Hace 8 años | Por neyla a capitalradio.es
Publicado hace 8 años por neyla a capitalradio.es

Este verano me he dado cuenta que aquello que jamás habría dicho gente de un determinado nivel social, ahora se dice sin ningún tipo de complejos y se deja muy claro para que no haya dudas de que todos lo estamos pasando muy mal con esta crisis. Desde me voy a un supermercado Mercadona o Cosco porque es súper barato hasta decir directamente que este mes los números no van bien mientras cenas en un restaurante de 100 euros el cubierto con estrella michelín.

Comentarios

D

Tanta palabra grande y tanta floritura que me he leído el artículo y todavía no se de que va. Eso sí, la camisa y la corbata del tío impecables.

D

#1 Así es capitalradio, hecha por retarded para retarded

D

Los pijos de clase media no llegan a fin de mes.

rogerius

#2 Los pijos de clase baja no llegamos ni a fin de semana. De los altramuces ya ni hablamos.

D

La de pijos que estarán leyendo esta publicación sin darse por aludidos.

c

#8 Ni que esto fuese La Razón

D

El dinero es muy raro. Yo cuando no tenia donde caerme muerto no tenía la preocupación de cenar en un restaurante caro.

Cuando he tenido más dinero, he ido a restaurantes caros pero lo que no tenía era vida. Es decir, iba a cenar pero era una reunión de empresa o un almuerzo.

El unico momento en el que he podido disfrutar de la vida es cuando he dejado de ganar dinero y al final, cuando estas sobrado de ir a restaurantes y hoteles te das cuenta de que no es para tanto. De hecho, a mi me gustaria que irme a cenar a un restaurante me gustase tanto como al principio.

D

#3 Yo prefiero cenar un huevo frito en mi casa que un manjar en un restaurante, es más, yo no me atrevería a comer en un restaurante porque los empleados son generalmente mileuristas que están amargados con sus condiciones laborales, y la sopa para los pijos puede contener muchos ingredientes.

Hace unos días estuve charlando con un grupo de personas y me contaron que ya casi nadie pide sopa en los restaurantes.

p

#3 Es que los restaurantes, para disfrutarlos no tienen que ser pijales ni darte platos con nombres más largos que El Quijote.

Para ir a un sitio y disfrutarlo tiene que haber un ambiente agradable y que te hagan sentir en casa y que cocinen bien y te quedes como dios después. Lo que pasa es que en los últimos años se ha confundido un restaurante bueno con un restaurante finolis, en el que te limpian la cartera, hay mucho atrezzo y pose y sales con hambre.