Parece una guerra. Muere gente como en una guerra y se causa destrucción como en una guerra, pero el caso es que, visto bajo la óptica de lo que siempre hemos entendido como una guerra, en Ucrania no se ha llegado aún, ni de lejos, al peor de los escenarios. Tenemos a un bando, el defensor, que ha movilizado hasta a las ranas, ha suspendido o puesto entre paréntesis su producción económica y ha orientado al totalidad de su vida diaria a defender el territorio y la soberanía de su país. Pero resulta que el otro bando, el …