De la meritocracia me he ocupado en algunas otras entradas mías y de otros. EL PAIS ha publicado un resumen de un trabajo de unos investigadores españoles que relacionan la experiencia de estar parado y los sentimientos o preferencias meritocráticos. Cuando una persona ha sufrido la experiencia del paro se vuelve menos meritocrático en el reparto de las ganancias de la cooperación y tiende a repartir igualitariamente los beneficios de un juego cooperativo.
Comentarios
#4 No estoy hablando de charlatanes, sino de gilipollas que se creen a los charlatanes. Y no solo en política. Campan a sus anchas en todos los campos por la gran cantidad de tontos a los que seducen.
Charlatanes hay en todas partes.
En España somos más de creernos a los charlatanes de feria.
#1 después de 10 años puede constatar que los americanos son más charlatanes... Y los canadienses, mención especial, se salen de la escala... En España falta una verdadera revolución... Q por supuesto nuestros vecinos ricos de producirse, abortarían...
Los que no creen en la meritocracia son los que mandan, para no dejar ver su ineptitud y/o mediocritud.
Una persona es contratada por enchufe, asciende por mamandurrias y chanchulleos en vez de por dar el callo, y cuando llega la hora de ser responsable y contratar gente, no va a contratar o ascender a alguien que le pueda pasar por lo alto porque es responsable y sabe trabajar mejor que él. Tejido laboral patrio.