Hace 8 años | Por jtdoc a culturamas.es
Publicado hace 8 años por jtdoc a culturamas.es

Juan de Mairena (sentencias, donaires, apuntes y recuerdos de un profesor apócrifo) es una obra escrita por Antonio Machado y publicada, por primera vez, en el año 1936. El protagonista de la misma, ficticio poeta y docente, heterónimo del autor sevillano, se dedica a meditar con sus alumnos sobre la sociedad, el arte, la cultura, la literatura, la política y la filosofía, temas que son planteados con una encomiable variedad formal y una insobornable originalidad esencial. Pasen, lean -sin prisa- y disfruten:

Comentarios

Azucena1980

Lo que pasa es que Mariano es más popular, es más de Carmen.

c

#2 Carmen, la estanquera del Marca.

jtdoc

#2 Y seguro que también le gusta más el hermano Manuel Machado, si ya lo ha dicho Pablo Iglesias, que no han coincidido en nada.

D

Dos más

"Vosotros debéis hacer política, aunque otra cosa os digan los que pretenden hacerla sin vosotros, y, naturalmente, contra vosotros". http://etiopica.com/archivos/wikicitas/paginas/autores/m/machadoantonio/Machado-07.html

"La patria, -decía Juan de Mairena- es, en España, un sentimiento esencialmente popular, del cual suelen jactarse los señoritos. En los trances más duros, los señoritos la invocan y la venden, el pueblo la compra con su sangre y no la mienta siquiera". http://etiopica.com/archivos/wikicitas/paginas/autores/m/machadoantonio/Machado-06.html

D

«De aquellos que dicen ser gallegos, catalanes, vascos, extremeños, castellanos…antes que españoles, desconfiad siempre. Suelen ser españoles incompletos, insuficientes, de quienes nada grande puede esperarse». Antonio Machado

jtdoc

Estas dos son muy buenas:

- Aprendió tantas cosas -escribía mi maestro, a la muerte de un amigo erudito-, que no tuvo tiempo para pensar en ninguna de ellas.

- La vida, en cambio, no es- fuera de los laboratorios- una idea, sino un objeto de conciencia inmediata, una turbia evidencia. Lo que explica el optimismo del irlandés del cuento, quien, lanzado al espacio desde la altura de un quinto piso, se iba diciendo, en su fácil y acelerado descenso hacia las losas de la calle, por el camino más breve: “Hasta ahora voy bien”.