Hace 5 meses | Por Andaui a theconversation.com
Publicado hace 5 meses por Andaui a theconversation.com

Los primeros intentos por cartografiar la desertificación se remontan a los años setenta del siglo pasado. El primer mapa global se realizó en 1977 con motivo de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desertificación y se denominó Mapa Mundial de la Desertificación. Desde entonces, se han sucedido los esfuerzos por elaborar atlas y mapas que representen este grave problema tanto a nivel global como nacional. Pero ¿podemos realmente cartografiarlo?

Comentarios

M

A ver, Andalucía está claro que no, gracias a que cada vez tenemos más campos de golf está más verde que nunca.

HeilHynkel

La extrema derecha negacionista haciéndose pasar por científicos.

De la web "Fundación nueva cultura del agua" de ronda sale la negacionista esta que ha escrito el artículo.

https://fnca.eu/

Como continuación de la labor que comenzamos con el proyecto "Desmontando falacias sobre agua y cambio climático", hemos seguido contribuyendo a evitar la desinformación ambiental y distinguir las falacias de los hechos, en este caso, en torno a la demolición de barreras fluviales con nuestras consideraciones sobre los distintos factores que pueden estar contribuyendo a los movimientos de oposición a estas iniciativas y demandando la necesidad de integrar las perspectivas sociales y de participación ciudadana.

No sé para qué se molestan tanto, sus lectores no llegan a entender nada.

Mauro_Nacho

Si las cosas evolucionan como establece el modelo y lo hace de forma rápida sin poder adaptarse a la nueva situación, estamos ante un problema de extrema gravedad. Hemos tenido dos años muy secos en Andalucía, Castilla la Mancha y en Cataluña, si esto persiste vamos a tener un problema que va trastocarlo todo en este país. Lo estamos viendo en la producción de aceite, que siendo el primer productor de aceite de oliva esta se ha hundido. Pero a poco que dure la sequía va a afectar a la vida de una parte importante de ciudadanos de este país. Las zonas costeras no son problema, porque es fácil establecer desaladoras, pero el interior las soluciones son mucho más difíciles de aplicar. Ciudades importantes del interior pueden verse muy afectadas además de sus economías.