de cambiar las cosas que a los "españoles muy españoles" que controlan el estado desde las sombras les haría perder su hegemonía. Si tanto miedo te tienen por algo será (digo yo)... ¿No será que los señoritos desde sus lobbies piensan que a este no es tan facil untar como a los de siempre? ¿No será que el tipico cacique de derechas tenga las manos sucias? Esa monarquia salvadora que mira tu, investigan desde fuera, por que aquí nadie se atreve, pese al tufillo rancio de sus negocios.

Pero lo más "divertido" es ver a los más tontos (los pobres de derechas), sin ser capaces de ver que en una sociedad justa el estado debe velar por la redistribución de la riqueza, no de dar cancha a que los más poderosos sean encima intocables y hagan y deshagan a su antojo.

Ya me descojono cuando uno de clase media dice que con el mierdas de Franco se vivia mejor.

Tiempos de fachas: miseria y cucarachas!

Lamantua

Lo mejor es que la derecha ya ha quemado toda la pólvora con las Fakes y se van a ahogar en su propia bilis. Me alegro.

D

Lo interesante, y no poco, es el artículo, no que lo señale Pablo Iglesias. Así que si alguien lo menea lo votaré. Este meneo en cambio se lleva mi negativo.

Edito: Está y lo han tumbado. Pues muy bien, habrá que menear la fuente original