Hace 6 años | Por charly-0711 a nytimes.com
Publicado hace 6 años por charly-0711 a nytimes.com

Este niño había pasado dos años lejos de su patria europea, en un sitio donde, para enseñarle a contar, practicaban con los azotes que le daban en la espalda a una víctima de tortura y donde el programa escolar incluía ser testigo de decapitaciones públicas. El único objetivo era transformarlo en un futuro yihadista o “cachorro del califato”. Los años que pasó en la sede del Estado Islámico en Al Raqa, Siria, lo dejaron marcado como un niño embrutecido, radicalizado y terriblemente confundido.

Comentarios

Mister_Lala

¿los imanes?

D

Que se lo pregunten a Killary, que es la que les financiaba.

D

#3 Vaya, yo pensaba que era Soros.

D

#4 Vaya, y yo pensaba que el presidente era Obama, pero siempre que killary por arriba, killary por abajo.

D

Nadie. Se habla mucho de las niñas sin escolarizar pero nada de los niños escolarizados para ser convertidos en máquinas de guerra.

Lo normal en las sociedades occidentales donde parece que la vida de la mujer vale más que la del hombre.

De hecho estoy convencido que está noticia tendrá muy pocos votos. No importa ni a feministas, ni masculinistas, ni izquierda, ni derecha. Si la noticia fuese "millones de niñas son obligadas a torturar y matar infieles" subiría como la espuma.