En verano de 2018, en pleno proceso interno de primarias para elegir al sucesor de Mariano Rajoy, Sáenz de Santamaría se abrió a estudiar la posibilidad de vender la sede de Génova, ante las informaciones que apuntaban a que se había pagado con dinero negro.Ese mismo día se le preguntó por esas declaraciones a su rival político, Pablo Casado, quien aseguró que él era un candidato que no renegaba del pasado y añadió: "Creo que el problema del PP no es ni qué sede tiene, ni un logotipo ni un himno ni un nombre. El problema que tenemos es de fondo
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"El problema de fondo soy yo" - se le olvidó añadir a Casado- "Yo y mi máster".
Según subrayó entonces, lo que podía hacer reconectar con la sociedad y el electorado no era "pintar el logotipo de otro color" o "cambiar al edificio de enfrente" sino mantener una "posición firme" en Cataluña, en política antiterrorista, bajada de impuestos, la unidad de España o defensa de la familia.
El PP estaba entre una tía que - puede gustar o no, puede representar lo que sea- pero que era inteligente, trabajadora y eficiente o al tontín que ponían a trolear por Twitter.
Gracias, Cospedal.
#1 a la izquierda, le vino de cine, al país no tanto pero bueno.
#4 La izquierda a veces confunde lo que es bueno para ella con lo que es bueno para todos.
Suele ser su defecto más habitual.
#5 en verdad la derecha solo está sufriendo lo que a la izquierda le ha pasado tanto tiempo, tu mismo razonamiento se podría decir al revés.
#8 los defectos de la derecha son muchos
Otra opción sería cambiar el nombre de la calle porque la "Marca Genova" es negativa.
Esto se tapa con un par de bulos "mas" sobre podemos.