84 años después, Alemania -o una parte de ella- ha reparado una injusticia histórica cometida en 1937 en pleno ascenso del Tercer Reich. La víctima, Emma Frankenbacher, de origen judío y nacida en Ansbach, se vio forzada como tantos otros a malvender a los nazis parte de su patrimonio artístico. Frankenbacher no sólo perdió su música; sería enviada al campo de concentración Theresienstadt en septiembre de 1942, donde murió poco después a los 67 años.
Comentarios
La clara diferencia de ser fascistas y perder... a ser fascistas y ganar... Alemania Vs España.
Aunque aquellos genocidas no sean (evidentemente) los gobernantes de hoy, fue el estado alemán y por lo tanto es lo menos que el estado alemán debe hacer.
Aqui iban a manos particulares.
Unas partituras de música prescindibles...todo hay que decirlo...